Sin duda el evento con más
seguidores en el planeta es el Mundial de fútbol que se celebra cada cuatro
años, porque hasta en los rincones más apartados de los cinco continentes hay
aficionados que siguen el certamen en televisores y demás dispositivos
electrónicos. Aún en países donde el fútbol no es popular, como Australia,
durante el mes que dura el campeonato la gente se interesa por los resultados y
las noticias que tengan que ver con la justa mundialista; con más veras ahora
que su selección consiguió un cupo entre los clasificados, sin importar que
ellos prefieran el rugbi y otros deportes. En nuestro medio la tricolor
nacional despierta una pasión fuera de serie y son pocos los que no se
interesan por los partidos; así pude comprobarlo con el pisco que cuida carros
en el centro de la ciudad.
Quiubo dotor –me saludó apenas
parqueamos-, cuente pues cómo ha visto el mundial. Porque le digo que no me he
perdido ni un solo partido; por fortuna cuando hay júlbol la gente sale poquito
y por lo tanto el voleo disminuye. De todas maneras yo les echo un ojito a los
carros, aunque la verdá cuando juega Colombia ni rateros hay en las calles.
¿Qué cómo hago pa velos? Sencillo dotor, allí en la esquina hay un almacén de
eletrodomésticos y en la vitrina tienen tremendo televisor, de esos que compran
los ricos, y le cuento pues que esa vaina se ve como si uno estuviera en el
estadio. Como lo mantienen sin sonido, un compañero trae una grabadora lo más
de chévere y escuchamos la trasmisión de radio.
El administrador que había en ese
almacén era muy zalamero y jodía quisque porque hacíamos mucha bulla, le
ensuciábamos el vidrio y no dejábamos dentrar a la clientela por la pelotera,
pero ahora hay un man muy bacano que colabora y hasta nos regala cualesquier
refrigerio de vez en cuando. Ahí me junto con vendedores ambulantes y demás
personajes que trabajan en la calle, y si el partido lo merece hasta nos
chupamos una amarga. También apostamos unos pesitos en una polla, porque eso le
da más emoción a la vaina. Lo único es que cuando gana Colombia hay que
frentiar a más de uno, porque la chusma se enloquece y quieren acabar con todo;
con decile que un día me tocó rastrillar la peinilla pa espantar a unos babosos
que empezaron a maquiar los carros.
¿Cómo dice? ¡Uf!, a mí el mundial
me ha parecido eselente; muchos goles y la mayoría de partidos muy
emocionantes. Claro que hay que reconocer que los equipos han estao flojos,
pero los salvan las figuras; porque pa qué que hay unos pelaos que son unos
verriondos. O quítele usté al James, al Messi, al Neymar, al Robben o a ese tal
Chaquiro a sus respetivos equipos y verá que quedan medios. En cambio el
picaito del Cristiano sí no salió fue con nada; y bien mal que me cae ese
zambo, que no ve la hora de meter un gol pa quitase la camiseta y mostrar la
musculatura. Él sabe que las muchachas se babean, y seguro muchos dañaos
también tragan saliva.
Pero un asunto que sí no me ha
gustao es la vanidá de los julbolistas. Qué tal todos preocupaos por el
motilao, tatuaos hasta las orejas y con gomina en las mechas pa no despeinase.
Creo que los estilistas no dan abasto porque esos vergajos deben madrugar a que
les hagan el corte de moda; y a cuál más eséntrico con esas crestas espantosas,
las trencitas de los negros, el pelo pintao y unos dibujos que les hacen cuando
los tusan. Y dígame algo de los guayos que siempre han sido de cuero negro, todos
igualitos, pero ahora les dio por una modita como muy maricona: que uno azul
cielo y el otro rosaito, y el resto de unos colores que chillan de lo
llamativos. Por eso debe ser que muchos no dan pie con bola, porque se preocupan
más por la pinta que por el rendimiento.
En todo caso da envidia de la
buena ver a esa gente allá en las tribunas, en semejante fiesta tan sobrada; y
muestran disfraces muy galletas y unas viejas buenísimas. Le digo pues que a
veces no sabe uno pa dónde mirar. Claro que por ahí escuché en un noticiero
cuánto pagan por dentrar a un estadio y la verdá me pareció una ociosidá; yo
tengo que camellar aquí al sol y al agua por lo menos seis meses pa comprame
una boleta de´sas. Por fortuna ahora con la tenología puede uno patiase los
partidos de muchas maneras; ayer no más había un cliente viéndolo en el
cedular. ¡Hágame el favor!
Aguarde le cuento de la polla: cómo le parece que una
pinta puso quisque a Colombia entre los finalistas, pa más piedra de campeón, y
usté no sabe lo que nos burlamos d´él; pues pa que lo sepa nos hizo tragar la
risa, porque nadies pensó que esos pelaos jueran a llegar tan lejos. Ahora a esperar
que no le metan pito a los partidos, porque tengo fresquito lo que pasó con
Argentina en el 78. La Fifa es una mafia y usté sabe que el que manda manda,
aunque mande mal.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario