sábado, marzo 28, 2015

Somero balance.

En varias oportunidades he oído decir que muchos de quienes han pertenecido al grupo de trabajo del actual alcalde lo califican como un buen administrador y ejecutivo, pero pésimo en el trato a sus subalternos. Eso habla mal del doctor Rojas, como persona, pero deja tranquilos a sus electores y a quienes habitamos esta ciudad. No voté por él porque desde el inicio de campaña apoyé a Héctor Pinilla y así se lo hice saber a quién me anunció visita del candidato Rojas para hablarme de su programa de gobierno. Durante la reunión sostuvimos una charla amena e interesante, pero desde antes de empezar les recordé que ya tenía decidido mi candidato.

Arrancó el período del alcalde Jorge Eduardo Rojas y en un principio la gente se preguntaba si acaso no teníamos a nadie al mando de la administración municipal, porque el nuevo burgomaestre ni sonaba ni tronaba; no se veían obras, la ciudad parecía en un sopor y solo noticias de relevos de funcionarios se generaban en el edificio de la alcaldía. Lo único visible eran los recorridos por los barrios, donde en una especie de concejo comunitario les resolvía a los habitantes sus problemas prioritarios; algo populachero, del estilo de los que hacía Uribe por todo el país.

Con el tiempo empezaron a materializarse las obras ejecutadas por el alcalde y definitivamente su imagen comenzó a ganar puntos ante la opinión general. Los trabajos realizados detrás de Caldas Motor, con puente incluido; la ampliación de la glorieta de La Autónoma y el puente para conectar la vía de la universidad con la avenida, le dieron a ese sector de la ciudad dinamismo y fluidez. El Parque del agua le cambió la cara a la ciudad, por estar ubicado en uno de sus ingresos, además de darle a la ciudadanía un lugar de encuentro y esparcimiento.

Pasé a principios de diciembre por la avenida Centenario, desde el Hospital Santa Sofía hasta La Pichinga, y al ver las obras todavía en pañales critiqué al alcalde por dejar todo para última hora, porque estaba seguro de que pasaríamos Navidad y ferias con esos trabajos en obra negra. Pues debí tragarme mis palabras porque quince días después todo estaba terminado, con jardines en los separadores, amplios andenes y el mobiliario necesario. Eso me pasa por opinar sin conocer el tema; mejor dicho, por sapo.

En la avenida del centro empezaron una obra muy importante para descongestionar tráfico hacia la avenida Kévin Ángel; por fin reinician trabajos en el proyecto de San José; en el sector donde resido -Sancancio, Palermo, La Camelia-, han realizado más de 50 reparaciones en las vías; y sin duda se nota que en la ciudad hay inversión. Lamentable que el alcalde Rojas no continuara con la red de cables para movilizar a los manizaleños, pero eso sí, en lo que resta de su mandato esperamos que ponga a funcionar ese elefante blanco del cable a Los Yarumos.

Este año escogemos nuestro próximo alcalde y es deber de todos lograr que los candidatos se comprometan a continuar el sistema de cables para conectar los distintos sectores de la ciudad. No hay que ser urbanista para saber que por su topografía nuestra ciudad no tiene opción diferente para solucionar el problema del transporte masivo, además que el sistema de cables tiene muchas ventajas adicionales: cero emisiones, sin ruido ni congestiones, además de ser atractivo turístico. Llegó la hora de que nos revelemos ante la influencia que tienen los transportadores sobre el Concejo municipal, lo que lograremos al apoyar el candidato que se case definitivamente con ese proyecto.

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