En Manizales nos convencimos
de que San Pedro no es amigo de las corridas de toros, pero sin duda le gusta
menos el festival de teatro; sobre todo el que se realiza al aire libre, que es
el más perjudicado con el mal tiempo. Y así la función sea en recinto cerrado,
una noche lluviosa y fría invita a la gente a quedarse en casa. Este año pensé,
antes de empezar el evento, que por fortuna en esta oportunidad no tendríamos
que hacer fuerza por el invierno porque desde hace algún tiempo disfrutamos de
un clima soleado y agradable. Pero no fue sino que empezara el festival para
que desde la misma noche de la inauguración apareciera la lluvia durante casi
una semana; por fortuna para el final regresaron los días despejados y
calurosos.
Ante semejante sal, un amigo
comentó que eso se llama “La maldición de Pimiento”. Entonces recordé que mientras
Monseñor José de Jesús Pimiento se desempeñó como Arzobispo de Manizales (1975
a 1996), se presentaron algunos desacuerdos entre el eminente prelado y las
directivas del festival. La ciudadanía ya sentía malestar por algunas medidas
tomadas por el Arzobispo y lo tildaban de estricto y retrógrado, como cuando
prohibió a las mujeres ir a misa con minifalda, escote y demás “prendas
impúdicas”. Además las parejas que no estaban unidas por el santo vínculo del
matrimonio y tenían un hijo, debían viajar a otros departamentos para
bautizarlo; y hubo curas que suspendían la misa para hacer retirar parejas que
según ellos vivían en pecado, por escoger la unión libre o el matrimonio civil.
Con la evolución del teatro
desaparecieron las obras tradicionales, con un argumento digerible y los
diálogos en español, fáciles de entender y además entretenidas. Se impuso entonces
una tendencia más visual donde la expresión corporal se encarga de la comunicación
entre actores y público; se me ocurre que el cambio se debió a que los
participantes proceden de los cinco continentes y no hay otra manera de entendernos
con un grupo húngaro o coreano. Con la nueva modalidad se volvió común que
algunos actores aparezcan en el escenario en pelota y esa vaina no le gustó ni
poquito a Monseñor Pimiento, quien de inmediato puso el grito en el cielo y
acusó al festival de inmoral y libertino.
Hace dos o tres décadas el
festival de teatro era una especie de feria de mitaca, porque la ciudad se
llenaba de turistas, los medios de comunicación del país mandaban
corresponsales que cubrían el evento para los más importantes periódicos y se
hacían emisiones en directo para los noticieros. En las calles podían verse los
teatreros que con sus fachas llamaban la atención y en general el ambiente era alegre
y festivo. Todas la noches, y como una especie de remate del día, se
presentaban conciertos en la Plaza de Bolívar con famosas orquestas y
reconocidos artistas, lo que convocaba personas de todo tipo que aprovechaban
la ocasión para alzarse la bata y rumbear hasta el amanecer.
En ese entonces la logística
era deficiente y por ejemplo lo referente a los baños públicos dejaba mucho que
desear, por lo que los asistentes utilizaban el atrio de la catedral para sus necesidades
fisiológicas, las entradas laterales como amoblado improvisado y además dejaban
el entorno tapizado de botellas de aguardiente vacías. Y como los teatreros le
jalan a la maracachafa, las nubes de humo invadían la imponente basílica. Pues
parece que desde entonces San Pedro se solidarizó con Monseñor Pimiento y de
ahí viene el cuento de la tal maldición, que condena al festival de teatro a
celebrarse bajo la lluvia y el frío.
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Dijo Fernando Londoño en su
columna que el hacker Sepúlveda fue un invento para tirarse en la campaña de
Oscar Iván, que por eso se vino abajo y perdió en la segunda vuelta. Entiendo entonces
que la reunión que vimos en el video nunca se realizó y es un montaje
orquestado por los contrincantes, lo que me deja perplejo ya que no encuentro
razón para que Zuluaga esté dedicado a dar explicaciones acerca de lo sucedido.
Basta con someter el material a un peritaje exhaustivo, en el exterior de ser
necesario, para enterarnos de una vez de que se trata de un documento espurio.
Mientras no exista esa comprobación nunca podrán convencerme de que dicha
reunión fue algo distinto a una conspiración para boicotear el proceso de paz y
así demeritar la campaña del contrincante. Me ofende que el columnista nos crea
pendejos y en lo único que estoy de acuerdo con él es que Oscar Iván es un tipo
recto, lo mismo que Luis Alfonso, pero no debemos olvidar que el que entre la
miel anda…
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Imagino cómo será la
presión que soporta James Rodríguez con todo el mundo (literalmente) pendiente
de cómo juega cada partido. Esas contrataciones millonarias y en exceso
publicitadas no dan tiempo al jugador de acomodarse al equipo y por el
contrario se espera de él que sea una estrella desde el primer momento. Muy
distinto a llegar sin tanto aspaviento y ganarse el puesto por méritos propios,
como le había sucedido hasta ahora. Ojalá la suerte lo acompañe y no termine
como David Beckham, quien de futbolista talentoso pasó a ser modelo y figura de
la farándula.
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