Nada más cierto que cuando dicen
que nadie se muere la víspera, porque sin importar la edad o la condición
física, en cualquier momento una persona puede ser llamada a cuadrar caja.
Sobre todo cuando se llega al sexto piso, ya que es común que de ahí en
adelante el ser humano sea más vulnerable debido a la acumulación de calendarios,
los mismos que vienen acompañados de un cúmulo de achaques. Por eso no puede
uno dejar de pensar que en cualquier momento se le puede aparecer la ‘pelona’ para
llevárselo, lo que sin duda representa un difícil momento para el escogido.
Además de la pena de dejar a los
seres queridos, al menos yo, tendría mucha curiosidad por conocer el final de
ciertas situaciones que me han mantenido en vilo por muchos años, así sean
cosas baladíes. Qué piedra, por ejemplo, morirse uno antes que Fidel Castro. A
ese personaje lo he visto dar guerra desde que tengo uso de razón y a pesar de
que debido a su senectud debió cederle el poder a su octogenario hermano Raúl,
el comandante Fidel permanece como la figura que representa la revolución
cubana. La misma que se convirtió en la piedra en el zapato para los gringos y
a la cual no han podido eliminar. Qué bueno ver qué va a pasar cuando los hermanos
Castro estiren la pata.
Otro asunto que me gustaría ver
finiquitado es el de ciertas obras de infraestructura que se adelantan en el
país. Por herencia de mi madrecita nací novelero y no puedo enterarme de que
pegaron un ladrillo o movieron tierra, porque allá tengo que ir a meter las
narices. Me babeo al enterarme por la publicidad de esas autopistas con sus
dobles calzadas, viaductos y túneles; ver por fin a los trenes recorrer el país
y los grandes planchones moviendo carga por el río Magdalena.
Algo que no veré, ni nadie que esté
vivo hoy, es a este país en paz; claro que al menos se negocia con los más
importantes grupos insurgentes y por largo que sea un recorrido siempre hay que
dar un primer paso. Después pasarán varias generaciones para que nuestro
territorio alcance la justicia social, cuando desaparezcan plagas como la
corrupción, el narcotráfico y demás modalidades de bandidaje. Estamos muy
retrasados en comparación con los países del primer mundo, pero así como ellos
también pasaron por épocas oscuras antes de lograr la tranquilidad en que viven
ahora, a nosotros nos queda la esperanza de lograr ese grado de desarrollo
algún día.
Cómo se va a ir uno para el otro
toldo sin saber dónde caerá el globo de Venezuela. Todas las noticias hacen
creer que la situación no aguanta más y sin embargo el dictadorzuelo sigue
atornillado al poder. Marchas, protestas y cacerolazos se repiten a diario,
mientras el pueblo raso que respalda a Maduro se viste de rojo y también sale a
marchar para demostrar lo dividido que está ese país.