miércoles, marzo 10, 2010

Negar hasta morir.

Desde que San Pedro, que era la mano derecha del Galileo, su escudero preferido y vocero del combo de los apóstoles, lo faltonió al negarlo tres veces cuando vio que la cosa se puso negra, el ser humano ha echado mano de ese artilugio para evadir responsabilidades. Negar hasta morir aconsejan algunos y así esté comprometido hasta las orejas, basta con mantenerse en sus trece y de esa manera siempre quedará la duda acerca de su culpabilidad. Yo no fui, a mí que me esculquen, se trata de un montaje o soy víctima de una persecución, son las disculpas más socorridas cuando alguien se ve acorralado.

Ya en el colegio el niño aprende que la mejor salida es negar cualquier acusación y aunque el rector los pare a todos en el patio y diga que nadie se mueve hasta que aparezca el culpable, la táctica a seguir es hacerse el manuel y dejar que le echen la culpa a otro marrano. Ese mismo zambo, cuando crezca y se case, tendrá el descaro de negar a rajatabla cuando su mujer le diga que lo vio salir de un amoblado con una pájara. No importa que ella jure que era él, que vio claritico la placa del carro, que reconoció la calcomanía del vidrio trasero; es más, que alcanzó a verle la cabeza a la negra asquerosa cuando trataba de esconderse y mil detalles por el estilo, y sin embargo el tipo asegura sin sonrojarse que debió ser una confusión porque él nunca ha visitado un antro de esos.

Los políticos son unos magos en el arte de negar y en nuestro país aún más. Pueden pillarlos con las manos en la masa, puede haber grabaciones, fotografías, videos y otras pruebas comprometedoras, y el fulano dirá sin recato que se trata de un error, que son artimañas de sus enemigos, que manipularon el material y otra sarta de excusas que ofenden a quienes esperamos justicia. Aún siento rabia de aquella noche cuando me trasnoché para ver en directo la renuncia del Presidente Samper, la cual di por sentada cuando Botero Zea, su Ministro de Defensa y tesorero de la campaña que lo llevó a la presidencia, reconoció que todos sabían de dónde venían los miles de millones de pesos que recibieron de la mafia. Entonces salió el gordo cínico y descarado a decir que todo era mentira, que se trataba de trapisondas maquinadas por el hasta ese momento fiel tirabeques.

Se escuda quien niega en que mientras exista la duda que genera la palabra del uno contra la del otro, siempre dejará en el aire la posibilidad de la duda. Las grabaciones que prueban el pago de una millonaria suma por parte de DMG al Personero de Bogotá, Francisco Rojas Birry, son contundentes. Pero qué va, otra vez nos quedamos con los crespos hechos porque el desvergonzado indio puso cara de yo no fui. Ahora salen varios periodistas llaneros a denunciar que la Senadora Carlina Rodríguez le mandó un sobre con 150 mil pesos a cada uno. Llaman a la vieja a ver qué dice y en vez de reconocer, se ofende ante semejante exabrupto. Que cómo se les ocurre, que ella, que ha dedicado media vida a trabajar por los colombianos, que ha desempeñado su labor como un verdadero apostolado; ella, que con su trabajo honorable, transparente e impoluto ha sacado la cara por el Congreso, que es sinónimo de ética, moralidad y honestidad, nunca haría una cosa así. Que eso fue su jefe de prensa en esa región, a quien dijo pagarle 5 millones de pesos por sus servicios. Pues el tipo tiene que ser muy bruto o muy diligente, porque el regalito fue para 20 periodistas y por lo tanto ahí se le fueron más de la mitad de sus honorarios.

Por fortuna salió a flote ese escándalo en Villavicencio, porque son muchos los periodistas comprometidos con los candidatos por cuenta del billete. Oí a Mariela Márquez denunciar que en Colombia el ingreso del 60% de los periodistas depende de la venta de pauta publicitaria. El comunicador debe comercializar el espacio que la empresa le cede y ante la poca demanda, acepta como cliente a un político, a una empresa del estado, a la administración municipal o departamental, y así queda maniatado definitivamente. Si el salario de un cargaladrillos depende por ejemplo de la Industria Licorera, cómo esperar que el tipo denuncie cualquier asunto referente a esa empresa o a la Gobernación. Lo mismo pasa con las campañas políticas, que después de tener tratos económicos con un comunicador lo ponen a comer en la mano.

Ahora vienen las elecciones y debemos recordar que en Caldas la mayoría de los escogidos hace 4 años andan enchiquerados, y muchos candidatos actuales son sus herederos. Otros son sucesores de personajes de ingrata recordación, porque en la política los votos no desaparecen; se endosan, usufructúan, donan o comparten, pero nunca se pierden. Apoyaré para la Cámara a Juana Carolina Londoño porque la conozco; es joven, inteligente, comprometida con su labor y se ha preparado para ejercer la política; y además está emparentada con mi familia. Para el Senado voy con Luis Emilio Sierra, a quien no conozco pero ha hecho bien las cosas y al menos no debe legislar desde La Picota.

2 comentarios:

Jorge Iván dijo...

Pablo. Te lo juro por los clavos de Cristo que tus candidatos no son los mismos mios. Allá vos si no me creés.

JuanCé dijo...

Esa falta de ética de nuestros compatriotas debe ser también del resto del mundo; pero en todas partes deben decir lo mismo: que es un acto humano de defensa personal, no importa que los principios caigan como flores marchitas.