lunes, abril 21, 2008

Un negro porvenir.

A quienes nos tocó habitar este planeta en el lapso comprendido entre finales del siglo XX y principios del XXI, tenemos la fortuna de haber presenciado unos acontecimientos catalogados entre los más relevantes de la historia de la humanidad. Algunos vivieron los hechos en carne propia, mientras otros conocemos ciertos acontecimientos por medio de la historia reciente, pero lo cierto es que al repasar las diferentes épocas podemos cerciorarnos de que hemos sido testigos de una racha de eventos que han marcado hitos en la existencia del ser humano.

En la antigüedad las noticias viajaban en forma lenta entre los continentes, a diferencia de ahora que desde el mismo instante en que sucede un hecho ya está en circulación por los medios de comunicación. Nos tocó vivir, por ejemplo, en un mundo donde cualquier persona tiene acceso a todo tipo de información, y desde su casa. Hemos visto cómo la tecnología evoluciona mientras cambia radicalmente la forma de vida de la gente, además de una degradación paulatina en los principios morales y éticos de quienes habitamos el planeta. Porque aunque la maldad acompaña al hombre desde sus inicios, no cabe duda de que con el paso del tiempo esa vileza ha incrementado en forma considerable.

Quienes nacieron por allá en 1935 recuerdan la explosión de la bomba atómica y demás horrores de la Segunda guerra mundial; otros vimos en directo la llegada del hombre a la luna en 1969; y muchos fuimos testigos del cambio de milenio, situación que solo se ha repetido dos veces en la historia moderna. El descubrimiento del mapa del genoma humano, la clonación de animales, los trasplantes de órganos y miembros a las personas, además de medicamentos que han aumentado la expectativa de vida, son adelantos que han mejorado notablemente la existencia del Homo sapiens.

Los avances en la tecnología han revolucionado el mundo que conocemos, y así como en tiempos pasados dudábamos de las predicciones que hacían en ese campo, ahora hay que creer en todo lo que digan al respecto. Y si vivimos alucinados con los inventos y novedades que aparecen a diario, cómo serán las cosas que ya existen pero que no dejan conocer, para no perjudicar a unos pocos que perderían su clientela con la implementación de ciertos productos. Quién duda por ejemplo de que son capaces de producir medias veladas que no se rompan, o discos compactos inmunes a rayones y desperfectos. Seguro es sencillo adicionar a los alimentos productos que impidan que se venzan en un lapso determinado, lo cual evitaría que a diario se eche a la basura gran cantidad de alimentos, medicamentos y tantas cosas que por descuido deben seguir ese camino.

Tienen que existir aleaciones de metales que no permitan que una pieza mecánica sufra fatiga de material, y tecnología que logre producir repuestos que nunca deban ser sustituidos. Fibras textiles que no se destiñan ni deterioren; zapatos indestructibles; electrodomésticos blindados contra la mano dura de las empleadas domésticas; llantas que no se gasten; bombillos que duren toda la vida; y un etcétera conformado por todos esos artículos que sacan la mano con solo mirarlos.

Claro que ya los han descubierto y seguro conocen esos materiales inalterables, pero no pueden sacarlos al mercado porque entonces cómo carajo se sostiene la sociedad de consumo. La idea es vendernos artículos ordinarios para que al poco tiempo debamos adquirirlos de nuevo. Nos llegan infinidad de aparatos y chucherías fabricadas en China y demás países orientales, a precios muy favorables, pero que son desechables.

Lo que no hay derecho es que se nieguen a desarrollar opciones de energía, diferentes a los combustibles fósiles, por el solo hecho de blindar a los grandes conglomeraos económicos que dominan el mundo con el poder que les da el petróleo. Que se joda el medio ambiente, que el clima se enloquezca, que el calentamiento global llegue a límites irreversibles, que acabemos con este diminuto refugio en el universo, pero que los poderosos puedan vender sus reservas a precios exorbitantes.

Produce preocupación y desconcierto leer sobre el tema, y ver videos y programas de televisión donde hacen predicciones de lo que será nuestro planeta en un futuro cercano. Porque si oímos hablar del tema desde hace mucho tiempo, pero como algo lejano y un poco ficticio, ahora sí nos tocó convencernos de la realidad porque ya empezamos a ver los efectos dañinos de nuestra irresponsabilidad. Todos los años el invierno es más crudo y los desastres naturales peores. Hay que ver cómo los huracanes, tifones y tornados arrasan con todo a su paso.

Cómo es posible que debamos esperar a que se acaben las reservas mundiales de petróleo, carbón, gas y demás combustibles fósiles, para que saquen al mercado los nuevos inventos que pueden reemplazarlos. Hemos visto los automóviles que funcionan con energía eléctrica, que no producen ningún tipo de contaminación, pero que al no ser fabricados en serie presentan unos precios exorbitantes. O las alternativas que pueden ofrecer para que se muevan las industrias, sin tener que recurrir a esos perjudiciales y detestables carburantes.

Al menos nosotros alcanzamos a respirar aire puro, disfrutar del campo y ver correr los ríos. De manera que a pensarlo muy bien antes de traer niños al mundo, porque yo sí le digo lo que va a ser esto en un futuro.
pmejiama1@une.net.co

3 comentarios:

José María Ruiz Palacio dijo...

El problema don Pablo es que lo poco que podamos hacer nosotros los consecuentes con el asunto es lo mismo que arrojar semillas de trigo al asfalto. Hablando de eso, mire lo de los biocombustibles; otro embeleco para acabar con la comida de los pobres, mientras los dueños del balón se enriquecen más...

Anónimo dijo...

La contaminación, el deterioro del ambiente y todo aquello que hoy criticamos ha estado presente en la historia desde siempre; ahora, por el gentío, se llega a extremos peligrosos. Por supuesto que esta aseveración no es para tranquilidad de nadie, al contrario.
Pero la naturaleza se hará respetar como otras veces: no olvidemos que todo este planeta nuestro es un solo organismo vivo, tal como pregona la Teoría Gaia y de una u otra forma encontrará la solución para seguir, aunque el hombre y todas las cosas que mencionas estén en su contra.

Pablo Mejía Arango dijo...

Leo con mucho interes los comentarios que a bien tienen hacer a mis escritos. Todos me llegan directamente al correo electronico.
Mil gracias a quienes hacen dichos comentarios.
PabloM