jueves, febrero 12, 2015

El guachimán de barrio (II).

Buenas noches dotor… yo que le iba a decir… hace días usté se comprometió a hablar con los vecinos… Sí, me acuerdo, pero el asunto es complicado; el abogado que vive allí arribita estudió el caso, pero tiene que entender que no es fácil, porque poner a tanta gente de acuerdo… le recomiendo que espere con paciencia a ver qué podemos hacer. Evemaría dotor, ¿paciencia?, ya voy pa doce años aquí y eso llevan dándome caramelo; porque la necesidá tiene cara de perro o sino… Mejor no digo más porque se me salta la piedra y no quiero irrespetalo. Hombre, ahora le voy a salir a deber, como si la culpa fuera mía; por qué no va y frentea a los demás vecinos para no tenerme que chupar yo toda la cantaleta.

No dotor, tampoco se desenjalme que yo lo que pido es justo. Pero bueno, si toca esperar pues no queda di´otra. Mientras tanto ustedes sí me pueden colaborar con una vaina: resulta de que esto se ha vuelto muy peligroso de noche y fíjese que pa defendeme no tengo sino un garrote y una mecha de peinilla. Pues en el barrio donde vivo y hay un cliente que vende fierros hechizos muy bacanos… Espere un momentico, ¿usted pretende que le compremos un revólver? Cómo se le ocurre hombre por dios… sin papeles ni nada; qué tal el lío en el que nos metemos si llega a pegarle un frutazo a cualquier raponero. Qué va dotor, acaso es pa disparalo… es pa que sepan que ando mancao y así me tengan respeto. Eso es muy verriondo que llegue un culicagao con un destornillador y lo pase a uno al papayo.

Vea hombre Tontacio… perdone que estoy ofuscado, Ignacio, no existe la menor posibilidad de que le acolitemos esa barbaridad; al menos yo no participo. Para eso tiene el pito, para alertar al vecindario ante cualquier emergencia. ¿El pito?, no me crea tan pendejo dotor; ese me lo meten por el fundillo antes de que se persine un ciego. Pues así trabaja mucha gente, en esas condiciones, y si quiere un arma tiene que ir al batallón que allá… ¿Un fierro con papeles?, dotor, cómo se le ocurre; esa vaina cuesta un dineral. Mejor deje así, pero después no se quejen si pasa algo y... No señor, usted está para hacer presencia en la cuadra y si pasa algo, llamamos a la autoridad para que se encargue.

Otra cosita dotor, fíjese que el revejido ese pretencioso que vive allí me la tiene montada; está convencido que soy un esclavo. Llega de la finca con esa camioneta tetiada y me toca descargala; cada que tienen que mover un mueble, una matera grande, clavar una puntilla y hasta cambiar un bombillo, me mandan a llamar. Y le digo pues que da más una cauchera de alambre, no larga una propina ni por equivocación. A ver si usté puede hablar con él… Espere un momento… fulano, desde cuándo se inventó que yo soy el jefe suyo, el coordinador, el encargado de mediar entre usted y los vecinos. Porque fui de los primeros en radicarme en el barrio entonces me endilgó… ¿Me qué? Bueno, lo que quiero decir es que si tiene algo que reclamarle al tipo ese vaya dígaselo a él; a mí no me joda más que me tiene alto del piso con esa quejadera. De ahora en adelante limítese a cobrarme su mensualidad; y que pase buena noche. ¡Oigan a este!, quién va a pasar buena noche en la calle y con este frío tan hijueputa.

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