Admira la forma como aumenta
con el paso del tiempo el compromiso de las personas con la conservación y el
cuidado de los animales. Son escalofriantes las cifras acerca del número
exagerado de especies que se han extinguido en las últimas décadas, a pesar del
esfuerzo de organizaciones medioambientales que se dedican a estudiarlos y
protegerlos. Sin embargo, la mayoría de quienes se declaran defensores de los
animales solo se refieren a los caballos carretilleros y a los toros de lidia,
y parecen desconocer el trato que reciben algunos de los que conforman su dieta
habitual.
A diario comen huevo al
desayuno sin saber que las gallinas ponedoras pasan su existencia en jaulas
diminutas que no les permiten siquiera pararse y con el pico recortado para que
no malogren los huevos. Animales convertidos en máquinas que ingieren alimento
por una punta y expulsan excremento por la otra, y cuya vida productiva está
calculada con exactitud. Luego las desechan al feriarlas en las plazas de
mercado donde los más pobres encuentran la manera de comer gallina, así sean
flacuchentas y desabridas.
Hay que saber algo sobre la
crueldad que soportan durante su crianza muchos de los animales que suplen
nuestras necesidades, además de otras modalidades de abuso contra estos seres
irracionales. Peleas de gallos son el pan de cada día y los combates ilegales
de perros mueven grandes fortunas entre los apostadores, quienes disfrutan del
espectáculo mientras los animalitos son masacrados. Para conocer sobre el
maltrato animal basta ingresar a Youtube y buscar videos que muestran cómo
alimentan a los gansos que producen los hígados para el famoso paté; o ver
desollar zorros vivos para aprovechar sus pieles; y cómo miles de tiburones son
devueltos al mar después de cortarles las aletas. Infinidad de documentos escalofriantes
existen al respecto.
En mi casa siempre tuvimos
perro, gato y muchos otros animales, pero estos vivían en el patio sin las
comodidades de los humanos. El gozque en su perrera alimentado con sobrados; el
gato iba y venía a su antojo; las palomas volaban libres y a las gallinas les
torcíamos el pescuezo cuando les tocaba el turno. Sin dramas ni pendejadas por
el estilo. Crueldad me parece tener un perrito confinado en un apartamento, y
que además le corten cola y orejas dizque por estética; peor aún encerrar los
gatos, tan amigos de recorrer vecindarios y cazar alimañas.
A quienes invierten tanto
dinero al mes para mimos y sostenimiento de una mascota -alimento, veterinario,
ropa, juguetes, medicamentos, peluquería, guardería, etc.-, les propongo que
destinen una suma igual para apadrinar un niño pobre y así asegurarle una buena
alimentación durante sus primeros años. La nutrición en esa etapa, desde el
vientre materno hasta los 5 años, es crucial para el desarrollo del cerebro;
así el niño tendrá la oportunidad de estudiar y ser alguien en la vida.
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