tag:blogger.com,1999:blog-125046032024-03-07T03:54:42.851-05:00ArtículosPablo Mejía Arangohttp://www.blogger.com/profile/10706008194585223233noreply@blogger.comBlogger527125tag:blogger.com,1999:blog-12504603.post-10367720629167953662017-01-09T19:33:00.000-05:002017-01-09T19:33:11.641-05:00Aquellos diciembres (1).<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Durante nuestra niñez la palabra
Navidad solo empezaba a nombrarse a principios de diciembre, cuando unos pocos
vendedores ambulantes se instalaban en la parte trasera de la catedral
basílica, sobre la carrera 23, para ofrecer pinos y musgos a los compradores
que no tenían la opción de ir a buscar esos elementos a los bosques cercanos;
para nosotros era el mejor programa y pronto relataré cuál era el protocolo a
seguir para salir de excursión en su búsqueda. También vendían pliegos de papel
encerado, material necesario para armar los pesebres. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Las instalaciones de bombillitos
para enredarlas en los arboles no se conseguían en la calle; tampoco había
vendedores de juguetes y demás mercancías, que para eso estaban las
cacharrerías. El alumbrado navideño público era muy pobre y se resumía en unos
cables con bombillos de colores que instalaban de lado a lado en las carreras
22 y 23, en el centro, y la mayoría de avisos de neón de los almacenes, que
entonces no eran adosados a la pared sino perpendiculares, presentaban sus
mejores colores. Por la avenida Santander en cada poste pegaban un adorno que
semejaba un arbolito navideño, con el nombre de su patrocinador. No era
más. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">En los barrios populares el
ambiente siempre ha sido festivo, porque cuelgan festones y bombillos de
colores sobre las vías, arman un fogón comunal para preparar natillas y fritar
buñuelos y hojuelas, y algún día de diciembre cierran la calle para proceder
con una matada de marrano comunal. En cambio en los barrios residenciales se
veían pocas señas de la Navidad, aparte de las luces de los arbolitos que se
notaban detrás de las cortinas; además de una que otra instalación que alguien enredaba
por ahí. En todo caso nada que ver con los arreglos que hacen aún en los
antejardines en los Estados Unidos, en los que prima es la exageración, el
boato y la lobería.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Cabe aquí un paréntesis para
advertir que esta columna no debe ser leída por menores de edad sin la compañía
de un adulto, porque en esa época no se oía hablar de los derechos de los
animales y mucho menos de que la pólvora fuera peligrosa. Ahora pienso que la
mejor muestra de que una campaña educativa puede llegarle a la gente, es lo que
se ha hecho en nuestro país durante tantos años. Porque en ese entonces la
pólvora era la primera invitada a la Navidad; sin importar la capacidad
económica de la gente, siempre había plata para quemarla a diario. Espero
entonces que nadie se aterre con las barbaridades que hacíamos con la pólvora,
desde los niños hasta los adultos, y todavía me miro los dedos de la mano y no
puedo creer que los tenga completos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Entonces llegaba la primera
celebración de diciembre, el 8 que es el día de la Inmaculada Concepción,
aunque culturalmente la fiesta se realiza el 7 por la noche. Ese día al caer la
tarde nos llevaban a dar una vuelta por la ciudad para ver arreglos y adornos,
aunque en algunos sectores debíamos subir las ventanillas porque podían
meternos un buscaniguas por una de ellas. No más llegar a la casa insistíamos
en que nos dieran primero las velitas romanas, muy diferentes a las de ahora,
porque eran pitillos forrados con papel y rellenos de pólvora negra; los
desbaratábamos y a hacer diabluras con ese material. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Por fin le parábamos bolas a mi
mamá y prendíamos las velas a la Virgen, pero lo que nos gustaba era jugar con
parafina, chuzar las velas con clavos calientes y demás pilatunas prohibidas.<o:p></o:p></span></div>
<span class="fullpost">
</span><div class="blogger-post-footer">xoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxox</div>Pablo Mejía Arangohttp://www.blogger.com/profile/10706008194585223233noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-12504603.post-45557851316197411862017-01-09T19:24:00.001-05:002017-01-09T19:24:38.428-05:00Aquellos diciembres (2).<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Cuando yo estaba chiquito el lapso
entre un diciembre y el siguiente era eterno, o al menos así nos parecía,
porque duraba exactamente lo que marca el calendario: 12 meses. En cambio ahora
asombra ver cómo en un apartamento vecino armaron el arbolito desde finales de
octubre, faltando más de dos meses para el nacimiento del Niño Dios. Cuando al
fin llega la fecha esperada, una semana después se celebra la fiesta de fin de
año y aquí en Manizales empatamos con la feria anual, con el agravante que las
familias le sacan el cuerpo durante varios fines de semana a ponerse en la labor
de desbaratar árbol, pesebre, adornos y demás perendengues.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">A nosotros no, ¡qué va! Había que
rogarle mucho a la mamá para que dejara armar el pesebre unos días antes de la
fecha del inicio de la Novena, el 16 de diciembre, con el cuento que eso le
llenaba la casa de tierra y mugre. Y no más pasar la navidad, con trabajo
esperaba hasta después del 31 para ordenar que desbaratáramos ese embeleco. A
la basura con el musgo y demás sobrantes; el papel enserado se sacudía en el
patio antes de empacarlo otra vez; y el resto de figuras se envolvían en
periódico para embalarlas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">De todas maneras era mucho lo que
disfrutábamos la armada del pesebre y del árbol, programa que empezaba cuando
le rogábamos a mi papá que se viniera un sábado en el Land Rover de Plumejía,
la ferretería familiar, para armar paseo de día entero a los páramos cercanos y
conseguir un chamizo que sirviera como árbol navideño, además de recoger en las
cañadas el musgo que crecía generoso. El arbolito de pino es importado de otra
cultura, como el Papá Noel, mientras por aquí preferíamos un chamizo cubierto
de musgo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Como para todo, mi papá debía rifar
los turnos en que los mayorcitos le podíamos dar machete al famélico tronco,
hasta que por fin cedía y entonces lo acomodábamos en el techo del jeep para
después de amarrarlo seguir con el paseo. El almuerzo era un fiambre delicioso
preparado por mi mamá, el cual comíamos a la orilla de una quebradita de aguas
termales. De regreso en casa, la orden era guardar toda esa mugre en el patio
para al otro día, domingo, proceder a quitarle la tierra al musgo y así poder
armar el pesebre. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Muy temprano estábamos levantados
para empezar con la organizada del árbol. Con un sacudidor mi mamá le quitaba
el polvo y la mugre que tuviera, mientras nosotros traíamos del garaje unas
piedras grandes y algo de arena. En un tarro de galletas Saltinas familiar, ya forrado
con papel navideño, se paraba el chamizo para luego cuñarlo con las piedras,
todo lo cual se rellenaba con arena para darle mejor estabilidad. Una guirnalda
de papel aluminio recorría el tronco, lo mismo que una instalación de luces de
colores que titilaban. Las bolas de colores, que se quebraban con solo
mirarlas, solo podían ser manipuladas por mi mamá. <o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br /></span></div>
Hasta ahí duraba la enguanda del arbolito porque solo quedaba como
adorno navideño. Llegado el momento de rezar la novena todas las noches se
haría alrededor del pesebre y el cuento ese de meter los regalos del Niño Dios
debajo del árbol es otra tradición importada, como el pino y Papá Noel. Como el
fruto prohibido esas bolas nos producían una atracción imposible de controlar y
cada que uno podía se arrimaba a tocarlas y ver cuál era el misterio, hasta que
se caía alguna y quedaba vuelta añicos. Sigue la armada del pesebre.</span><span class="fullpost">
</span><div class="blogger-post-footer">xoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxox</div>Pablo Mejía Arangohttp://www.blogger.com/profile/10706008194585223233noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-12504603.post-22614596057815937872017-01-09T19:19:00.000-05:002017-01-09T19:19:25.732-05:00Aquellos diciembres (3).<div class="MsoBodyText" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Nosotros le sacábamos todo el gusto
a la Navidad, tal vez porque era más cortica, y en todo momento nos divertíamos
con algo referente a ella. Un programa de las familias era ir al centro al caer
la tarde para ver vitrinas. Los almacenes las adornaban con muy buen gusto y
las luces de colores las hacían ver más llamativas; la preferida de todos era la
del almacén Artístico de don Evelio Mejía.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Llegaba por fin el 15 de diciembre,
víspera de la novena, y mi mamá autorizaba armar el tan esperado pesebre. Lo
primero era sacar del cuarto del reblujo las cajas donde se guardaba y después
de sacudirlas para quitarles el polvo,
procedíamos a desenvolverlas del periódico y dejarlas a un lado mientras les
destinábamos su lugar. Desocupadas las cajas de cartón pasábamos a planear la
topografía que llevaría el pesebre, la cual se lograba al acomodar esas cajas
de cierta forma para luego taparlas con el papel encerado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">La etapa anterior generaba
discusión porque unos lo preferían plano, otros en falda, etc., por lo que
tocaba desarmar de nuevo para evaluar. Al fin nos resolvíamos y entonces seguía
cubrir todo con musgo, excepto un área que cubríamos con arena para simular un
desierto. Los caminitos iban en piedrilla y un espejo roto servía como lago
para un pato, mientras una tira de papel aluminio simulaba una quebrada. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Pero sin duda lo más simpático de
los pesebres siempre ha sido la desproporción. El tamaño de las figuras
principales, la Sagrada Familia, los Reyes Magos, el burro y el buey, son
gigantescos en comparación con el resto de figuras. En esa época las casitas y
la iglesia del pueblo eran de cartón y se armaban con unos pocos dobleces, y
cualquier edificación era del tamaño de la cabeza de un camello. Con lo que más
gozábamos era con las ovejitas y las coleccionábamos para formar rebaños y
trasladarlas a pastar de un lugar a otro. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Hoy en día la gente compra adornos
nuevos cada Navidad y así atiborran las casas hasta llegar al mal gusto. En
cambio mi mamá no compraba ni un moño de más, por lo que conseguir más ovejas
era complicado; sin embargo, de alguna forma lo conseguíamos y así aumentábamos
el rebaño. Teníamos prohibido meterle mano al pesebre, pero todo el que pasaba
por ahí miraba muy bien que nadie lo viera y algún retoque le hacía; lo único
permitido era adelantar un tris cada día a los Reyes, a medida que se llegaba
la fecha del nacimiento, proceder que solo se hacía a la hora del rezo,
supervisado por los adultos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">En las tantas Navidades que pasamos
en La Graciela, la finca familiar, el procedimiento era el mismo pero ya no
teníamos poder de decisión, porque éramos muchos primos, varios de ellos
mayores. En una esquina del corredor ponían teleras en forma de escala y encima
el papel encerado; quedaba perfecto para armar un pesebre, además de un sitio
perfecto para uno esconderse. Un par de primos muy patanes se metían ahí antes
del inicio de la novena y en medio del rezo se asomaban por unos agujeros a
hacernos ojos y carantoñas, por lo que nos daba un ataque de risa y el tío
Roberto, quien supervisaba el comportamiento, nos mandaba para un cuarto
castigados por irrespetuosos. <o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br /></span></div>
La verdad es que en la finca le parábamos menos bolas al pesebre porque
eran muchos los programas para hacer, mientras centrábamos el interés en la
llegada del Niño Dios para comparar lo que nos trajera con lo recibido por los
primos.</span><span class="fullpost">
</span><div class="blogger-post-footer">xoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxox</div>Pablo Mejía Arangohttp://www.blogger.com/profile/10706008194585223233noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-12504603.post-22366994725396765482017-01-09T19:04:00.000-05:002017-01-09T19:04:47.632-05:00Aquellos diciembres (4)<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Pasan los días decembrinos y
nuestro interés se centra en la llegada del Niño Dios, a quien esperamos desde
hace un año y en quien pensábamos cada que hacíamos una pilatuna o nos comportábamos
mal, porque siempre fue la amenaza preferida de nuestras mamás, siga así mijito
y verá que el 24 le aparece a los pies de la cama un coco lleno de ceniza.
Aterrador pensarlo, porque bastaba imaginar a los hermanos desempacando regalos
mientras uno encontraba semejante sorpresa. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Cada temporada había algunos
juguetes de moda, aunque para nosotros poco variaba. La publicidad navideña era
mínima, pero en el poco rato que veíamos televisión alcanzábamos a enterarnos
de lo que ofrecía el mercado. Sin embargo, mi mamá era muy práctica y casi
siempre compraba lo mismo para todos; sobre todo para evitar peleas y
discusiones, porque siempre habría algunos inconformes. De manera que nos
compraba un juguete, que casi siempre era un camión marca Búfalo; se diferenciaban
en que el uno era militar, otro repartidor de leche, el carrotanque, el
ganadero y uno con su carpa; aunque siempre había algunos roces, hacíamos
cambios pasajeros y así solucionábamos la vaina.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Aunque para los niños nunca ha sido
bien visto recibir ropa como aguinaldo, las mamás aprovechaban para dejar
vestidos a los muchachitos de una vez; entonces recibíamos además del juguete
un bluyín marca McNelson y un par de botas Machita. No más recibirlos nos medíamos
las prendas y salíamos a trazar carreteras y construir puentes para recorrerlas
con nuestros camiones. Los niños del barrio procedían de igual manera y nos
reuníamos a comparar regalos, a opinar y contener ciertas envidias. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Los papás seguían convencidos de
que los niños de 8 o 10 años todavía creíamos que quién traía los regalos era
el Niño, y nosotros los dejábamos para verlos hacer maromas que buscaban evitar
que nos enteráramos de semejante secreto. Mi madre se iba para el centro por
las tardes y le bastaba visitar dos almacenes para salir de nosotros, el de
Carlos Mejía para la ropa y para todo lo que tuviera que ver con cacharrería el
de Benjamín López, en la carrera 23 frente al parque de Caldas, donde queda
ahora el edificio Restrepo Abondano. Ambos comercios eran sus favoritos porque
allá conseguía todo lo que necesitara y así evitaba buscar de almacén en
almacén hasta quedar rendida y patoniada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">¡Qué pecaito!, recuerdo las maromas
que hacía mi madrecita para traer todos esos paquetes y buscar dónde
esconderlos, pero antes debía inventarse una disculpa para ir sola al centro,
ya que entre tantos muchachitos siempre había varios antojados de acompañarla.
Entonces a los niños nos inventaba una caminada y para incentivarnos compraba
una Premio Roja litro, en botella de vidrio retornable, una novedad que
acababan de lanzar y que era el sueño de cualquier mocoso. A las niñas las
llevaba a pasar la tarde a la casa de una tía.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Después de encaletarlos ella
quedaba convencida de que allí permanecerían hasta el 24, pero no era sino que
saliera a hacer un mandado y nosotros nos trepábamos como ardillas por esos
closets hasta llegar a lo más alto. Sacábamos un paquete, leíamos para quién
era y cada cual investigaba el contenido por el peso, la consistencia o lo que
lograra ver por alguna rendija; sin quitar la cinta pegante porque nunca volvía
a funcionar. <o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br /></span></div>
Llegaba por fin el tan esperado día y pasábamos ansiosos y expectantes,
mientras contábamos las horas y los minutos que faltaban para las 12 de la
noche. Después a dormir para encontrar los regalos al abrir el ojo.</span><span class="fullpost">
</span><div class="blogger-post-footer">xoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxox</div>Pablo Mejía Arangohttp://www.blogger.com/profile/10706008194585223233noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-12504603.post-53485240103934676212017-01-09T18:58:00.000-05:002017-01-09T18:58:46.393-05:00Aquellos diciembres (5)<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">La nochebuena era de gran agitación
porque la pólvora era de lo mejor y mi papá compraba buena cantidad, mientras
mi madre en la cocina le daba los últimos toques a las viandas que conformarían
la cena navideña, la cual tratábamos de comer lo más tarde posible; y para que
aguantáramos todo ese lapso, al caer la tarde nos daban un algo generoso. Más
tardecito pasaban los únicos pasabocas conocidos en mi casa, galletas de soda
untadas con carne de diablo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">A medida que llegaba la media noche
la alegría era total y apenas disfrutábamos la cena navideña por el afán de
irnos a acostar a ver si amanecía rápido para poder abrir los regalos. Sin
importar que ya supiéramos cuantos paquetes había y estar casi seguros de lo
que contenían, la excitación era absoluta. El primero en abrir el ojo
despertaba al resto y ahí estaban los paqueticos a los pies de la cama de cada
uno; rompa papeles, mídase la ropa por encima, hasta que aparecía el juguete
que era lo más esperado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Todavía en piyama, pero con las
botas Machita oliendo a nuevo, salíamos a la calle a correr y jugar llenos de
felicidad. Al rato nos llamaban de la casa para que fuéramos a arreglarnos,
porque ese día visitábamos a las abuelas; todos queríamos llevar los juguetes y
había que ver a mis papás convenciéndonos de que todo eso no cabía en el carro.
El mayor aliciente para ir a donde la abuela materna era que nos daba a cada
uno un billete de peso, una fortuna para gastar en varias visitas a la tienda. A
donde Tita, la mamá de mi papá, llegábamos a media tarde para que nos sirvieran
un chocolate ‘parviao’; amasaban el cacao con especias y quedaba con un aroma
delicioso.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Pasaba otra semana dedicada a hacer
maldades y pilatunas con pólvora, la misma que vendían en cualquier tienda de
barrio; nosotros invertíamos hasta el último centavo de nuestra remesa semanal
en ese peligroso pasatiempo, y el único fin era mortificarle la vida al prójimo,
además de algunos ‘experimentos’. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">En esa época no eran comunes los
agüeros para el 31 de diciembre y ese día la celebración era sencilla; solo se
destacaba la cantidad y calidad de la pólvora quemada y la cena navideña, que
resaltaba por su exquisitez. Nada de calzones amarillos, 12 uvas, rama de
trigo, caminar con una maleta, baños especiales, bebedizos, ungüentos y demás
yerbas. Al otro día empezábamos el nuevo año como la cosa más natural, por lo
que la celebración del 31 de diciembre pasaba sin pena ni gloria. Por fortuna
durante las tantas temperadas que compartimos con la familia en La Graciela, la
finca de nuestra abuela materna, todos coincidíamos en esa materia. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">A principios de la temperada
vivíamos el mejor de los programas en la finca, la matada de marrano, el cual
tenía un protocolo definido y que allá seguíamos a rajatabla; los perniles del
chancho se guardaban para las cenas de nochebuena y fin de año. Si pasábamos en
la casa mi mamá preparaba cordón de cerdo con salsa, arroz negro, unas papas
bien sabrosas y ensalada de la mejor. Los niños, aunque rendidos, hacíamos
malabares para aguantar hasta media noche y hacer el conteo de los segundos. <o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br /></span></div>
Así trascurrían las temporadas navideñas, a grandes rasgos, porque de
cada detalle hay mucho que contar e infinidad de anécdotas relacionadas. Se
disfrutaba hasta el final del asueto, aunque la última semana debíamos
motilarnos, cortarnos las uñas, visitar el odontólogo y demás reparaciones;
como cuando en las carreras entran los carros a ‘pits’.</span><span class="fullpost">
</span><div class="blogger-post-footer">xoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxox</div>Pablo Mejía Arangohttp://www.blogger.com/profile/10706008194585223233noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-12504603.post-48130463333707669042016-12-10T18:42:00.003-05:002016-12-10T18:42:56.894-05:00Pago por ver.<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Nada más cierto que cuando dicen
que nadie se muere la víspera, porque sin importar la edad o la condición
física, en cualquier momento una persona puede ser llamada a cuadrar caja.
Sobre todo cuando se llega al sexto piso, ya que es común que de ahí en
adelante el ser humano sea más vulnerable debido a la acumulación de calendarios,
los mismos que vienen acompañados de un cúmulo de achaques. Por eso no puede
uno dejar de pensar que en cualquier momento se le puede aparecer la ‘pelona’ para
llevárselo, lo que sin duda representa un difícil momento para el escogido.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Además de la pena de dejar a los
seres queridos, al menos yo, tendría mucha curiosidad por conocer el final de
ciertas situaciones que me han mantenido en vilo por muchos años, así sean
cosas baladíes. Qué piedra, por ejemplo, morirse uno antes que Fidel Castro. A
ese personaje lo he visto dar guerra desde que tengo uso de razón y a pesar de
que debido a su senectud debió cederle el poder a su octogenario hermano Raúl,
el comandante Fidel permanece como la figura que representa la revolución
cubana. La misma que se convirtió en la piedra en el zapato para los gringos y
a la cual no han podido eliminar. Qué bueno ver qué va a pasar cuando los hermanos
Castro estiren la pata. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Otro asunto que me gustaría ver
finiquitado es el de ciertas obras de infraestructura que se adelantan en el
país. Por herencia de mi madrecita nací novelero y no puedo enterarme de que
pegaron un ladrillo o movieron tierra, porque allá tengo que ir a meter las
narices. Me babeo al enterarme por la publicidad de esas autopistas con sus
dobles calzadas, viaductos y túneles; ver por fin a los trenes recorrer el país
y los grandes planchones moviendo carga por el río Magdalena.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Algo que no veré, ni nadie que esté
vivo hoy, es a este país en paz; claro que al menos se negocia con los más
importantes grupos insurgentes y por largo que sea un recorrido siempre hay que
dar un primer paso. Después pasarán varias generaciones para que nuestro
territorio alcance la justicia social, cuando desaparezcan plagas como la
corrupción, el narcotráfico y demás modalidades de bandidaje. Estamos muy
retrasados en comparación con los países del primer mundo, pero así como ellos
también pasaron por épocas oscuras antes de lograr la tranquilidad en que viven
ahora, a nosotros nos queda la esperanza de lograr ese grado de desarrollo
algún día. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Cómo se va a ir uno para el otro
toldo sin saber dónde caerá el globo de Venezuela. Todas las noticias hacen
creer que la situación no aguanta más y sin embargo el dictadorzuelo sigue
atornillado al poder. Marchas, protestas y cacerolazos se repiten a diario,
mientras el pueblo raso que respalda a Maduro se viste de rojo y también sale a
marchar para demostrar lo dividido que está ese país. <o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br /></span></div>
Me gustaría asomarme por un huequito desde el más allá para seguir el
desarrollo de mi querida Manizales. Nada me guste más que enterarme de
proyectos y obras que se adelantan en la ciudad, hacerles seguimiento y visitarlas
con los amigos. Claro que a este paso no alcanzaremos ni siquiera a ver
funcionar de nuevo el cable a Los Yarumos y mucho menos disfrutar de nuevas
rutas del cable vía. Todos los candidatos a la alcaldía prometen varias líneas
y después no salen con nada; o sino miren al actual mandatario, que al paso que
vamos solo va a cumplir con el hospital para mascotas.</span><span class="fullpost">
</span><div class="blogger-post-footer">xoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxox</div>Pablo Mejía Arangohttp://www.blogger.com/profile/10706008194585223233noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-12504603.post-9749786666779863372016-12-10T18:37:00.001-05:002016-12-10T18:37:37.745-05:00Memorias de barrio (17).<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Nada que llame más la atención que
lo prohibido, porque asegura que se trata de algo misterioso. No me canso de
repetir que las mamás de antaño fueron mujeres increíbles que levantaron proles
numerosas mientras administraban un hogar católico y disciplinado; cuando un
niño tenía cuatro años había por lo menos otros dos hermanitos más chiquitos y
por lo tanto salía para la calle desde temprana edad a enfrentarse con la vida.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Después de tirar la puerta de la
casa quedábamos en absoluta libertad, porque bien es sabido que la mamá no
tenía cómo saber en qué andábamos, a menos que jugáramos al frente de la casa.
Por fortuna, para proceder con esas pilatunas censuradas teníamos a nuestra disposición
todos esos terrenos que ocupan hoy el barrio La Camelia y sus alrededores. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Las comitivas estaban absolutamente
prohibidas sin la compañía de un adulto, pero para nosotros así no tenía gracia
porque no nos dejaban meter la mano. Entonces planeábamos la estrategia para
realizar una bien sabrosa y para ello cada uno de los miembros de la gallada
debía aportar algo: plátano, papas, caldo de sustancia, cebolla, tomate y demás
ingredientes, además de cubiertos, platos y en vista de que utilizar una olla era
imposible, porque tocaba dejarla reluciente a punta de ‘bom-brill’, la solución
era cocinar en un coco de galletas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Desde muy chiquitos cargábamos una
navajita en el bolsillo, con las que picábamos todo ese revuelto antes de
echarlo en la el tarro; el resultado era un caldo insípido y desagradable,
caliente como el infierno. Entonces alguno comentó que eso lo que necesitaba
era una gallina y que él sabía una técnica para ‘pescarlas’. Bastaba tirarles
un puñado de maíz, uno de cuyos granos iría amarrado con un nylon, para que una
vez tragado no fuera sino jalar. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">La vaina nos quedó sonando y le
dijimos a mi mamá que le pidiera a una tía que tenía una casa campestre
enseguida del aeropuerto La Nubia, para hacer un paseíto con los amigos del
barrio. Nos la prestó de una y el sábado, después de instalarnos en La
Finquita, salimos de excursión a conseguir la ‘proteína’ para el sancocho.
Bajamos hasta Chupaderos y luego recorrimos gran parte de la región y en
ninguna parte nos funcionó el cuento de la pesca con maíz, hasta que vimos en
un guadualito que había al lado de una pesa para camiones, enseguida de la
entrada para el Club campestre, hoy Bosque popular, un grupo de gansos grandes
y gordos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Después de matar uno a los
garrotazos nos fuimos para la finca a prepararlo, pero Maruja, la casera,
estaba reacia a colaborar. Tocó entonces prometerle la mitad de la carne y ahí
sí aceptó, y trajo un balde metálico con agua para ponerlo en una fogata a
hervir y así poder desplumar el pajarraco. Estábamos en esas cuando apareció el
policía del aeropuerto a investigar sobre el animal desaparecido; preguntó para
qué era el agua y respondimos que para un caldo Maggi, mientras hacíamos
piruetas para tratar de pararnos encima de algunas plumas y el hombre comentó
que si no sería como mucha agua para hacer un caldito. <o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br /></span></div>
El tombo nos pilló y prometió regresar para buscar el cuerpo del delito,
por lo que nosotros salimos despavoridos para la casa. No más llegar, mi mamá
supo que algo nos había pasado y no demoró mucho en hacernos ‘cantar’; el
animal sacrificado resultó ser de una prima de ella y el asunto generó tremendo
lío familiar. Ni hablar del regaño que nos metieron y del remordimiento que
sentimos por el pobre animalito.</span><span class="fullpost">
</span><div class="blogger-post-footer">xoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxox</div>Pablo Mejía Arangohttp://www.blogger.com/profile/10706008194585223233noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-12504603.post-62625379715371852052016-12-10T18:31:00.000-05:002016-12-10T18:31:20.556-05:00Memorias de barrio (16).<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Llegamos a vivir al barrio La
Camelia en 1963 y debido a que el vecindario era reducido, la pandilla de
amigos bastante limitada. En vista de que la mayoría de ellos no estudiaban en nuestro
colegio, era común que algunos compañeros de estudio se aparecieran por el
barrio para disfrutar de la maravillosa pista para carros de balineras que
teníamos; arrancaba en la avenida Santander con calle 70 y bajaba hasta la
iglesia de Palermo, siete cuadras, sin ninguna edificación que obstaculizara la
visual. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Frente a la estación del cable
aéreo vivía uno de ellos, compañero del colegio que buscaba nuestra compañía
porque donde él residía no tenía barra de amigos. En esa época los niños éramos
muy amigos de tener animales en el patio de la casa; criábamos pollos de
engorde, gallinas ponedoras, palomas mensajeras, conejos, curíes y cuanto bicho
consiguiéramos. Mi mamá nos traía en el mercado un kilo de maíz trillado para
alimentarlos, pero como no alcanzaba debíamos estar pendientes en la cocina de
los sobrados de arroz, cáscaras de papa, cunchos de zanahoria, hojas de repollo
y cuanto sobrante resultara.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">En cambio a Oscar, que solo tenía
una hermana mayor, le daban gusto y lo mimaban. En el patio tenía unas jaulas
inmensas, fabricadas con todas las de la ley; muy diferentes a las nuestras,
que armábamos con retazos de madera y el angeo más barato. Lo que más envidiábamos
era que mantenía un bulto de 50 kilos de concentrado para alimentar sus
animales, que por ende estaban siempre gordos y alentados. Entonces nosotros
aprovechábamos cualquier descuido para echarnos puñados de cuido en los
bolsillos y así darles un festín a nuestros famélicos animalitos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Sin embargo lo que incrementó
nuestra envidia fue el día que le regalaron un caballo. El zambo se pavoneaba
en ese táparo para un lado y para el otro, mientras le rogábamos que nos diera
una palomita, así fuera al anca. Y él cerrado en la banda que ni riesgos, que
le habían prohibido prestar el animal. Tocaba entonces mostrar indiferencia y
mientras el fantoche ese se daba gusto, nosotros pretendíamos estar muy
entretenidos sacando gusanos de sus madrigueras. En cualquier barranco había
pequeños agujeros y en ellos metíamos un espartillo recién arrancado, y no era
sino esperar a que se moviera para meterle un jalón y así sacar el desprevenido
bicho. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Al otro día salimos de caminata
temprano para que no se nos pegara y pudiera darse el gusto de humillarnos, y
arrancamos por la avenida hacia el sector de los tanques de Niza. Pues no
llevábamos ni la mitad del camino y oímos el traqueteo de los cascos que se
acercaban; y el mocoso para arriba y para abajo sacándole chispas a esas
herraduras, y nosotros babeados de las ganas. Llegamos a la Coca cola y nos
empinamos en la ventana para alcanzar a ver embotellar el ansiado líquido,
mientras él muy cómodo en su caballo preguntaba si desde tan abajo sí se veía
bien. <o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br /></span></div>
El equino pernoctaba en una manga cercana a mi casa y una mañana supimos
que amaneció muerto, por lo que salimos disparados, aún en piyama, para
corroborar la noticia. Resulta que el animal se enredó en el lazo y murió
ahorcado, y ahí estaba Oscar que berreaba como una Magdalena al lado del táparo
que empezaba a descomponerse. Nosotros no pudimos ocultar la satisfacción y
mientras pateábamos el cadáver aplaudíamos y brincábamos. Ahí fue que a Oscar
se le metió que nosotros le matamos el caballo, a lo que respondimos que si
fuera fácil, lo habríamos despachado desde el primer día.</span><span class="fullpost">
</span><div class="blogger-post-footer">xoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxox</div>Pablo Mejía Arangohttp://www.blogger.com/profile/10706008194585223233noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-12504603.post-12939343554124829992016-12-10T18:27:00.000-05:002016-12-10T18:27:09.573-05:00Las modas.<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Me asombra ver a los sardinos
disfrutar de una tertulia en la terraza, mientras visten prendas vaporosas que
apenas los visten. Desde mi ventana los observo apertrechado contra el frío, como
un muñeco de año viejo a punto de prenderle la mecha. Ellas van cómodas con sus
camiseticas ombligueras, manga sisa y bluyines pescadores que cubren hasta la
pantorrilla; los muchachos todos con camisa de manga corta, cómodos y relajados
mientras se aplican unos aguardientes. Juventud, divino tesoro.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Ahí no queda sino reconocer que los
años no vienen solos y que con la acumulación de calendarios nuestros gustos
cambian, empezamos a coger resabios y mañas, los cuales se acumulan hasta alejarnos
definitivamente de la juventud actual. Por fortuna a uno nadie le quita lo
bailado y siempre podremos decir que también tuvimos veinte años. Cómo no
recordar esas experiencias de adolescencia y juventud, cuando las modas de la
época se imponían para indicarnos la forma de lucir y comportarnos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">La mayor tendencia estaba en la
forma de vestir y en la presentación personal. Como coincidimos con la década
de 1970, cuando los jipis impusieron sus gustos, dejamos crecer el pelo hasta
que nos llegaba a los hombros, donde le dábamos unos tijeretazos para que no
siguiera espalda abajo. Los crespos optaron por lucir el Afrikan Look, unas
motas de churruscos que los hacían parecer un algodón de azúcar. Y en la casa
los papás y en el colegio profesores y directivos a juro que nos harían cambiar
de parecer. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Con las prendas de vestir sí que se
presentaron novedades; llegó la moda de los pantalones de bota ancha y todos
quisimos lucirlos para salir a ‘cocacoliar’. Lo primero era ir al centro, a la
calle 19, donde en el almacén de Juancho Rincón se conseguían cortes de
terlenka para mandarlos a hacer. Un sastre o una costurera los cortaban a la
medida y de una vez se les encargaban varias camisas, de cuadros coloridos,
ceñidas al cuerpo y cuellos estrambóticos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Pero sin duda lo más curioso de esa
época fueron los zapatos. Ahora me parecen ridículos y espantosamente feos,
pero entonces se imponían y no quedaba sino llevarlos. Era calzado de la época
de Luis XV, con tacón mediano, trompones y una hebilla grande en el empeine.
Los manteníamos bien embetunados y en esos esperpentos aprendimos a caminar,
porque se volvieron indispensables en la indumentaria del día. También se
impusieron las camisetas sicodélicas teñidas en casa. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">En los ‘agáchese’ de la
calle 19 vendían unas camiseticas chinas muy baratas; además comprábamos en la
droguería Versalles una cajita de Iris, un producto para teñir. En la cocina de
la casa cogíamos la olla del sancocho para calentar agua y a las camisetas les
hacíamos nudos que amarrábamos con cabuya. El paso siguiente era echarlas a
hervir un rato, con la anilina correspondiente, y al final se retiraban las
cabuyas y el resultado era fenomenal. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Pero no todas las modas eran de
prendas de vestir, muchas otras entretenciones tenían su cuarto de hora durante
el año. Bastaba que alguno se apareciera con canicas o bolas de cristal y de
inmediato se imponían los cinco hoyos y el pipo y cuarta. La idea era llenar
los bolsillos de bolas. Con frecuencia promocionaban álbumes y todo el mundo a
comprar láminas, cambiarlas y apostar de cualquier manera. <o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br /></span></div>
Otro día se imponía el yoyo y a tomar ‘Coca cola’ para conseguir uno
profesional; el balero o coca también tenía su espacio y recuerdo bien el pica
pica, un tejido artesanal que hacíamos con tiras de plástico; eso no servía
para nada, pero entretenía…</span><span class="fullpost">
</span><div class="blogger-post-footer">xoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxox</div>Pablo Mejía Arangohttp://www.blogger.com/profile/10706008194585223233noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-12504603.post-66208604989280724272016-12-10T18:15:00.003-05:002016-12-10T18:15:42.945-05:00Costumbres bárbaras.<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Los romanos resolvieron llamar
bárbaros a todos los pueblos que vivieran por fuera de sus fronteras, sin
importar el grado de cultura que tuvieran o qué tan desarrollados estuvieran.
Godos, Visigodos, Germanos, Galos, los Hunos y los otros. Todos eran bárbaros.
Los imperios siempre han tenido esa particularidad, mirar a los demás por
encima del hombro y menospreciarlos. A través de la historia imperios y
naciones poderosas han oprimido a quienes habitaban los territorios colonizados,
obligándolos a cambiar sus costumbres amenazados por la cruz, la espada y el
fusil.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Nunca aceptaron que así como les
parecía absurdo el proceder de otras culturas y la forma de comportarse, igual
pensaban los conquistados de las nuevas costumbres que querían imponerles. El
pueblo milenario de la India es destino preferido de los viajeros y aunque no
he tenido el gusto de visitarlo, después de oír relatos y ver programas por
televisión, no me provoca ir por allá. Eso de comer con la mano derecha, sin
ayuda de la otra, es una peripecia desagradable e incómoda; qué untada, qué
pegote, qué sensación tan desagradable. Peor todavía el destino de la otra
mano: limpiarse el fundillo. No existe inodoro y mucho menos papel higiénico, y
en el piso un hueco sirve para ‘encholar’ los desechos; después saque agua de
un balde y proceda con el aseo. ¡Gas!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">En cambio envidio algunas
costumbres del pueblo japonés, como la de quitarse el calzado antes de entrar a
una vivienda. Qué puede haber más sucio y contaminado que la suela de un
zapato, el mismo que recorre todos los rincones de la casa hasta reposar a
pocos centímetros de nuestra cama. Y todo quien entre en la casa deja su
reguero de bacterias por cuanto sitio recorre. Mejor aún la forma que tienen de
saludarse, con una pequeña venia. Nada de besos, abrazos ni manoseos. En los
resientes Juegos Olímpicos llamó mi atención la modita que han cogido algunos
participantes de tocarse a toda hora. Cada que el equipo marca un punto a favor
o entra o sale un participante, ‘chocan’ las manos, se abrazan, golpean sus
pechos y hasta se besan, en medio de mares de sudor que intercambian sin ningún
escrúpulo. Qué cosa tan desagradable. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Otros pueblos verán con asombro la
manía que tenemos nosotros por el baño diario, esa ducha que nos damos antes de
empezar el día. Algunos no serán tan rígidos pero en mi casa no lo perdonamos;
así sea con agua echada si hay algún inconveniente, la cual además debe estar
calientica. Resabios que tiene uno. En cambio en Europa, que supuestamente es
la cuna de la civilización, son bien malitos para eso del baño diario. Muchos
ni siquiera le jalan al lavado de gato.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Otra cosa que me produce escalofrío
son esos pueblos que viven en lugares de extremo frío o calor. Cómo puede
amañarse uno, por ejemplo, en Siberia o en Ushuaia, la ciudad más austral del
planeta. Con ese frío tan espantoso, en invierno casi todo el año y saliendo a
la calle solo a lo necesario. Qué decir del pueblo Bosquimano que habita en el
desierto de Kalahari, en Namibia al sur de África, que luchan a diario para
conseguir unas gotas de agua. ¡Qué pereza!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">En lo gastronómico sí que tenemos
gustos distintos. Por aquí se escandalizan porque en China comen carne de
perro, pero no piensan lo que será para quien tiene un cerdo como mascota ver
cómo consumimos porcinos sin consideración.
<o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br /></span></div>
Mejor no le echo más cabeza al asunto y sigo con mi rutina, y que cada
quien se rasque las pulgas a su manera.</span><span class="fullpost">
</span><div class="blogger-post-footer">xoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxox</div>Pablo Mejía Arangohttp://www.blogger.com/profile/10706008194585223233noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-12504603.post-32505795720331974342016-12-10T18:11:00.001-05:002016-12-10T18:11:49.320-05:00Como en botica.<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Quienes hemos pasado la existencia
en este pueblo querido de Manizales podemos recordar perfectamente cómo han
sido las costumbres en las diferentes épocas, porque todo cambia o evoluciona,
para bien o para mal. Durante nuestra juventud fue el sector del centro de la
ciudad el entorno que preferimos y asombra ver lo diferente que era. Tranquilo,
organizado, agradable, servía como marco a un comercio regentado por ciudadanos
egregios que ponían sello de garantía a una actividad seria y responsable.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Los pocos vendedores ambulantes que
recuerdo fueron unos loteros que trabajaban en el alféizar de una vitrina,
frente al Banco de la República, y ahí mismo ofrecían pececillos para acuario
sacados de alguna quebrada cercana, los mismos que mantenían en grandes
porrones. En el mismo sitio trabajó durante algún tiempo un muchacho a quién
llamábamos Pinocho, que vendía casetes menudeados que en esa época eran muy
perseguidos por la juventud; poco después se instaló en Sanandresito, donde se
distinguió como comerciante.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Bajo el alero del edificio
Esponsión, enseguida del Club Manizales, algunos jipis ofrecían cachivaches
expuestos en trapos negros dispuestos para tal fin, y durante la noche los
negocios de comida hacían su aparición. En la esquina con la calle 23
instalaban la famosa olla del Banco de la República, en la que ofrecían
deliciosas viandas; y en las afueras del Club el Gitano vendía unos deliciosos
chorizos a los que no podían resistirse los copetones clientes que resolvían
irse a acostar. Quienes preferían los negocios tradicionales se metían a La
guaca del pollo, donde servían un consomé con huevo duro a la temperatura que
se funde el plomo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Hoy en día no dejo de sorprenderme
cuando recorro la carrera 23 convertida en una mezcla entre mercado persa y
galería. Hay de todo como en botica y da tristeza ver esa cantidad de gente
detrás del rebusque para lograr echarse unos pesos al bolsillo. Entre las
calles 14 y 19 el ambiente es malevo y en la esquina de la 17 un hotelucho de
mala muerte ofrece ‘ratos’ a cinco mil pesos y por una noche cobran ocho mil,
‘negociables’. Severa ratonera.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">En las afueras de los supermercados
de la calle 19 las ventas ambulantes de frutas y verduras convierten el entorno
en una plaza de mercado, y la mayoría de los productos son de baja calidad por
ser desechos de cultivos o en muchos casos robados de las fincas. La gente
compra porque son baratos y su bajo presupuesto no permite regateos. Sigue el
recorrido y los ojos no alcanzan para ver todo lo que ofrece el panorama, con
una variedad pasmosa de ofertas y posibilidades. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Las carretas con frutas no dan
abasto y el mago biche con sal y limón es el producto estrella; también el
chontaduro con esos mismos ingredientes y miel de abejas para quien lo
prefiera. Frutas exóticas que no son comerciales se consiguen allí, guamas,
madroños, zapotes, mamoncillos, ciruelas… En todo caso para mi gusto lo más detestable
son los puestos de comida que hay en la bocacalle de la calle 29; en un local
en esa esquina funcionó Míster Albóndiga, un alemán ‘seriote’ que vendía las
mejores viandas. Ahora ofrecen debajo de parasoles, que dizque están
prohibidos, una variedad de fritos que empalagan a la vista; hileras de perros
calientes esperan la clientela que los devora con fruición.<o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br /></span></div>
Oí decir que esos ventorrillos desagradables son de propiedad de un
concejal, bastante conocido por cierto, y ahí se me cayó el carriel. Porque si
quienes rigen las normas de la ciudad son los dueños de esa mafia, entonces…
¿quién podrá defendernos?</span><span class="fullpost">
</span><div class="blogger-post-footer">xoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxox</div>Pablo Mejía Arangohttp://www.blogger.com/profile/10706008194585223233noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-12504603.post-37258280359291042442016-12-10T18:06:00.000-05:002016-12-10T18:06:43.060-05:00Carreteras.<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Cuando voy para Chinchiná y quien
maneja el carro me pregunta si prefiero la doble calzada o la carretera vieja,
escojo esta segunda opción. Claro que la primera es más cómoda y permite mayor
velocidad, además de que no hay que adelantar otros vehículos, pero me gusta
más la carretera vieja porque vamos más despacio y así puede disfrutarse mejor
el paisaje. También porque desde que llegué al mundo la recorro y de cada fonda
al borde del camino, de cualquier curva o tramo, tengo recuerdos imborrables. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">A algún historiador le oí que la
comunicación terrestre con Chinchiná se hizo para la reconstrucción de
Manizales después de los incendios ocurridos en la década de 1920, ya que la
mayoría de los materiales eran importados y solo llegaban en tren hasta San
Francisco, como se llamaba entonces el vecino municipio. Hicieron cuentas de
cuánto tiempo demoraría subir todo ese hierro, cemento, herrajes y demás carga
en recuas de mulas, y la conclusión fue que pasarían varios lustros antes de
completar dicha labor.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Arrancaron entonces con la trocha
hacia Morrogacho, siguió por entre cafetales hasta La Quiebra del billar y poco
después, frente a la entrada hacia San Peregrino, por una carreterita que va
hacia la vereda El Rosario. Pocos kilómetros después hay una quebrada que no
tiene puente y que puede vadearse en carro sin inconveniente mientras no esté
crecida; sigue la ruta por la orilla del inmenso cause de la quebradita, que la
mayor parte del tiempo es un hilo de agua que corre por entre inmensas piedras
y material de río.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Al llegar a una finquita llamada La
Bombonera hay una Y que da la opción de seguir a la derecha hacia el peaje de
Pavas, o para la izquierda, que fue la de la carretera original, y que sube
hasta La Violeta para continuar por el trazado de la ruta actual. Así llega a
San Pacho, como le decían entonces a ese pueblo, y puedo imaginar lo que sería
la novedad cuando veían subir hacia Manizales por la incipiente carretera esas
grandes volquetas cargadas de materiales.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">En el Bajo Tablazo funcionó hace
muchos años un retén de rentas departamentales y un poco más adelante, en la
recta de la vereda Jaba, quedaba el peaje cuyo tiquete costaba un peso; el
mismo que cobraba levantaba la guadua cada que un carro pagaba y entre los
hermanos nos peleábamos el recibo del peaje para hacer un avioncito y sacarlo
por la ventanilla. Pocos metros más abajo sigue ahí la cantina La Cumparsita,
cuyo dueño fue un bigotudo que mantenía todas las paredes del negocio forradas
con afiches de viejas en pelota. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Después siguen La Siria, Caselata,
La Violeta y unos kilómetros después la carretera corre un corto tramo paralela
al río Chinchiná. Siento nostalgia al recordar una fondita, El Pescador, que
había en la recta de Cenicafé; alrededor del negocio varias casitas de familias
que vivían de sacar material del río. Allí vendían unos pandeyucas muy sabrosos
y acostumbrábamos parar a comprarlos. Pues resulta que la avalancha que se
formó con la erupción del volcán Arenas en 1985 arrasó con toda esa pequeña
comunidad y después de su paso solo quedó el recuerdo de quienes allí
habitaban. <o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br /></span></div>
Cuando quisieron ‘clavarnos’ un peaje en esa vía, el que gracias al
firme rechazo de los chinchinenses logró impedirse, supusimos que nunca le
meterían mano al mantenimiento para que la gente pagara el peaje de la doble
calzada. Sin embargo, hay que reconocer que se le hizo una reparación completa
a toda la calzada y en la actualidad está en perfectas condiciones.</span><span class="fullpost">
</span><div class="blogger-post-footer">xoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxox</div>Pablo Mejía Arangohttp://www.blogger.com/profile/10706008194585223233noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-12504603.post-20882054678095985722016-10-20T17:33:00.000-05:002016-10-20T17:33:01.374-05:00La mejor compañía. <div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">A los de mi generación no puede
faltarnos un radiecito para oír todo tipo de programas, sobre todo en los que
conversan de cualquier cosa. Muy temprano me chanto el audífono para seguir la
información que difunde Julito Sánchez y su combo; en un duermevela delicioso
el cerebro selecciona lo que vale la pena. Después a leer el periódico, desayunar
y la visita al baño, siempre acompañado por el infaltable ‘loro’. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Atinado el eslogan de La mejor
compañía, porque en eso se convierte la emisora preferida para uno, en
inseparable adicción. Extraño de antes los programas de humor que tantas
sonrisas nos sacaron, Montecristo, El show de Ever Castro, Los tolimenses, El
manicomio de Vargas Vil. Ahora solo se habla de fútbol y de política. Pues nunca
imaginé que terminaría yo participando en un programa radial y lo que empezó
como un experimento, se convirtió en actividad ininterrumpida de once años. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">A finales de 1993 me invitó Iván
Darío Góez a grabar anécdotas con humor para reproducirlas en el noticiero de
RCN. Muy pronto me ‘sonsacaron’ de Caracol y Javier Giraldo, asesorado por
Ramón Salazar, me propusieron participar con Yesid López en el recordado
programa Pase la tarde con Caracol; debía conseguir una persona que nos
acompañara y propuse entonces a la ex gobernadora Beatriz Londoño de Castaño,
mujer maravillosa con una gracia natural, culta, bien informada y excelente
conversadora. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Todavía bisoños Yesid salía del
estudio y nos dejaba solos con los invitados, como la vez que debí manejar una
entrevista que le hacíamos al reconocido dueto Los Hermanos Uribe. Cuando ya no
sabía qué más decir se me ocurrió preguntarles si ellos tenían algún
parentesco. Otra tarde se metió al estudio la Loca María, una fufurufa que a
pesar de su avanzada edad se tongoneaba por las calles y vestía prendas
atrevidas. Quería pedirle un favor a Yesid y sin importarle que estuviéramos al
aire, conversaba indiferente. A todos nos dio un ataque de risa y ella
simplemente comentó: ¡Y estos hijueputas de qué se ríen…!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Poco después se retiró Beatriz y luego
Yesid, e ingresó al programa Ramón Salazar, con quién me entendí tan bien
durante muchos años. También hacíamos programas de televisión, con Telecafé, y
en esas entrevistamos a un par de trovadores, Serrucho y El Mariscal; ambos
geniales, repentistas de campanillas, pero fue Jorge Ferney Díaz, Serrucho,
quien llamó mi atención. Le pregunté si en Colombia se puede vivir de la trova
y dijo que sí, pero que se vive más maluco que el diablo. Ahí resolví llevarlo
para el programa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Resultó ser un tipo fenomenal,
culto, conocedor del idioma, inquieto y repentista profesional, con quien
seguimos en el programa siempre con una tendencia humorística, pero dedicados a
la cultura, el buen decir y los temas de actualidad. Don Carlos Arturo Lince
nos acompañaba desde los controles, para hacer un programa que aún es añorado
por muchos oyentes. <o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br /></span></div>
Yo trasmitía desde mi casa, mientras el señor Lince y Serrucho lo hacían
desde el estudio del edificio Don Pedro. Una tarde me visitó el doctor Pacho
González para uno de los tantos espacios que compartimos en el programa; le
hice señas para que esperara mientras le daba cambio y como era común quise
empezar con publicidad, por lo que lo invité a tomarnos una aguapanela de la
marca del patrocinador. Dijo que ni muerto, que esa vaina era comida para
chandosos. Yo le hacía señas para que captara pero seguía en sus trece, que
aguapanela no tomaba. Cuando por fin entendió, no quedó sino morirnos de la
risa porque ya no había posibilidad de recular.</span><span class="fullpost">
</span><div class="blogger-post-footer">xoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxox</div>Pablo Mejía Arangohttp://www.blogger.com/profile/10706008194585223233noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-12504603.post-6665581074144870632016-10-20T17:30:00.000-05:002016-10-20T17:30:00.836-05:00Ignorancia atrevida.<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Imagino la piedra que le daría a un
científico como Stephen Hawking si llegara a oírme decir sandeces y pendejadas.
Porque él, que ha dedicado su vida a la investigación y a la búsqueda de
respuestas, no podrá concebir que a un ignorante como yo le parezca que no
deberían botar tanta plata en proyectos y experimentos que supuestamente buscan
mejorar la existencia a quienes habitamos este valle de lágrimas. En cambio
siento respeto por personajes del talante de Llinás, Patarroyo o Hakim, porque
ellos consagran su esfuerzo al avance de la ciencia médica, un asunto cuyos resultados
son de suma importancia para el bienestar de la humanidad. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">La verdad no es que me parezcan de
poca importancia las investigaciones que hacen de tantas vainas de interés,
sino que no puedo aceptar que se inviertan enormes presupuestos en asuntos que
no representan un beneficio inmediato para la humanidad, mientras en el mundo
entero existen tantas privaciones que requiere de intervención inmediata antes
de que sea tarde. En todos los rincones del planeta habitan personas que tienen
necesidades urgentes, sufren y sobreviven en medio del desespero y la
desolación. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Vi en televisión un programa de
cuando filmaron la película Titanic, en el que el director del filme, míster
Cameron, se ideó una expedición de científicos encargados de investigar por qué
se hundió el transatlántico. Muchas veces bajaron hasta los restos del
naufragio en pequeños submarinos especiales para tal fin, mientras en un barco
en la superficie un grupo de investigadores se encargaba de analizar lo
descubierto. Que cómo fue la grieta abierta por el choque, por qué se partió el
barco, que si el dueño se salvó de primero, que hasta qué hora tocó la
orquesta, que cuánto duró el hundimiento…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">A la legua se notó que la intención
del programa era hacerle publicidad a la película y aunque costó una fortuna,
sin duda la jugada comercial fue un éxito porque la mayoría de los televidentes
quedaron antojados de conocer las respuestas. En cambio opino que para qué
carajo sirve conocer esos datos, un barco que se hundió hace más de cien años.
Que inviertan lo que sea para prevenir desastres con los cruceros actuales y
evitar que se repita lo sucedido con el Costa Concordia, que no pasó a mayores
porque fue en la costa y cerca de un pueblo, porque de haber sido en alta mar… <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Hace unos años realizaron en Europa
un experimento con el que lograron reproducir, por medio de un acelerador de partículas,
la explosión del Big Bang, la misma que dio origen a nuestro planeta. Esa vaina
sucedió hace mil quinientos millones de años y entonces me pregunto qué pasa si
nos quedamos sin saber cómo sucedió; aparte de ahorrarnos un dineral, no veo
qué puede cambiar. Cómo servirían esos miles de millones de euros para darle
saneamiento básico a la gente más pobre, vivienda, salud, educación, comida… <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Ahora les dio por mandar una sonda a
Saturno para conocer detalles de ese planeta, si hay agua o atmósfera. Suponga
que el descubrimiento es positivo, qué nos ganamos si eso queda en los
infiernos; nadie se le medirá a viajar hasta allá, durante varios años, para
toparse con un peladero inhabitable. <o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br /></span></div>
En este mundo arrevesado el dinero está muy mal repartido. Es natural
que haya ricos y pobres, pero las diferencias no pueden ser tan desproporcionadas.
Que unos pocos atesoren fortunas mientras la mayoría sobrevive a los trancazos,
es inaceptable. Ojalá no suceda, pero de llegarse a sublevar el pueblo, a los
‘cacaos’, mafiosos y nuevos ricos no les quedará sino pegar para Saturno.</span><span class="fullpost">
</span><div class="blogger-post-footer">xoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxox</div>Pablo Mejía Arangohttp://www.blogger.com/profile/10706008194585223233noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-12504603.post-70186944240355700102016-10-20T17:26:00.000-05:002016-10-20T17:26:23.203-05:00Frivolidades.<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">A diario me pregunto si soy raro, no
tengo sentimientos o se me apagó el piloto, porque cada vez me importan menos
las cosas que suceden a mí alrededor; excepto familiares y amigos, el resto me
trae sin cuidado. Claro que prefiero mantenerme informado para poder meter la
cucharada, pero de ahí a preocuparme o perder el apetito por un hecho
específico, no hay cinco de riesgos. En cambio me asombra ver cómo en nuestro
hemisferio dedican el mejor espacio de los informativos para resaltar el éxito
de un deportista o lamentar la muerte de un artista, mientras apenas mencionan
la explosión de un carro bomba que deja doscientos muertos en un país del medio
oriente. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Me dio golpe oír a dos periodistas
como Julio Sánchez y Alberto Casas a punto de derramar lágrimas por la muerte
de Juan Gabriel; hicieron pucheros, se dieron golpes de pecho y debieron combatir
el nudo en la garganta, mientras dedicaron toda una mañana del noticiero para
lamentar esa pérdida invaluable, según ellos. Entonces proceden a llamar a
otros artistas para que expresen su dolor y empieza la repetición de la
repetidera; resulta que todos eran amigos íntimos del personaje. Y muelen
música del aludido, canciones de cinco minutos, mientras uno esperanzado hace
fuerza para que cambien de tema. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Una de las corresponsales de La W Radio
dijo con voz entrecortada que ahora qué vamos a hacer sin la música de Juan
Gabriel, cómo vamos a disfrutar las fiestas sin sus canciones, a quién le
provocará tomarse un trago sin su compañía. Qué tal esta, como si ella bebiera
siempre acompañada del personaje; que busque videos en la red que ahí están
todos. Como si al morir un artista todas sus grabaciones se borraran de golpe. Que
vieja tan pendeja. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Aunque no soy amigo de ese tipo de
música reconozco que sus canciones son agradables y pegajosas, pero el
enterarme de su muerte ni siquiera me produjo un parpadeo; imagino que la misma
reacción que habría tenido él si el muerto fuera yo. Debido a que no existe
posibilidad de que yo espere dos horas al teléfono para expresar mi opinión,
debo aguantarme la gana de decirle todas esas cosas a Julito: que el tipo me
parece maluco, repelente y detesto sus zalamerías. Respeto que a Julio le
guste, pero debería ser más moderado con el tiempo dedicado a lamentar su
muerte para satisfacer a todos los oyentes. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">En nuestra cultura deberíamos enfrentar
desde pequeños el tema de la muerte; que desde kínder los niños se familiaricen
con ella, para no crecer con ese terror que le produce casi a la totalidad de
la gente. Aceptar que todo lo que nace tiene que morir, sin saber cómo ni
cuándo, a ver si los niños sufren menos al pensar que sus padres pueden morir
en cualquier momento; peor aún los hijos que procreamos nosotros, que por
hacerles la vida más fácil los criamos dependientes e inseguros. Por hacer
bonito hicimos feo.<o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br /></span></div>
La gente se lamenta porque murió un viejo cacreco que dizque estaba como
un lulo, a lo que respondo que yo en cambio me alegro mucho, porque se evitó
todos esos achaques que agobian al ser humano durante la vejez. Nada más
ingrato que enfrentar el deterioro del organismo mientras la mente permanece
lúcida, porque los que ya están chuchumecos ni cuenta se dan. Por eso es tan
cierto eso que si uno se despierta después de las 50 años y no le duele nada,
¡es porque se murió! Y qué tal esta joya: Morir es como quedarse dormido, pero
sin despertarse a orinar.</span><span class="fullpost">
</span><div class="blogger-post-footer">xoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxox</div>Pablo Mejía Arangohttp://www.blogger.com/profile/10706008194585223233noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-12504603.post-29505593887861889232016-10-20T17:23:00.000-05:002016-10-20T17:23:31.154-05:00Piques nocturnos.<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Son muy comunes las personas a las
que les gusta asentarle la chancleta al carro, el mismo que consienten como si
fuera su más precioso tesoro. Desde el día que lo sacan del concesionario le
dedican toda la atención, lo soban a diario con un dulce abrigo hasta dejarlo
reluciente, no permiten que nadie se monte con los zapatos entierrados y mucho
menos que fumen en su interior. Cuando esporádicamente se meten a un hueco y el
‘pichirilo’ se golpea por debajo, les duele como si fuera en carne propia. Y después
de cinco años de comprado pretenden que siga en el estado del primer día de
uso. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">En la juventud es innato el gusto
por la velocidad y ante la falta de escenarios para practicarla, la muchachada
busca sectores de la ciudad donde puedan competir en carreras improvisadas,
siempre al abrigo de la oscuridad. El primer sitio que recuerdo de esos
encuentros nocturnos fue en los alrededores del estadio Palogrande; todo el
complejo deportivo, el estadio, la piscina olímpica (que nunca funcionó y
quedaba donde hoy es el coliseo menor), las canchas de la liga de tenis, el
coliseo mayor y el Tenis club, tenían como cerramiento un muro de ladrillo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Las carreras consistían en darle
varias vueltas a esa gran manzana y los espectadores buscábamos acomodo seguro
para evitar que algún piloto primíparo se saliera de la vía y nos atropellara.
Esas reuniones nocturnas eran ideales para coquetear con las amigas mientras
disfrutábamos del espectáculo, el cual era protagonizado por jóvenes menores de
edad y algunos padres de familia que a pesar de su edad no se aguantaban las
ganas de competir; don Guillermo Isaza y su hijo Pepe, en la pulga Volkswagen,
eran infaltables. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">En vista de que ese sector era muy
habitado los reclamos de los vecinos no se hacían esperar y por ello las
autoridades de presentaban con regularidad a poner orden. Entonces la
convocatoria clandestina encontró otro escenario en el sector que hoy ocupa el
barrio Bajo Palermo; desde una cuadra antes de la iglesia de Palermo, por la
Paralela que todavía no era avenida, arrancaban los bólidos a recorrer la incipiente
urbanización en la que aún no había viviendas construidas. La pista tenía la
dificultad de carecer de peraltes en las curvas y por ello era común que los
carros se golpearan contra los sardineles, lo que le dio el nombre al lugar del
Autódromo ‘Rin torcido’.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">De niños mi papá era aficionado a
jugar golf en el Club campestre, que funcionaba donde ahora es el Bosque
popular. La condición de mi madre para dejarlo ir era que se llevara siquiera
cuatro muchachitos, por lo que pasábamos allá todo el día jugando con los hijos
de los compañeros del golf. Cuando los cuchos terminaban en el campo se
acomodaban en el bar del club a tomar aguardiente y jugar ‘cacho’, mientras
echaban cuentos y apostaban los vales que habían firmado durante el día. <o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br /></span></div>
En cierto momento suspendían el juego y salíamos a las carreras para el
parqueadero, porque se volvió costumbre que el regreso era apostando carreras.
Con regularidad jugaba con ellos Eduardo Gómez Arrubla, quien siempre tenía el
carro más cachaco del pueblo, por lo que todos los mocosos buscábamos cupo en la
lancha de turno. Nunca nos pasó nada, por fortuna, y debo recordar que en esa
época era culturalmente aceptado que la gente manejara mientras tomaba trago. Pocos
años después el programa con mis amigos era que alguno se volara en el carro de
la casa, para irnos a hacer irresponsabilidades por toda la ciudad. Cómo
cambian las costumbres…</span><span class="fullpost">
</span><div class="blogger-post-footer">xoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxox</div>Pablo Mejía Arangohttp://www.blogger.com/profile/10706008194585223233noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-12504603.post-67712575284415862042016-08-30T16:52:00.000-05:002016-08-30T16:52:16.001-05:00¡Vacaciones! (I)<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Para nosotros siempre, sin importar
edad o el grado que cursáramos, fue motivo de felicidad el día que salíamos a
vacaciones. Muy diferente al presente, que para los padres de familia es un
problema porque no saben qué programa inventarse para entretener a su prole; y
los chinos se jartan encerrados en la casa, hasta llegar al punto de añorar el
regreso a clases. Inaceptable para mi generación esa actitud, ya que por el
contrario no regalábamos un solo día de nuestro derecho al descanso. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Esperábamos con ansias el momento
del asueto y según la edad los gustos variaban. En la etapa de la adolescencia optamos
por la pesca y la caza en tierras de la familia de uno de los miembros de la
barra, una hacienda ganadera localizada a cuarenta kilómetros de La Dorada. Seis
amigos conformábamos el grupo y lo primero era visitar la oficina de nuestro
anfitrión, donde él resolvía quienes debíamos motilarnos para recibir su
autorización; cumplidas sus órdenes nos regalaba una caja llena de anzuelos y
aparejos para la pesca, además de generosa munición para rifles y escopetas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">En la finca abrían nuevos potreros
y mientras crecía el pasto aprovechaban para sembrar una roza, pero las
ardillas, tórtolas y loras invadían como plagas para tragarse las apetitosas
mazorcas y ahí entrábamos nosotros, quienes armados con escopetas las
tumbábamos por docenas. Nada se decía entonces de ecología, medio ambiente o
derechos de los animales. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">En varios costales empacábamos el
campamento, una carpa amplia y cómoda, el fogón de gasolina, marmitas,
cubiertos y demás menaje. Cualquier madrugada le poníamos la mano a un camión
de los que van a recoger ganado al Magdalena medio y por unos pesos algún chofer
nos recogía. Como pollitos debíamos arrumarnos para pasar la cordillera porque
el frío era brutal y apenas despuntaba el día llegábamos al puerto caldense. A
conseguir la carnada, lombrices capitanas gruesas como dedos pulgares, y otras
diligencias, para montarnos en la chiva que salía para Victoria; después de una
hora de viaje nos bajábamos en Isaza, conocido como El 30, donde en la tienda
de don Modesto conseguíamos de todo. La compra era básica y ‘modesta’, porque
la idea era alimentarnos de lo que lográramos pescar y cazar. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Llamábamos entonces a la finca por
radioteléfono para que mandaran el tractor con remolque, al que nos trepábamos
con los corotos para recorrer los 7 kilómetros que faltaban para llegar a la
casa, localizada a orillas del río Pontoná. Esa primera noche dormíamos allá y
recuerdo que en una de esas idas a la casa vieja, esta servía de bodega para
almacenar una cosecha de maíz. Nos acostamos a dormir, mamaos, pero al rato
sentimos muchos ruidos y resolvimos prender una linterna, para toparnos con una
invasión impresionante de ratas; como de película de terror. Figuró armar la
carpa a media noche, bajo la lluvia, en un pantanero al lado de la casa. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Al otro día madrugamos a tomar Milo
con leche recién ordeñada y después a cargar las mulas con el equipaje, debíamos
echar pata durante una hora para llegar al otro extremo de la finca, donde en
la confluencia de los ríos Pontoná y La Libertad armábamos el campamento en un
pequeño cerro donde había saladero y palo de limones; el sitio era estratégico
porque si llovía mucho amanecíamos aislados, con el ganado, y por la inundación
no se veían ni los cercos.<o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br /></span></div>
En la orilla de una pequeña quebrada que pasaba abajo del cerro
improvisábamos la cocina, para lo que fabricábamos una mesa de madera, y el
fogón de leña. Quedan pendientes más detalles...</span><span class="fullpost">
</span><div class="blogger-post-footer">xoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxox</div>Pablo Mejía Arangohttp://www.blogger.com/profile/10706008194585223233noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-12504603.post-73635440976730362442016-08-30T16:49:00.000-05:002016-08-30T16:49:17.887-05:00¡Vacaciones! (II).<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Durante mi adolescencia los jóvenes
éramos austeros en el gasto, sobre todo porque nuestros padres debían repartir
lo poco que tenían entre muchos hijos y por lo tanto para los paseos debíamos
hacer rendir lo poco que nos daban en la casa. Para cualquier programa nos
echábamos tres pesos al bolsillo y confiábamos en que nada nos faltaría. En un
principio los paseos a la costa atlántica los hacíamos en transporte público,
recorridos que duraban una eternidad en buses incómodos y obsoletos, y después
en el carro de alguno de la barra a quien se lo prestaban en la casa; viajar
por carretera era muy económico, y gasolina y peajes ni se tenían en cuenta en
el presupuesto. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Pero volvamos al cuento. Ya
instalados en el campamento de La Julita, como se llamaba la finca, planeábamos
la rutina del día mientras despachábamos un generoso desayuno. Había armas para
todos, escopetas de diferente calibre, carabinas y rifles de la U, además de
munición para dar y convidar. Basta imaginar lo que serían unos muchachos a esa
edad con semejante armamento para dispararle a todo lo que se moviera, aunque
no tenemos remordimientos porque así nos criaron y culturalmente era una
conducta aceptada por todos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">En dos grupos de a tres dejábamos
el campamento con el compromiso de regresar al caer la tarde y traer pescado,
tórtolas o cualquier otro bicho que sirviera para echarle a la sopa.
Recorríamos grandes distancias y el único potrero que tratábamos de evitar era el
de las vacas recién paridas, porque las celosas madres embestían con fiereza y
tocaba salir a las carreras y meternos en un guadual, donde no pudieran atacarnos.
Hasta el caño más insignificante estaba lleno de babillas, tortugas, serpientes
e iguanas, algunas de las cuales perseguíamos para añadirle proteína a la dieta
diaria.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">El primero en regresar se encargaba
de montar la olla con papa y pastas, para agregarle lo que resultara de la
jornada; en caso de blanquearnos todos, alistábamos las escopetas para dispararles
a las bandadas de loras que pasaban a esa hora en medio de la algarabía. Caía
media docena y tras desplumarlas y cortarles patas y cabezas, las echábamos a
hervir y aunque la carne era dura e insípida, algo de sustancia soltaban. Acto
seguido bajábamos a la quebrada para lavar marmitas y platos con puñados de
arena, preparar agua con limón para la sobremesa y lavarnos los dientes; sin
pastillas para potabilizar el agua ni otras precauciones, ya que por fortuna nada
nos hacía daño. A reposar un rato alrededor de la fogata mientras salíamos a
pescar de noche, que es cuando mejor pican las mueludas, picudas, mojarras y
blanquillos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">El desayuno era con pescado frito y
patacones, y mucho limón, acompañados de un generoso pocillo con chocolate. A
esa hora pasaba Hernando, el agregado, quien daba vuelta al ganado y
aprovechaba para llevarnos arepas y una botella de leche. Comentaba él con el
vaquero que lo acompañaba, que ellos no se metían ni muertos a un potrero de
esos durante la noche, ni siquiera a caballo; nunca fuimos mordidos por
culebras venenosas, porque debido a la lejanía la situación podría complicarse.
<o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br /></span></div>
Las anécdotas de las aventuras vividas en las tantas temporadas que
pasamos allá, bajo el manto protector de don Daniel Molina Salazar, alma
bendita, quien con su bonhomía nos dejó ejemplo de generosidad y equilibrio
espiritual, quedan pendientes para próximas publicaciones. Hoy en día no puedo
dejar de comparar las vacaciones de los adolescentes, pegados a toda hora de un
teléfono celular, con aquellos periplos maravillosos que disfrutábamos durante nuestros
días de descanso.</span><span class="fullpost">
</span><div class="blogger-post-footer">xoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxox</div>Pablo Mejía Arangohttp://www.blogger.com/profile/10706008194585223233noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-12504603.post-79955416706266642842016-08-30T16:45:00.000-05:002016-08-30T16:45:49.701-05:00Disquisiciones olímpicas.<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Qué delicia disfrutar del banquete
que ofrece la televisión para seguir desde primera fila los juegos olímpicos
realizados en Río de Janeiro. Algunos disponen de tiempo para pasarse todo el
día frente a la pantalla y no perder detalle, mientras la mayoría aprovecha
cualquier momento disponible para echarle un ojo al espectáculo. Disciplinas
deportivas para todos los gustos, aunque uno se entretiene con modalidades
totalmente desconocidas que nos enganchan por ser novedosas y llamativas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">La calidad de las transmisiones es
cada vez mejor y ahora con la tecnología de la alta definición se logra una
nitidez absoluta; el inconveniente es que después de disfrutar de esa modalidad
ya no puede verse televisión análoga. Por la televisión digital terrestre se opta
por las trasmisiones de Caracol televisión y por la señal de cable se
sintonizan los canales de deportes extranjeros, más otros que acondicionó el
operador para trasmitir los juegos, todo en alta definición. De manera que
puede saltar de canal en canal para escoger su preferencia. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Mientras disfruto de ese programa
tan sabroso no puedo dejar de pensar en ciertas inquietudes que me asaltan. Por
ejemplo, cómo hacían antes para manejar tiempos y demás mediciones, cuando todo
se basaba en la agilidad de un juez para definir un resultado. Ahora, que son
los aparatos electrónicos los que marcan tiempos, definen finales por foto
finish y miden distancias, se pregunta uno cuántas serían las injusticias
cuando todas esas decisiones se tomaban a ‘ojímetro’. Basta con ver en el
fútbol cuando un jugador está en fuera de lugar, lo que se demora el juez de
línea en pitar y levantar la bandera. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Otro asunto que me desvela es el de
los records mundiales y olímpicos. Porque tiene que llegar el día que no
estiren más, ya que bien es sabido que todo tiene un límite. Claro que por
ejemplo el record mundial de salto con garrocha lo tiene el ucraniano Serguéi
Bubka, desde hace más de veinte años y esta es la hora que nadie ha podido aumentarle
siquiera un milímetro; igual sucede con el cubano Javier Sotomayor en salto
alto. Pienso entonces que la raza humana desaparecerá de la tierra antes de que
esas marcas deportivas se estanquen definitivamente. Cuándo será ese cuándo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Son muy grandes las diferencias
entre quienes habitamos el tercer mundo y los países desarrollados en cuanto a
desempeño en los juegos olímpicos, por lo que deberían pensar en realizar las
competencias por categorías. Con muy contadas excepciones las medallas son para
los atletas del primer mundo, quienes reciben atención desde sus primeros años
para convertirlos en atletas integrales; alimentación especial, alta
tecnología, técnicos idóneos, educación, rutinas de entrenamiento y demás
condiciones para que el individuo tenga un apoyo total. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">A Michael Phelps le construyeron
una piscina olímpica enseguida de la casa
para que no tuviera que desplazarse para ir a entrenar, mientras Oscar Figueroa
creció en una fundación para niños desplazados en Cartago, bajo el manto
protector de mi querida amiga Consuelo Palau; allí lo alimentaron, le permitieron
educarse, lo arroparon y le brindaron una familia, mientras en un improvisado
gimnasio levantaba pesas hechas con tarros de galletas rellenos de arena. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">La supremacía estadounidense es
apabullante; el poderío de la raza negra, arrasador; los orientales se destacan
por su disciplina y efectividad; de existir todavía la antigua Unión Soviética
sería imparable; y salvo algunas excepciones, los latinos nos destacamos por
mediocres. <o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br /></span></div>
Con disciplinas deportivas para todos los gustos, esa maravillosa torre
de Babel que se reúne cada cuatro años logra demostrarle al mundo que los
hombres podemos vivir en paz y armonía.</span><span class="fullpost">
</span><div class="blogger-post-footer">xoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxox</div>Pablo Mejía Arangohttp://www.blogger.com/profile/10706008194585223233noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-12504603.post-51807203580765314062016-08-30T16:38:00.000-05:002016-08-30T16:38:08.098-05:00En obra gris.<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">El mecanismo más perfecto que
conocemos es el cuerpo humano, cuyo poder de raciocinio lo hace superior al de cualquier
otro ser vivo. Son tantos los sistemas que conforman nuestro organismo, tanta
la perfección, los detalles y las minucias, que hacen pensar en la mano de un ser
superior que haga posible tanta maravilla. Aunque como no falta el pero, enumero
algunas de las fallas que presenta ese mágico mecanismo y que nos hacen pensar
que todavía estamos en obra gris. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Empiezo de abajo para arriba, con
los pies, a los que les toca duro el trabajo y por ello con el paso del tiempo sufren
fallas y desperfectos. Claro que como todo, entre más los cuidamos y
consentimos, mayores los problemas que reflejan. Porque un indio ‘patirajao’
que nunca se ha calzado, presenta callos y una estructura en los pies que
aguantan el uso y el abuso sin mosquearse. Pero yo sí le digo lo que molestan
esas extremidades al citadino, sobre todo a las féminas, quienes por pasar la
vida trepadas en unos tacones sufren lo indecible cuando se presentan los
achaques: Juanetes, uñas enterradas, dedos deformes, candelillas, callos,
clavos y demás jodas por el estilo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Piernas arriba las dolencias no
desaparecen y en especial las articulaciones, que son desagradecidas porque
castigan a los deportistas sin importar que buscaran disciplina y salud. Se
desgastan las bisagras y ahí empieza Cristo a padecer, porque los dolores
mortifican y los tratamientos son largos y complicados. Qué decir cuando el
problema llega a las caderas, donde es tan común que los ancianos presenten
fracturas; se caen y se quiebran, o se quiebran y se caen. La temida
osteoporosis. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Un poquito más arriba está la
próstata, glándula esta que desvela a los varones por su tendencia a presentar
dificultades; la primera cabecera es la visita al urólogo, quien según el
ofendido paciente logra mancillar su inmaculada reputación; y antes de que diga
esta boca es mía, ya lo tiene ensartado. Después está la tripa, o mejor el
aparato digestivo, el cual genera molestias de punta a punta; ya que no podría
escogerse entre un dolor de muela y una hemorroide toreada. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">El tracto que beneficia los
alimentos que ingerimos anda en franca decadencia, porque si antes los
problemas digestivos eran asuntos de adultos, hoy en día es común ver a púberes
y adolescentes hacer fila en la consulta del gastroenterólogo, para que les introduzcan
un tubo explorador por el agujero que corresponda. Gastritis, hernia hiatal,
úlcera, reflujo, colon irritado, estreñimiento, flatulencia y cálculos biliares
son algunas de las ‘molestias’ que se presentan con mayor regularidad, y para
cerrar con broche de oro el mal vergonzante que humilla y atormenta, las
almorranas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Sería eterno nombrar los achaques y
enfermedades que se presentan en los demás órganos y sistemas, hasta llegar a
la torre de control donde el más común, la temida migraña, le ha mortificado la
existencia a media humanidad. Algunos ejemplos que nos hacen pensar que aún
estamos en obra gris son las cordales, la tiroides, las amígdalas, la vesícula
biliar y el apéndice, porque nos los sacan y seguimos tan campantes. <o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br /></span></div>
Un mal menor es la caspa, que incomoda a quien la padece por el aspecto
deplorable que refleja. Hace muchos años sufrí un episodio de caspa y un amigo
bogotano me envió un jabón artesanal, de muy mal aspecto, que según él era la
panacea. Después de usarlo las motas eran del tamaño de ‘crispetas’ y cuando
llamé a hacerle el reclamo, respondió que por eso había dicho que la porquería
esa era ‘buenísima’ para la caspa.</span><span class="fullpost">
</span><div class="blogger-post-footer">xoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxox</div>Pablo Mejía Arangohttp://www.blogger.com/profile/10706008194585223233noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-12504603.post-91966770823802851552016-08-12T17:20:00.000-05:002016-08-12T17:20:30.423-05:00Metamorfosis. <div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Transformación o cambio profundo es
la definición que le da el diccionario a esta palabra, aunque si quien consulta
quiere algo más concreto y explícito, basta leer algo acerca de la metamorfosis
de la rana, donde un simple renacuajo se convierte en colorido batracio; o
mejor explicación encontrará con el cambio que sufre un gusano que se transforma
en mariposa, uno de los seres más bellos de la naturaleza. Si quiere
profundizar más acerca del tema que le meta el diente a La Metamorfosis, de
Franz Kafka, una obra maestra de la literatura universal que mantiene al lector
expectante desde la primera página. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Sin embargo, en el trajinar diario
sucede un ejemplo que es más evidente que todos los anteriores y es lo que
sucede a la mayoría de las personas cuando se disponen a conducir un vehículo;
y no digo que todas porque sería injusto, ya que existen algunas excepciones.
Por lo general es común ver a verdaderos caballeros, educados y correctos,
convertidos en guaches que insultan y echan tacos desde el mismo momento que
ocupan el asiento del conductor. Más impactante aún es oír damas que son modelos
de pulcritud, angelicales y de buenos modales, convertidas en verduleras cuando
conducen un vehículo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">De manera que además de que las
vías no dan abasto, la inseguridad campea, la mayoría no respeta las normas de
tránsito, los semáforos están mal sincronizados y demás bellezas, sumado al
hecho que casi todos los conductores andan con el mico al hombro, enfurecidos y
con ganas de matar a alguien, se forma un coctel explosivo que a diario deja
accidentes y víctimas qué lamentar. Antes no suceden más cosas, piensa uno, con
semejante panorama tan oscuro. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">La avalancha de motociclistas que
inunda las vías ha generado un odio visceral entre los conductores de
vehículos, quienes se sienten atropellados por la forma irresponsable como se
comporta esa horda que zigzaguea por entre el tráfico como si fueran los únicos
que tienen afán. Se detienen los carros
en el semáforo y aparece la plaga de motociclistas, que se adelantan como sea
hasta llegar a primera fila para seguir muy campantes sin respetar el pare,
como si las leyes no fueran para ellos. Por ello suceden tantos accidentes
donde los conductores de moto se ven involucrados, los mismos que congestionan
los servicios de urgencias y que tienen colapsado el sistema de Seguro
obligatorio para accidentes de tránsito, SOAT. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Ante una situación tan compleja no
queda sino armarse de paciencia, respirar profundo y contar hasta diez, porque
lo único que saca el enfurecido conductor es una úlcera o un dolor de cabeza,
ya que dicha problemática no tiene solución inmediata. La única salida para
combatir el caos es adelantar campañas que calen en la conciencia de los
conductores, que les enseñe a comportarse, los haga reaccionar. Solo Antanas
Mockus se le midió al asunto y nos dejó una lección de lo que puede lograrse
con dichas iniciativas, pero ante la falta de continuidad de sus sucesores todo
quedó en buenas intenciones. <o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br /></span></div>
El conductor de vehículo particular debe cambiar de actitud y relajarse,
y tener claro que mientras no existan políticas de transporte masivo y
construcción de vías, las cosas seguirán iguales. Además hay que tener claro
que el Gobierno debe enfocarse en solucionar ante todo el asunto del transporte
público, que es el que mueve al 85% de la población. Una buena táctica para controlar
el ofusque y la irascibilidad, es que sea la misma familia la encargada de
sacarle tarjeta amarilla al conductor, cada que le recuerde la madre a todo el
que se atraviese.</span><span class="fullpost">
</span><div class="blogger-post-footer">xoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxox</div>Pablo Mejía Arangohttp://www.blogger.com/profile/10706008194585223233noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-12504603.post-60191034271838795222016-08-12T17:16:00.000-05:002016-08-12T17:16:30.873-05:00Memorias de barrio (15).<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Nuestros gustos y procederes son
idénticos a los de nuestros mayores, con esas pocas excepciones que hacen la
regla. De la familia materna heredé el gusto de viajar por carretera, a diferencia
de quienes odian esa modalidad porque todo les parece lejos y desde el inicio del
recorrido empiezan a preguntar cuánto falta. En cambio quienes disfrutamos lo
encontramos interesante, bonito, agradable y todo nos parece cerquita.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Antes era impensable viajar en
avión y por ello debíamos treparnos todos en el DeSoto familiar para salir de
paseo. El carro tenía sillas amplias, sin cinturones de seguridad ni ergonomía
alguna, y al no haber restricción de pasajeros, nos acomodábamos como fuera; ni
hablar de las peleas por las ventanillas. El único lujo que tenía el carro era
un radio de sintonizar con teclas, pero mi papá no lo prendía porque no
aguantaba esa chirimía. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">El domingo nos llevaban a Chipre,
al drive-in Los Arrayanes, y nos compraban empanadas con media gaseosa; otra
garrotera con quien tocaba compartirla. Esporádicamente el algo era en Pereira,
que quedaba lejos, y allí nos compraban pandeyuca con helado; el negocio quedaba
en el parque Uribe Uribe, donde correteábamos alrededor del lago mientras
despachábamos el mecato. Luego mi mamá nos hacía lavar las manos en las aguas
contaminadas con escupitajos y meadas de los chinches. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Tiempo después estrenamos Simca
1000 y el cambio fue radical, porque ya no cabía ni la mitad de la tropa.
Viajaban los cuchos, mi hermana mayor, los chiquitos y uno de los muchachos,
quienes nos sometíamos a una cachiporra para escoger cuál clasificaba. Íbamos
mucho a Medellín, por asuntos de familia, y como estaba recién inaugurado el
hotel Intercontinental había promociones de fin de semana, las mismas que
aprovechaba mi papá. Entonces llegaban a contarnos de los lujos, del desayuno
bufet, de la piscina y demás atractivos, y quienes nos quedábamos tragábamos
saliva y añorábamos tener esa oportunidad. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Por fin me tocó el turno y mi mamá
preparó un ‘sudao’ de gallina, amarillo y sustancioso, el cual empacó en un
tarro grande de galletas de soda; en otro recipiente el arroz, platos
desechables, etc. Al final de la tarde llegamos al hotel Veracruz, cerca del Nutibara,
porque en esa oportunidad no hubo chance en el Intercontinental; de todas
maneras el escogido tenía piscina y un buen restaurante en la terraza, lo que para
nosotros era una novedad. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Al descargar el carro mi mamá nos mandó
a varios con un botones cargados de maletas y a mí además me encartó con el
coco del fiambre. A disgusto lo cargué y en el ascensor el tipo preguntó con
tonito golpeado qué llevábamos ahí, a lo que respondí no saber, que eso era de
mi mamá, y entonces el vergajo ordenó abrirlo. Abochornado procedí a destapar
el tarro y cuando vio el grasoso fiambre, hizo cara de asco y advirtió que
estaba prohibido entrar comida al hotel. Hable con ella, le sugerí, a ver cómo
le va… <o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br /></span></div>
Después de explorar la habitación y los alrededores, empezamos a planear
lo que pediríamos de comida en el restaurante y a ponernos el vestido de baño,
pero mi mamá dijo que ni riesgos, que comida teníamos suficiente, los sobrados
del fiambre, y que estaba muy tarde para programa de piscina. Qué desilusión,
aunque nos dejó bañar en la ducha al menos una hora con ese chorro hirviendo,
ya que la caldera permitía lo que en la casa era imposible. Salimos como unos
rábanos y con los dedos arrugados, a dormir en cama franca y con la ilusión de
tener mejor suerte al día siguiente.</span><span class="fullpost">
</span><div class="blogger-post-footer">xoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxox</div>Pablo Mejía Arangohttp://www.blogger.com/profile/10706008194585223233noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-12504603.post-32491860505735588202016-08-12T17:10:00.001-05:002016-08-12T17:10:46.716-05:00Mi querencia natural.<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Vivimos una rutina diaria que obnubila
e impide que veamos la realidad que nos rodea, por lo que es común que no
seamos conscientes de la maravilla de ciudad que nos tocó como vividero. Claro
que es natural que todos nos refiramos de igual manera al terruño que nos vio
nacer y por ello se cae en discusiones bizantinas cuando varios contertulios
insisten en convencer a los demás de que tienen la razón. Lo importante no es persuadir
a nadie de que la de uno es la mejor opción, sino apreciarlo y disfrutar al
máximo sus ventajas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">En estos países del tercer mundo es
común que la gente quiera emigrar de pueblos y campos para las ciudades
capitales, así deban afrontar dificultades y engrosar los cinturones de
miseria. Sin embargo luchan y perseveran hasta que dan el salto a Bogotá, donde
pasan trabajos y se rebuscan el pan, siempre con la meta de algún día cruzar el
charco y devengar en moneda fuerte; no hay poder humano que los convenza de que
si ganan en dólares, igual deben gastar en dólares. Lo paradójico es que los oriundos
de esas grandes urbes dedican su esfuerzo a poder habitar en los suburbios de
la ciudad, así deban desplazarse durante varias horas al día para ir a
trabajar. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">En nuestro medio a las familias
acomodadas les dio porque sus hijos tienen que estudiar en universidades de
Bogotá o Medellín, convencidos definitivamente de que el hábito hace al monje;
y son muchos los que aguantan ese cañazo así deban saltar matones. Lo triste es
que después de que los jóvenes se van no regresan sino a pasar puentes y
vacaciones, cada vez con menos frecuencia porque ahora viajan al exterior con
mucha facilidad. Muchos de ellos emigran a países lejanos donde forman sus
hogares, por lo que a sus padres les toca disfrutar de los nietos por una
pantalla de computadora; así son las familias modernas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Lo que me da golpe es oír a
personas oriundas de ciudades intermedias como la nuestra y que residen en
Bogotá, renegar por el caos que viven en el día a día. Utilizar el transporte
público en horas pico es una agonía de supervivencia y quien tiene vehículo
particular ve cómo con el paso del tiempo ese privilegio se hace menos viable,
por los altos costos que tiene el mantenimiento del carro y la tortura que
representa estar inmerso durante horas en fuertes atascos que minan la
paciencia del más tranquilo; aparte del caos vehicular, el temor a ser
atracado, a que le arranquen los espejos o las plumillas, a que lo bajen del
carro y se lo roben. Vivir con ese miedo todos los días tiene que ser muy
espantoso.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Que quienes proceden de provincia
consideren la posibilidad de regresar a su tierra y así dejarles la capital a
los bogotanos de nacimiento, para que puedan vivir en una ciudad sin tanta
gente, más amable y ordenada. Lo que falta es que los jóvenes se convenzan de
que si en la capital encuentran trabajo mejor remunerado, con lo que les pagan
aquí les alcanza para tener una mejor calidad de vida. Porque en provincia todo
es más barato, más fácil y descomplicado. <o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br /></span></div>
Pero sin duda lo mejor de vivir en Manizales es la calidad de su gente;
porque las personas se miran a la cara, nadie niega un saludo, los ciudadanos
interactúan sin conocerse, la amabilidad es innata y así la vida es más
llevadera. Aquí nací y he pasado mi existencia, y aquí espero morir porque
definitivamente esta es mi querencia natural. </span><span class="fullpost">
</span><div class="blogger-post-footer">xoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxox</div>Pablo Mejía Arangohttp://www.blogger.com/profile/10706008194585223233noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-12504603.post-84056003905395626432016-08-12T17:07:00.000-05:002016-08-12T17:07:26.010-05:00No le jalo.<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">No cabe duda de que uno debe
evolucionar a medida que pasa el tiempo o arriesga que lo deje el tren, como
reza el dicho popular, pero debo confesar que no he podido seguir esa regla de
oro en muchas situaciones de mi vida. Y no me preocupa ver que la juventud
tiene un gusto diferente al mío en muchas cosas, pero sí llama mi atención que
muchos de quienes pertenecen a mi generación compartan el mismo placer. Pienso
entonces si acaso seré muy resabiado, chocho o retrógrado, porque por más que
trato no puedo encontrarle ninguna gracia. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Un ejemplo es lo sucedido con los
dibujos animados a través de mi existencia. Cuando tenía unos siete años no
había mejor aliciente que recibir una revista de comics; teníamos acceso a
ellas prestadas o alquiladas, mientras esperábamos a que empezara la película
en un cine, pero ya tenerla en propiedad y poder disponer de un ejemplar, era una
quimera. Tenía que estar uno enfermo para que la mamá se apareciera con un
regalito de esos y los títulos más comunes eran Archie, La pequeña Lulú o Rico
Mc Pato; años después, más maduros en la lectura preferíamos al Llanero
Solitario, El Zorro o Superman. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Durante la semana era obligatorio
leer la página dedicada a los ‘monitos’ de los diferentes periódicos, en las
que seguíamos las genialidades de Justo y Franco, Olafo o Educando a papá.
Tampoco le perdíamos el hilo a las historietas de Dick Tracy o Modesty Blaise. El
domingo nos peleábamos la sección de comics, para disfrutar de nuestros héroes
Tarzán, El Fantasma y Mandrake el mago. Con el paso de los años nuestro gusto
cambió y esas inocentes historietas dejaron de interesarnos, aunque ahora veo
que muchos contemporáneos míos aún disfrutan con aquellos héroes de antaño.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Me parece inaudito oír adultos
mayores refiriéndose a las maravillas de una película donde se enfrentan Batman
y Superman; uno a esta edad y pegado de semejantes pendejadas. Pero además se
relamen con cintas como Shrek, Buscando a Nemo, Toy Story, Peter Pan y demás
títulos por el estilo. Se han visto varias veces la zaga de la Guerra de las
galaxias, Harry Potter y siguen expectantes a Rápido y furioso. Con pasión
comentan ‘clásicos’ como El hombre araña, Godzilla o Transformers. Y qué tal
desde que les dio por hacer las películas con computadoras, en las que se
mezclan lo real y lo virtual, pero con la voz de los famosos para asegurar el
éxito de las mismas. Una industria cinematográfica cuyo éxito se mide por la
taquilla obtenida. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Cuando contraté el servicio de alta
definición con mi proveedor de televisión por cable, supuse que disfru</span>taría
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">de
buen cine en más de veinte canales dedicados a tal fin. Pero qué va, por más
que busco de canal en canal es casi imposible toparse con algo medianamente
digerible. Solo encuentro cine comercial de Hollywood, vampiros, muertos
vivientes, superhéroes, series ridículas y superficiales, caras bonitas,
famosos y demás babosadas por el estilo. Definitivamente a eso no le jalo.<o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br /></span></div>
Me gustaban mucho los canales culturales de Discovery, Natgeo, History,
Animal Planet, BBC, etc., pero hay que ver en lo que se convirtieron. Programas
estúpidos, con libretos preconcebidos e historias rosas, dirigidos a un público
con un cociente intelectual básico. Por fortuna tengo en alta definición Señal
Colombia, una opción maravillosa para disfrutar de programación variada,
cultural, muy interesante y sin pauta comercial. Y todas las noches a las 10:30
presentan buenas películas de cine independiente; filmes de todas las épocas y
diferente origen, excepto cine comercial. ¡Ese es el mío!</span><span class="fullpost">
</span><div class="blogger-post-footer">xoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxox</div>Pablo Mejía Arangohttp://www.blogger.com/profile/10706008194585223233noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-12504603.post-76757085919856851062016-07-04T19:41:00.000-05:002016-07-04T19:41:49.225-05:00Casi me estripan… (I)<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">En nuestro medio dicen que los
sapos mueren estripaos y a mí casi me sucede. A mediados de la década de 1980
trabajaba con ACES, en el aeropuerto La Nubia, y en mis narices se realizaba un
robo continuado que debía llevar años sucediendo. Tal vez por inocente o por no
tener una mente proclive a turbiedades, nunca sospeché de nadie; por el
contrario, soy confiado y de los que piensa que el ser humano es bueno por
naturaleza. El caso es que desde el instante que descubrí el desfalco lo
denuncié y por ello estuve a punto de que me estriparan (por sapo, según una
gran mayoría). <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">En aquella época el trabajo en las
aerolíneas era muy distinto, sobre todo porque no utilizábamos computadoras.
Los tiquetes eran físicos y se diligenciaban a mano, nombre del pasajero, ruta,
número y hora del vuelo, y listo; casi todos pagaban con efectivo y apenas
empezaban a usarse las tarjetas de crédito. Desde la oficina principal nos dictaban
las listas de pasajeros, que se copiaban a mano, y en el aeropuerto
adicionábamos los que compraban a última hora. Los pasajes tenían precios
establecidos, sin descuentos ni promociones, y si un pasajero no se presentaba
para un vuelo podía volver a utilizar el tiquete, sin ninguna penalidad. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">La aerolínea operaba en Manizales
con aviones Twin Otter, que aunque ahora nos parecen avionetas, era lo que
había y por cierto fue un equipo todoterreno que permitía operar en condiciones
meteorológicas extremas; tenía que estar muy nublado para que cerraran el
aeropuerto. A diario despachábamos, ida y regreso, ocho vuelos a Bogotá, tres a
Medellín y dos a Cali. Teníamos dos aviones y sus respectivas tripulaciones con
base en la ciudad, y también personal de mantenimiento. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Para cada salida debía
diligenciarse un manifiesto de vuelo y la lista de pasajeros que embarcaban; de
esos documentos los originales eran para la tripulación y las copias para donde
correspondieran. La lista de pasajeros tenía, además, una copia en papel común
que servía de soporte para el pago de la tasa de aeropuerto. Porque, distinto a
como se hacía en los demás aeropuertos del país, en Manizales cobraban ese
impuesto por aparte del valor del tiquete aéreo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">De manera que después de presentar
su tiquete, con el respectivo equipaje, en el counter de la aerolínea, el
pasajero debía pasar a que le cobraran la tasa de aeropuerto. Ese trabajo lo
realizaban dos empleados del Ideca, el organismo departamental que administraba
el aeropuerto en esa época, y ambos funcionarios se turnaban por días para
desempeñar dicha labor. Además, había un representante de la Contraloría
departamental encargado de sellar los talones que se entregaban a los usuarios.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">En vista de que ambos empleados
trabajaban a nuestro lado era de esperarse que existiera plena confianza,
además de que nos prestábamos servicios y demás favores que se ocurrían. Por
cierto yo admiraba la dedicación con que ellos acudían a cumplir con el deber,
lo que hacían así estuvieran muy enfermos. Entonces les insistía que la salud
debía cuidarse y que para eso era la seguridad social, para atenderlos, incapacitarlos
y darles la medicina necesaria. Pero ellos porfiaban en que el trabajo era lo
primero y así tuvieran fiebre alta, cumplían sus jornadas laborales de más de
doce horas. <o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><div>
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br /></span></div>
Pues tiene más malicia un gato de porcelana, porque nunca se me ocurrió
que detrás de tanta responsabilidad lo que había era un ‘tumbis’ que les
mantenía los bolsillos llenos, a ellos y a muchos otros que comían del mismo
plato. Esperen pues les cuento cómo fue el asunto…</span><span class="fullpost">
</span><div class="blogger-post-footer">xoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxox</div>Pablo Mejía Arangohttp://www.blogger.com/profile/10706008194585223233noreply@blogger.com0