lunes, octubre 27, 2008

Me Río de Janeiro.

Los colombianos nos deberíamos mantener mejor informados acerca de los proyectos de ley que se adelantan en el Congreso de la República, porque la realidad es que pierden el tiempo en unas pendejadas que francamente. En realidad ellos le trabajan en serio a las iniciativas que más pantalla ofrecen, como aquellas que mantienen en vilo a los reporteros que cubren el Congreso y ocupan los titulares de prensa; esas mismas que les reportan utilidades varias, porque está claro que allá nunca votan a cambio de nada. Mientras tanto las nimiedades, que son muchas, las aprueban a pupitrazo limpio cuando apenas faltan unos minutos para que termine el período legislativo.

Hace un tiempo se presentó un fatal accidente en la piscina de un reconocido hotel de Cartagena, hecho en el que perdió la vida un niño de una manera absurda e inesperada. Ese tipo de noticia amarillista es un manjar para ciertos periodistas, como en su momento lo saboreó Félix de Bedout, además de convertirse en atril preferido para politicastros pantalleros y oportunistas como el tal Armandito Benedetti, quienes asumen el caso como si les doliera en el alma la muerte del niño, cuando en realidad lo que buscan es protagonismo y audiencia.

La justicia está para determinar quién es culpable e imponer los castigos pertinentes, y si el hotel tuvo algún grado de culpabilidad que le caiga todo el peso de la ley. Pero había que ver a este par de redentores reclamar porque en la piscina no había un técnico listo para desconectar las válvulas necesarias que evitaran el fatal desenlace. Puede que en Islandia o Suecia cuenten con ese tipo de precauciones, pero no me vengan con que en el tercer mundo existe siquiera un establecimiento que cumpla con dichas normas. Ahora se viene el Congreso con una ley que rige para todas las piscinas públicas, y me da risa cuando veo la lista de condiciones que supuestamente deben cumplir.

Seguro en un principio los inspectores municipales harán respetar la ley, impondrán multas y cerrarán piscinas por montones, pero dentro de unos años la legislación se prestará solo para generar mordidas y sobornos. Porque es posible que en un club privado, en un Centro vacacional reconocido o en un hotel de cinco estrellas cumplan a cabalidad con las condiciones exigidas, pero aspirar a que un “metedero” de media petaca en Melgar o Villeta haga semejante inversión para actualizar su alberca, es una utopía absoluta.

Porque en el futuro las piscinas serán construidas solo por ingenieros o arquitectos que registren sus planos en la entidad que corresponda. Deben contar con cerramiento y un ingreso a través de torniquete. Las diferentes profundidades se distinguirán con distintos colores, además de ir escritas con letras grandes y claras en las paredes de la estructura. Los planos de ductos, motores, filtros, bombas y demás implementos, además de alarmas, salidas de emergencia y elementos contra incendio, tienen que estar a la vista de todos los usuarios. Un técnico de mantenimiento deberá estar disponible en todo momento mientras la piscina esté en uso. Contará además con dos flotadores circulares con cuerdas, de colores vivos, y un bastón con gancho especial para rescates; un botiquín con una extensa lista de equipos y medicamentos; y un salvavidas profesional especializado en primeros auxilios para cada estanque. También un teléfono o citófono disponible las 24 horas para llamadas de emergencia.

La piscina debe tener sensores de movimiento o alarmas de inmersión, y un sistema de seguridad de liberación de vacío. Además debe contar con cubiertas anti entrampamientos, que son dispositivos que aíslan el efecto de succión provocado en los drenajes que tengan este tipo de estructuras (vaya explíquele este galimatías a Satanás, el oficial que hizo la mayoría de piscinas en Santagueda). El agua debe mantenerse limpia y sana, y cumplir los requisitos higiénico – sanitarios establecidos por las autoridades; de manera que a prohibirle a los novios que se saquen barros y espinillas en la piscina, mientras sacuden el dedo en el agua para limpiar el material extraído, y de ahora en adelante todo el mundo a orinar al baño. Ahora sí veo la vaina jodida.

Basta imaginar esas piscinas modernas, con diseños minimalistas y estilos vanguardistas, cómo irán a quedar de gallos cuando les apliquen todas estas condiciones; eso va a ser como bañarse en una estación de bomberos. Y las que son el verdadero gancho de hotelitos de pueblo, o la atracción principal de balnearios y paradores de camino, que son construidas por cualquier tegua con conocimientos del palustre y la plomada, lo que les puede costar cumplir siquiera con un mínimo porcentaje de las condiciones exigidas.

Pero no he dicho lo peor. Los muchachitos menores de 12 años deben estar acompañados en todo momento por un adulto que se responsabilice de ellos, así haya salvavidas en el establecimiento. Lo siento mucho por quienes tienen hijos o nietos pequeños, porque los mocosos quieren estar metidos en el agua desde las 8 de la mañana hasta las 6 de la tarde, hora en que se salen a regañadientes.

De manera que a reconsiderar donde el clima no sea propicio para tener una piscina, porque sostener semejante elefante blanco debe costar un ojo de la cara, además de que tiene más problemas que el álgebra de Baldor.

5 comentarios:

José María Ruiz Palacio dijo...

Hola don Pablo.
Leyendo su columna revivía in mente mi infancia como potrillo desbocado y la relación con el agua que no de piscinas, y en ese entonces eran un lujo que no podíamos darnos todos; si acaso por ahí de vez en cuando. De lo que sí disfruté con toda una banda de chinches montaraces fue de los charcos en los ríos... Ahora viene ya más fresca el señor presidente URIBE bañándose hace poco en un río por los lados de Santander...¿Usted se imagina lo que se les ocurriría a nuestras inefables vacas senatoriales cuando un "Periodista" tipo Felix de Bedout informe que se ahogó un muchachito en uno de esos charcos para evitar que se repita "semejante tragedia"? Ya veo a esos "dotores" legislando para levantar muros a todo lo largo de los ríos y quebradas y que cada 20 metros haya un teléfono para emergencias, un salvavidas, equipos de respiración artificial, botiquín bien dotado y una multa grande para todo el que se meta a un charco sin su salvavidas, su tanque de oxígeno y de la mano de un adulto responsable...
José M.

Sebastián Dávila dijo...

El congreso se preocupa por unas maricadas para justificar que trabaja. Que vergüenza, tanto niño muriéndose de hambre, tanta gente sin leer, tanta gente viendo esa basura que tenemos como televisión publica, tanta pobreza y estos pendejos preocupándose por un accidente que hubiera podido pasar en cualquier parte, como siempre en este gobierno esa maldita cortina de humo que nos hace pensar en maricadas y no en lo que de verdad es esencial. Me emputé, que pena.

Saludes

Pablo Mejía Arango dijo...

JoséM, seguro pasa como cuando enfrentamos por aquí la avalancha del Volcan Arenas. Pusieron alarmas a lo largo del río Chinchiná, prohibieron construir viviendas en sus orillas, tomaron todo tipo de precauciones y cada cierto tiempo todo el mundo a correr porque sonaban las alarmas en los simulacros. Eso sí le advierto: si llegsare a suceder de nuevo, ya se robaron hasta los postes donde estaban las sirenas y hay casas, fincas y tugurios en las orillas del río. A Sebastián le digo que fresco, que con las cosas que suceden aquí no queda sino emputarnos.
Saludo, PabloM

Jorge Iván dijo...

Pablo, ¿habrá riesgo de alguna normatividad en camino para bañar a los recien nacidos en las poncheras plásticas?

Jorge Iván dijo...

se me olvido otra pregunta, ¿en donde se consiguen las foticos para los comentarios?