viernes, septiembre 05, 2014

Recomendaciones.

El pensionado que deja de trabajar enfrenta una situación difícil de manejar, porque después de tantos años de mantener una rutina diaria con horarios y responsabilidades se encuentra de un momento a otro sin nada para hacer, y así el día se le hace eterno. Aunque cuente con recursos económicos para dedicarse a viajar, a visitar propiedades o a cualquier otra ocupación, siempre le sobrará tiempo y en muchos casos ese cambio brusco de actividad va a generarle angustia y depresión. Ahí es cuando el sujeto se convierte en el mandadero de la familia y todas las mañanas le encargan algo del supermercado para que se largue y no estorbe mientras arreglan la casa; por la tarde a pagar facturas, cobrar la pensión, buscar un repuesto para el inodoro y que de una vez se quede en algún café entretenido con los amigos. Lo que sea con tal de no tenerlo que aguantar en la casa poniendo pereque.

En cambio quien tiene la sana costumbre de leer cuenta con la mejor compañía, además de que el tiempo pasa sin apenas notarlo. En la fila interminable del banco o mientras espera horas en un aeropuerto la lectura es la solución, porque mientras uno esté inmerso en las páginas de un libro no se entera siquiera de lo que sucede a su alrededor; una desvelada se vuelve programa si tenemos lectura en la mesa de noche. No existe la soledad si contamos con un buen texto a mano, con la ventaja que a diferencia de la televisión, la radio u otro tipo de pasatiempos, una lectura entretenida nunca cansa o empalaga. Por ello debemos inculcarle a nuestros hijos el cariño por lo libros, ya que esa costumbre debe cultivarse desde los primeros años porque no es fácil adquirirla después de viejo.

Otra opción para ocupar el tiempo es el cine, aunque muchas personas no encontramos títulos interesantes en las carteleras de las salas tradicionales; filmes que no aportan nada al espectador y cuyo éxito se mide basado en el monto de las taquillas. Por fortuna ahora contamos en Manizales con una opción que debemos apoyar y si es de nuestro agrado, ayudar a divulgarla. Se trata de Cinespiral, una casa vecina al colegio Santa Inés adecuada con tres salas de cine para una selecta audiencia, donde el común denominador son las películas de cine independiente. Una cinematografía diferente a la que ofrecen la mayoría de las salas, porque allí lo que presentan son filmes ganadores en festivales como La Berlinale, San Sebastian, Sundance, Premios Goya o Cannes.

En la página web de Cinespiral encontramos la información de cartelera, los próximos estrenos, ciclos de cine con precios promocionales para abonados, comentarios y noticias. También hay foros con los asistentes que quieran participar y en general se respira un ambiente dedicado al séptimo arte. Tienen una programación exclusiva para las diferentes edades y por ello en Cinespiral cualquier persona encuentra una película que se acomoda a su gusto.

Aunque la televisión por cable ofrece gran cantidad de canales que presentan películas y series gringas, encuentro dificultad para escoger una digerible. Por ello desde hace algún tiempo decidí buscar cine por internet, en tantas páginas que hay disponibles en la red; con la ventaja que pueden verse clásicos y películas del pasado. Basta escoger el filme, conectar la computadora al televisor y con el sonido del teatro casero, se improvisa una sala de cine en la habitación. Soy enemigo del cine comercial y en cambio disfruto el que hacen en Europa, el nuevo cine latinoamericano, interesantes producciones Indias, canadienses, chinas, japonesas, sudafricanas y en general de todos los rincones del planeta. El hecho de que la película no tenga el formato gringo ya es un aval para mí; mejor todavía cuando los actores no son estrellas rutilantes del jet set.

Ahora existe otra opción maravillosa para ocupar el tiempo, internet. Los viejos son reacios a aprender e insisten en que eso no es para ellos, pero hay que insistirles y apoyarlos para que le cojan gusto al asunto y puedan disfrutar de la magia de tener el mundo a su alcance a través de una pantalla. Muchos se ven obligados a conseguir un dispositivo electrónico para comunicarse con hijos y nietos que viven lejos de casa, ya que es la forma de sentirlos cerca al verlos en el monitor mientras conversan durante horas sin la angustia de controlar el tiempo; porque además es gratis.

Natalia convenció a la mamá de que la tecnología es primordial para su negocio de finca raíz y así logró que aprendiera a manejar un teléfono inteligente y la computadora personal. Como es lógico le costó mucho trabajo adaptarse y cierta vez que tuvieron problemas con la conexión, llamaron al servicio de asistencia telefónica del prestador del servicio de internet. La señora adaptó el cuarto de la empleada como oficina y como no tenía dónde conectar un teléfono, la hija debió trasmitir desde otra habitación las instrucciones que daba el técnico. La primera orden fue que cerrara todas las ventanas (se refería a las de Windows) y la señora se levantó, revisó en varias habitaciones que estuvieran bien ajustadas y respondió con notable molestia: Dígale que todas están cerradas, pero que yo francamente no entiendo eso qué tiene qué ver.

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