domingo, marzo 30, 2008

¿SUSPICAZ YO?

Los colombianos no podemos quejarnos por carecer de tema de conversación. No alcanzamos a digerir tantos chicharrones y en las tertulias nos peleamos la palabra para expresar ideas y opiniones; porque a diferencia de otras latitudes, aquí la realidad sobrepasa la ficción. Y ante tantas conjeturas y diferentes lecturas que damos a los acontecimientos, son muchos los cabos sueltos y las suspicacias que afloran. Esto pude comprobarlo al conversar con don Aniceto Rebolledo, quien no come cuento fácilmente y aplica la malicia indígena. El viejo andaba copetón para hacer honor a su nombre, que según él, viene de anís.

*Vea hombre, no se le olvide que todo lo que viene de las FARC está fríamente calculado y lo presentan como ellos quieren que se vea. Yo no les creo un carajo. Hace días leí un artículo, de un periodista venezolano y publicado en un periódico de allá, donde el pisco asegura que los secuestrados que con tanto bombo han liberado con el patrocinio de Chávez y su compinche Piedad, pasaron varias semanas de recuperación en la finca del Ministro Rodríguez Chacín, un vergajo de mala calaña al que solo le falta el camuflado de guerrillero.

Resalta el periodista la diferencia que hay entre la facha que presentaron el ahora Canciller Araujo y el policía Pinchao cuando aparecieron, que semejaban cadáveres ambulantes, a los recientemente liberados que, excepto Géchen a quien largaron antes de que se les muriera allá, lucían frescos, sanos y algunos hasta repuesticos. Las mujeres maquilladas y bien peinadas, aunque supuestamente habían caminado durante 20 o más días por la selva amazónica. Y si el doctor Géchen casi no daba paso porque estaba cojo, asfixiado por la insuficiencia cardiaca y con la columna vertebral jodida, no me vengan con que así recorrió, a pata, semejante trecho.

¿Suspicaz yo?, no hombre. Lo que pasa es hay que discernir con detenimiento y analizar sin apasionamiento. Todo el mundo feliz con las liberaciones, y con justa razón, pero hay que ahondar en el asunto. Otra cosa: mientras millones de personas esperaban ansiosas ante sus televisores la bajada del avión de los liberados, en ambas ocasiones, y se imaginaban las escenas de alegría, abrazados hasta revolcarse por el suelo y la berreada a moco tendido de todos los presentes, la situación fue tranquila y poco efusiva. Todos parecían representar un libreto orquestado ya sabemos por quiénes.

Se ha preguntado usted por ejemplo, ¿cómo escogieron a quiénes liberar? No vaya a creer que el Mono Jojoy le dijo un número en secreto a Tirofijo, y luego empezó desde el otro lado de la alambrada a preguntar: A ver, fulano, diga un número. Nada, se queda. Usted, Pérez, diga otro; listo, empaque los chiros que sale. Mendieta, le toca; no está ni tibio. Consuelo, ¿qué número dijo?; sí señora, que verrionda tan de buenas, también se larga. Olvídese mijo que algo tiene que haber detrás de esa escogencia.

O usted cree que a Luís Eladio se le ocurrió en estos días la idea de ir a proponerle a Sarkozy que saque al grupo insurgente de la lista de terroristas; o que una cita para conversar con el presidente de Francia se consigue así de fácil. Y mientras tanto Moncayo recorre el mundo entero; Clara Rojas viaja a Argentina a hablar con la tal Cristina, que casualmente le debe a Chávez su elección; y Consuelo González visita Europa para participar en foros y entrevistas. No me crea tan pendejo hombre. Si sacar la visa Schenguen es un gallo, y cualquier viaje de esos vale un platal. ¿Quién los patrocina? ¿Quién les programa la agenda y consigue citas con semejantes personajes? Métame el dedo en la boca si quiere, pero no me pida que trague entero.

Pero deje que con la incautación de los computadores ahora sí quedaron en pelota esos bandidos. Ya no tenemos que “suponer” que envían droga por toneladas. Que Chávez paga el protagonismo que le dan con dólares, petróleo y gasolina para que negocien en el exterior, y fusiles de segunda. Que con el gobierno de Ecuador tienen relaciones formales, y así el ministro Larrea lo niegue, se les quedó en veremos el plan para liberar el hijo de Moncayo y así meter al baile al presidente Correa. Y el profesor, que tanta lora ha dado y tras seguir al pie de la letra las instrucciones del Secretariado para lograr rescatar a su muchacho, quedó como el ternero.

Ya no es suspicacia creer que los presidentes vecinos tienen una trinca para apoyar la chusma y desestabilizar nuestro gobierno; que las FARC son terroristas internacionales que trafican hasta con uranio; que están cercados por el ejército en varios frentes y las deserciones los tienen fregados; o que para esa organización el despeje es primordial. Si nos enteramos de tanta cosa con los pocos documentos publicados, cómo será lo que hay en los miles de pruebas que encontraron. Para completar, tienen que dormir con un ojo abierto, como El Fantasma, porque sus mismos guardaespaldas los pasan al papayo.

Ahora salen el gobierno francés, el ecuatoriano, misiá Piedad y otros tantos a reclamar porque mataron a Raulito, en calzoncillos, cuando se aprestaba a tramitar más liberaciones. Qué pena con ellos. En adelante tocará preguntar en qué anda el bandido, y si tiene las botas puestas.
pmejiama1@une.net.co

1 comentario:

Jorge Iván dijo...

Una cosa si es cierta, que los farcsantes, chusmeros y narco terrositas, bien sean los que usan botas pantaneras en la selva o zapatos marca bally en la ciudad, tendran que salir "obligadamente" de todos los civiles que tienen secuestrados y dejar a los policías y soldados, para poder darle asidero a su anhelada condición de grupo insurgente. Tiene razón don Aniceto, a esos hijuemadres no se les puede creer ni que sean guerrilleros.