martes, junio 30, 2009

La baquía.

Produce tristeza ver cómo se extinguen con el paso del tiempo tantos oficios que durante siglos fueron practicados por personajes que pusieron todo el entusiasmo en su labor. Trabajos y profesiones, si así puede llamárseles, que se heredaban de padres a hijos y que eran aprendidos en casa, porque desde que el muchachito tenía uso de razón sus mayores empezaban a indicarle los trucos y maneras para desarrollar el trabajo escogido, y apenas tenía edad suficiente le asignaban tareas y responsabilidades. Ya son escasos los productos elaborados a mano, porque las máquinas y la tecnología se encargaron de reemplazar el elemento humano; y los industriales felices porque las máquinas no piden permisos, ni aumentos de sueldo o derechos sindicales. Y todavía se preguntan por qué todos los días hay más desempleados.

La verdad es que todo en la vida tiene su técnica, y el modernismo y las ciencias aplicadas buscan perfeccionar esos oficios que a través de la historia se han practicado sin ningún tipo de reglas o protocolos. Me enteré de que en la universidad de Harvard, sin duda una de las más importantes del mundo, existe un curso de especialización en el arte de herrar equinos. Qué podrá responder un viejo que tiene su negocio de herrador en Pácora, que ha desempeñado ese oficio desde chiquito cuando lo aprendió al ver a sus mayores clavar herraduras de sol a sol; que coge una bestia, le dobla la pata, procede a limar el casco y después pone la herradura en su sitio con habilidad y precisión, en menos de lo que canta un gallo, si alguien le ofrece una beca para participar en una maestría de ésas. Qué cara pondrá cuando le digan que en el primer taller aprenderá la biomecánica del dedo, el aparato fibroelástico y podotroclear. En el segundo le hablarán de la dinámica del movimiento; luego se enterará acerca de la evaluación del eje podal; y por último sobre correctivos para defectos de conformación. Seguro que el viejo responderá: ¡deje así!

La baquía se obtiene en la universidad de la vida. La experiencia, el desempeñar a diario el mismo oficio y enfrentar todo tipo de inconvenientes, hacen del artesano un maestro autodidacta. Tendré que buscar en internet para saber si en alguna facultad enseñan a tejer sombreros de iraca, preparar bocadillos veleños, manufacturar ponchos y muleras, elaborar carrieles de piel de nutria, tejer hamacas, chinchorros y atarrayas, fabricar canastas de mimbre, maracas con totumas o alpargatas con cabuya. Muy pronto los chinos producirán estos artículos para repartirlos por el mundo entero, con el agravante que los venden a huevo porque sus empresas escupen millones de piezas diarias. Así no compite nadie.

La baquía no requiere fuerza física, ni estudios, entrenamientos o instrucciones. El realizar a diario su labor le entrega al trabajador el título de baquiano, que lo convierte en persona muy solicitada por quien requiere de sus servicios. Por ejemplo para el oficio de cotero usted puede traer al campeón de halterofilia, o levantamiento de pesas, o al hombre más fuerte del mundo, y no son capaces de subir un piano a un cuarto piso por unas escaleras bien estrechas. O echarse al hombro, con la ayuda de una cincha que se acomodan en la frente, una nevera de doble puerta y meterse por recovecos y laberintos. O el cotero flacuchento y esmirriado que llena un camión con bultos de café de 50 kilos como si cargara almohadas. El tipo termina su labor fresco como una lechuga; eso sí, lleno de cisco y polvo. Procede a limpiarse el sudor y la mugre con la camisa, cobra su pago y sale a tomarse un pintao con parva, para después remojar el pabilo con alguna fufurufa que se tope en el barrio.

A ver si un gimnasta olímpico es capaz de lanzar una atarraya, parado en la punta de una diminuta canoa mientras su compañero lucha por mantenerla a flote a punta de canalete, en medio de la corriente del río Magdalena en su paso por Honda. Puede el atleta tener todo el equilibrio, la fuerza necesaria y un dominio absoluto de su cuerpo, pero en el primer intento cae al agua y se ahoga enredado en la red. Nadie se atreve a caminar por la selva sin la guía de un baquiano; y solo un baquiano puede ser asistente de chofer de bus escalera, o pato de chiva, para cobrar los pasajes chilingueado por fuera del vehículo agarrado con un brazo de los parales.

El cogedor de café en un principio gana poco, pero con el tiempo se redondea un salario considerable cada semana. O el que pone bolsas plásticas en los racimos de plátano, con la ayuda de una escalera pero sin quién se la sostenga, con lo enclenque que es una mata de plátano y el agravante que muchos cultivos están sembrados en terrenos escarpados. Y qué tal el conocimiento que tiene un campesino acerca del clima. Mi prima Gloria Hoyos le preguntó a uno de ellos por qué este año en mayo, a diferencia de tiempos pasados, el clima estuvo tan seco y el mes siguiente pasado por agua. El hombre respondió con una frase que se cumplió a la perfección:

-Vea dotora, es que cuando en mayo junea, en junio mayea.
pmejiama1@une.net.co

martes, junio 23, 2009

No entiende ni…

La aparición de panfletos donde anuncian una limpieza social, enfocada a jíbaros, prostitutas, pandilleros, habitantes de la calle, atracadores, viciosos y demás personajes de dudosa reputación, ha creado paranoia en muchos sectores del país donde habitan esta clase de personas. Las gentes de bien que pertenecen a los estratos sociales más bajos se preocupan con toda razón, porque basta con que sus hijos se paren en una esquina a recochar y mamar gallo, para que sean confundidos con delincuentes y los asesinen. Ilusos quienes opinan que es una buena medida porque dichos ciudadanos representan una plaga social, porque si cada uno aplica la ley por su cuenta caemos en la anarquía y el caos total.

Estas noticias son verdaderas bombas en el primer mundo y por ejemplo los escandinavos se escandalizan con toda razón ante semejantes despropósitos; claro que muchos desconocen nuestra realidad y hasta se atreven a apoyar la insurgencia armada. Miembros de una ONG danesa convocaron reunión urgente al conocer el caso de los panfletos y resolvieron mandar una persona a investigar. Habría sido más práctico y económico encargar el trabajo a un colombiano, pero prefirieron no delegar por existir la posibilidad que un nativo vea el asunto normal y rutinario. De manera que después de mucho escoger, encargaron a un periodista que aseguró dominar el castellano mejor que cualquier hispano parlante. No más llegar, el vikingo definió sus objetivos y procedió con las entrevistas.

El primero fue un reciclador mugroso, peludo, con barba y la ropa vuelta hilachas, que cargaba un costal lleno de cartones y botellas. Vea míster, dijo el indigente, yo soy buena gente y camellador, pero la sociedá lo mira a uno como rata de alcantarilla. Nos llaman ñeros y desechables, y todos se cambian de acera cuando nos ven venir. Que toca chupar pegante o meternos un zurungo para soportar el hambre y el frío tan verraco que hace de noche en la calle, no se lo niego, pero a nadies le hacemos daño. Al menos mi persona. Yo soy estudiao y tengo familia, pero me echaron de la casa por el problema del vicio. Ahora nos toca escondernos en ruinas y cambuches para que no nos den balín a media noche, porque a unas gonorsobias les dio quisque por funigarnos como a cucarachas.

Una ama de casa habitante de un barrio popular también opinó. Eavemaría don, déntrese no más que nunca había tenido una visita tan distinguida. Aguarde le traigo un cafecito pa´ que pregunte lo que quiera. ¡Elizabeeee!, gritó por una ventana, mine pa´ que distinga a esta lámina de hombre. Es la muchacha mayor, comentó, que se la pasa revolotiando en la calle en vez de ayudame con los destinos. ¿Cómo dice?, ¡huy!, mi querido, eso de los tales panfletos nos tiene en capilla. Con decile que apenitas oscurece todo mundo pa´ la casa y en la calle no vuela una mosca. A mis muchachos los mantengo altos del piso porque son muy alborotaos y solo dentran a tragar y hacer desorden. Hay que ver la pensión que me agarra cuando alguno no amanece en la casa; claro que ellos acostumbran trasnochar por ahí con mujeres, pero con esta situación una nunca está tranquila.

El siguiente entrevistado fue un conductor de buseta, cuando el forastero decidió utilizar ese medio de transporte para conectarse con el pueblo. Le voy a decir tanto como esto, respondió el tipo, yo trasnocho este carro tres veces a la semana y el ambiente anda como pesao. Sobre todo tardecito cuando ya los pasajeros son poquitos, tiene que estar uno abeja si le pone la mano una pinta con cara de yo no fui, pero que resulta ser una chucha. Esos pirobos también se esconden en los quicios y cuando uno pasa despacio, tratan de encaramarse al carro para desplumalo; y rece pa´ que no le rompan el cuero. Entonces hay que estar pilas pa´ asentale la chancleta y dejalos mamando.

Por último pasó al tablero un “drug dealer”, como dicen en inglés. ¡Oigan a este!, responde el sujeto con ese tonito particular que los caracteriza, quisque jíbaro. Usté de dónde sacó ese terminacho; le recuerdo que nosotros somos minoristas. Mire le esplico cómo es la vuelta, pero eso sí, come callao porque me levantan. Resulta de que el dueño de la mercancha es un duro que nadies conoce, y tiene un sacamicas que aparece a cierta hora y nos surte el bisnes. Le cuento pues que esa merca se vende más que´l chance y con decile que hasta el monaguillo se da en la cabeza; y si viera unas cuchas veteranas soplando como cualesquier vicioso. ¿Qué me consiga una coloca?, no me haga reír hombre que aquí no hay camello es pa´ nadies. O propóngame un negocio pa´ conseguir billullo, porque yo tengo obligación; pago arrendo, respondo por la jermu, dos pelaos y además veo por la cucha.

A estas alturas el investigador tiró la toalla y solicitó ayuda a sus jefes para descifrar el material recopilado. El mensaje electrónico que envió decía textualmente: Yo no sigue con este joda. Consigan traductor para desenredar barullo porque la verdad yo no entiende ni mierda. Esta gente habla otra idioma muy distinta al que aprendí en academia. Como dicen por aquí, ¡pailas!
pmejiama1@une.net.co

martes, junio 16, 2009

Yo opino…

Así repite el Chapulín Colorao hasta el cansancio cuando quiere meter la cucharada en una discusión y sus interlocutores lo ignoran por completo. El tipo porque es mesurado y aguanta los desplantes, aunque sienta la protesta con su manida frase: “se aprovechan de mi nobleza”. Al enterarnos de las noticias tenemos nuestras propias opiniones acerca de ellas, y no vemos la hora de toparnos con alguien para discutir el asunto. En la tertulia con los amigos todos quieren hacer valer su punto de vista, por lo que terminan casi siempre en chichoneras donde nadie entiende lo que los demás expresan. O un costurero de señoras que semeja el murmullo ininteligible procedente de una guardería infantil.

*Existen temas que ponen a la gente a opinar y por fortuna los seres humanos tenemos esa facultad maravillosa del raciocinio, que nos permite tener un criterio y exponerlo basados en razones lógicas y valederas. Uno de esos temas candentes es en la actualidad la situación que enfrenta la familia del cabo Moncayo, quien lleva una década secuestrado por la guerrilla. Lógico que el papá del muchacho, el renombrado profesor, haga hasta lo imposible por lograr la liberación del muchacho; que miembros de organizaciones dedicadas a mediar para el regreso de los secuestrados tercien y presionen; y que muchas personas se compadezcan y apoyen el operativo inmediato sin medir las consecuencias que pueda acarrear.

A quienes no les como cuento es a aquellos que aprovechan para despotricar del Presidente y su gobierno, mientras aducen que la libertad del muchacho está por encima de cualquier otra consideración. Pero todo es por hacer oposición y tratar de quitarle popularidad a un gobierno que los tiene fregados, porque entre más tierra le echan siempre cae parado. Ojalá en este país podamos emitir juicios acerca de los hechos sin que nos tilden de gobiernistas o anti-gobiernistas. Para mí existe razón al no permitir que Piedad Córdoba y el tal profesor tengan que asistir a la liberación, porque lo que busca la insurgencia es convertir el suceso en un show mediático que los redima ante el mundo. Ni riesgos. Seguro cogen la modita cada dos meses de poner a la negra del turbante a dar lora con una nueva liberación, hasta adobarla como candidata a la presidencia con un alto grado de popularidad. En cualquier rincón del mundo la Cruz Roja y la Iglesia son organismos idóneos para tal menester, y admiro del Presidente Uribe que cuando se amarra los calzones, por más presiones que tenga no se afloja el cinturón.

*Un gravamen tributario que ha creado polémica entre la ciudadanía de nuestra ciudad es el llamado a la seguridad, aunque en la factura aparece como impuesto al teléfono. Ese apelativo lo dice todo, porque solo quien cuenta con un teléfono fijo “debe” (no “tiene” que) pagar el exclusivo tributo. Y digo exclusivo porque el porcentaje de engrampados con ese cobro es muy bajo, mientras que el resultado de los dineros invertidos en seguridad cobija a todos por igual. Lo peor es que la gente se queja porque esas inversiones no se ven por ningún lado y todos los días empeora la situación de violencia e inseguridad en las calles. Cómo estará de mal sustentado el dichoso impuesto, que si alguien no lo paga simplemente le llega la factura cada mes, con el acumulado y los intereses de mora, pero sin ningún tipo de sanción si no lo cancela.

*La nueva terminal de transporte de Manizales quedó espectacular. Amplia, moderna, funcional y agradable para los usuarios, y por su localización evita que buses, taxis y demás vehículos embotellen el centro de la ciudad. Además, promueve el desarrollo de una zona de la ciudad que tiene mucho futuro, aunque no faltan los inconformes que le sacan pero a todo. A los vecinos se les valorizaron sus propiedades, los negocios prosperan y todos quieren alquilar locales o montar su propia tienda; esperen que entre en funcionamiento el cable vía, y que lo conecten con Villamaría, para que vean cómo se disparara el precio de la propiedad raíz en esa comuna. Sin embargo, algunos se quejan porque hay mucha congestión en las otrora tranquilas calles. Palo porque bogas…

*A los cafeteros les pasó lo que al pastorcito mentiroso. Ganaron la fama de que chillan más que un canastao de pollos, y ahora que de verdad la situación está grave, mucha gente cree que sus quejas son infundadas. Por culpa del invierno en diferentes zonas cafeteras este año prácticamente no hubo cosecha el primer semestre y las expectativas para el segundo son muy pobres. Los altos precios hicieron pensar en una bonanza, pero la ley de Murphy no falla y los productores tragaron saliva al verlos subir como espuma y ellos sin una arroba para vender. Lo más grave es que muchos venden el café a futuro, y como no tienen cómo cumplir con el compromiso, deben cancelar la deuda al precio que esté el día de la entrega. Si alguien negoció a $50.000 la arroba ahora debe responder por el costo actual; fuera de las pérdidas normales, súmele ese descalabro. Ojalá el Gobierno les dé la mano, así como ha recurrido a ellos cuando el país lo ha demandado. Mientras a algunas se les pone la cosa peluda, a los cafeteros se les puso “café oscura”.

martes, junio 09, 2009

Falta de ignorancia.

En época de crisis uno de los primeros recortes en los gastos que hacen muchas empresas es la publicidad, error craso porque si el mercado está complicado y las ventas bajas, al no haber difusión del producto que se promociona tampoco habrá compradores. Es un círculo vicioso y nunca debe descuidarse ese renglón que se encarga de mantener vivo el nombre de su empresa o producto en la mente de los consumidores. Cuántas veces nos antojamos de chuparnos una paleta o tomarnos una gaseosa por el solo hecho de verlas en una valla o en la pantalla del televisor; y al recorrer las góndolas del supermercado nuestro inconsciente escoge este o aquel detergente, porque de tanto machacarlo en los avisos comerciales uno termina por comerse el cuento de que es el mejor.

A su vez los medios de comunicación dependen económicamente de la pauta que anuncien en sus espacios o publicaciones; claro que muchos abusan y hay que ver cómo reniega el televidente cuando la pausa comercial se prolonga en forma exagerada, o lo jarto que es mirar una revista en la que más de la mitad de su contenido son anuncios comerciales. Pocas empresas, negocios o personas tienen la capacidad de pagar publicidad diaria en la primera página de un periódico de circulación nacional, por lo que me llaman la atención dos avisitos que salen desde hace ya bastante tiempo en este matutino.

Me detuve a leer con cuidado ambos anuncios y pude deducir que el que siga pobre, no encuentre la forma de que su media naranja le pare bolas o tenga problemas con el pájaro, es por falta de ignorancia, como decía mi mamá. Conseguir plata es todos los días más complicado, porque el cuento de la crisis económica tiene más de un negocio estancado y muchos prefieren esperar a ver dónde va a caer este globo, antes de embarcarse en una compra u otro gasto considerable. La desesperación de los miles de desempleados crece a cada momento y la posibilidad de conseguir una ocupación informal está todos los días más competida.

Pues basta con darle una llamadita al personaje que ofrece sus servicios en uno de esos avisos, y el hombre, que según entiendo acumuló sus conocimientos y experiencias en algún sitio de nuestros misteriosos y extensos llanos orientales, le soluciona su problema en par patadas. En solo tres días logra, sin saberse cómo carajo lo hace, ligar a esa persona que lo castiga con el látigo del desprecio; como cuando su mujer no le dirige la palabra porque lo pilló con la moza en algún metedero de mala muerte, o ese papito que la ve como a un moco y no le para bolas por fea y arrancada. Esta práctica quiromántica no produce ningún daño a los implicados y la susodicha ni siquiera se entera de que la están rezando; el asunto es sin tocar aro.

Con este cliente usted encuentra solución a esa mala suerte que siempre lo acompaña y que así haga su chance diario, no coge ni terminal; después de la consulta se le puede medir al sorteo extraordinario y eso es como con la mano. Si no logra encontrar pareja, todo el mundo le hace el fo, lo discriminan y pordebajean, deje de sufrir y escoja la nena o el príncipe que desee, porque después de consultar con el gurú le van a llover ofertas y proposiciones. A quienes son salados en los negocios, siempre los tumban y les dan en la cabeza, los ponen a manejar una finca y la chocan, y no sirven ni para vender empanadas, tranquilos que ahí encuentran la forma de convertirse en un Roquefeler. La impotencia deja de ser un inconveniente a la hora de entrar a matar, y dizque soluciona los problemas de la infidelidad en las parejas (seguro le cauteriza los cachos al ofendido). Además, ayuda a encontrar tesoros y guacas; qué tal uno saltando matones y sentado sobre un entierro sin sospecharlo siquiera. Pero lo más increíble es que no cobra por sus trabajos y cada quién hace una donación voluntaria, y para que se vayan de espaldas, la consulta puede ser por teléfono.

Recibo un mensaje electrónico donde ofrecen diez pastillas de viagra por algo más de cien mil pesos, lo que supuestamente garantiza igual número de polvachos. Pues en el otro aviso al que me refiero, encuentro una ganga que nadie debe dejar pasar. Una sola pastilla de este producto lo convierte en un toro y puede garantizarle varios estertores en seguidilla, y después de varios puyazos le suenan los tres avisos ¡sin doblar! Quince tabletas por solo veinte mil devaluados pesitos y aseguran que las erecciones son como para partir panela, y que poniéndole fundamento, puede disfrutar de hasta tres embates con el mismo vigor y pasión que le puso al primero; ¿de eso tan bueno sí darán tanto? La panacea la venden allí no más y como gancho para atraer a la clientela ofrecen de regalo dizque un gel retardante para mujer… Los puntos suspensivos me dejan intranquilo y es mejor que aclaren de qué tipo de producto se trata. Qué tal que después de salir del motel y llevar la muchacha a la casa, le dé la amorosa y el retardo sea para bajarse del carro. ¡Qué nervios!