martes, agosto 24, 2010

Asuntos varios.

Celebro y aplaudo la decisión del ex presidente Álvaro Uribe de no firmar la ley que prorrogaba el plazo que teníamos los colombianos para renovar la cédula. Como aquí estamos acostumbrados a dejar todo para última hora, confiados en que al cumplirse el término estipulado siempre van a echar para atrás y a conceder más tiempo para el trámite de turno, aproximadamente dos millones de compatriotas vieron acabarse el tiempo para hacer la vuelta del nuevo documento de identidad. Y cuando todo parecía cumplirse y hasta anunciaron por radio que ampliaba el plazo cuatro meses, el mandatario se paró en la raya y no autorizó el asunto.

Puedo asegurar que de haberse dado la prórroga, el 80% de quienes hacían largas filas en las dependencias correspondientes se hubieran ido tranquilos para la casa, con la intención de hacer la vuelta “un día de estos”. Lo mismo sucede con multas y vencimientos que la gente deja acumular, confiados en que basta esperar un poco hasta que haya una amnistía y de esa manera el pago se reduce de forma considerable. Ojalá esta lección sirva para que aprendamos que los plazos son para cumplirlos, y esperemos que en los lugares donde es necesario presentar la cédula de ciudadanía para cualquier trámite cumplan la norma y castiguen al descuidado ciudadano.
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Gracias a la puesta en servicio del esperado puente helicoidal, por fin se redujo en forma considerable el tiempo que demoramos en viajar a Pereira y Armenia; porque ese atasco que se formaba entre el sector de La Postrera y La Romelia era un infierno para los usuarios de la carretera. Ahora debemos presionar para que se busque una solución al tramo que va de Chinchiná al Jazmín, porque aunque tenemos dos vías, el problema del tráfico no se soluciona debido a que no existe una doble calzada. No hay derecho a que debamos pagar dos peajes en un recorrido de escasos 45 minutos, entre Manizales y Pereira, y que gran parte del tramo debamos transitar detrás de una caravana de camiones que ruedan a paso de hormiga; con el agravante que la línea continua en la vía impide al sobrepaso en casi todo el trayecto. La idea es que busquen la forma de construir varios retornos en ese sector y así destinar una carretera de ida y otra de venida. La comodidad de quienes habitan el sector no puede estar por encima de los intereses del país, donde todos reclamamos vías ágiles que mejoren la movilidad vehicular.
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El noticiero que presenta la televisión por cable de UNE a sus usuarios es entretenido y agradable, sobre todo porque trata asuntos exclusivamente de nuestro municipio. Yo lo prefiero a los del canal regional, Telecafé, porque en estos pierdo el interés apenas empiezan a hablar de un barrio de Armenia, de un concejal de La Virginia, de la carretera que va para Pueblotapao o de un sindicalista que se crucificó en la Plaza de Bolívar de Pereira. Lo negativo del canal UNE es que pretendiera que los periodistas que trabajaban para esa empresa fueran de bolsillo y se rigieran por la línea editorial que dictaran las directivas, situación que por fortuna se solucionó cuando el noticiero pasó a manos de La Patria y su equipo de profesionales.

Fui compañero de trabajo en Caracol Radio de Carlos Ernesto González y Germán Mejía Gallo, y por lo tanto seguía con interés los programas que ellos presentaban en el canal de marras. Para mi sorpresa ambos salieron del aire y ahora me entero de las causas, las cuales me parecen arbitrarias y despreciables. Resulta que Germán, como tantos hinchas del Once Caldas, no está de acuerdo con el manejo que le dan a la institución y aprovechaba su tribuna en el canal para controvertir y denunciar.

Entonces Duván Vásquez, gerente del Once Caldas, le envía una carta al director del canal, el periodista Felipe Cardona, donde tiene la desfachatez de indicarle cómo controlar a sus colegas que laboran en el canal y las pautas que estos deben seguir al momento de informar; además, se queja de las andanadas de Germán y define su proceder como “dañino y malintencionado”. Aparte de eso le recuerda que el equipo es socio comercial de UNE; como quien dice, entre bomberos no nos pisemos la manguera. Lo que siempre he sostenido: si alguna cosa dicha por Mejía Gallo desde los micrófonos es falsa, denúncielo por injuria y calumnia y síganle el proceso que corresponda.

Con Carlos Ernesto sucedió algo parecido. Después de tener el programa con mayor sintonía del canal, y de llevar 5 años al aire, al momento de cambiar la empresa de dueño debió entrevistar al Presidente de UNE. El comunicador procedió con el profesionalismo que lo caracteriza y por ello durante le charla hizo alusión al malestar que se vivió en la ciudad por la masacre laboral que se dio al momento de la transición, y de otras políticas de esa empresa que no tuvieron buen recibimiento por parte de la ciudadanía. Pues al momento de renovar los contratos con la nueva razón social la propuesta económica hecha a Carlos Ernesto fue indigna y absurda, y de esa manera lo sacaron del baile. Definitivamente mientras existan intereses económicos de por medio ese cuento de la libertad de prensa es un espejismo, una quimera.
pmejiama1@une.net.co

2 comentarios:

JuanCé dijo...

Hombre Pablo:
No entendí casi nada, pues no conozco a los implicados en esas intrigas; pero siendo periodistas y locutores, la cosa debe ir pa largo.
He visto fotos del puente y me parece que es fantástico que la ingeniería se mezcle con la belleza de las cosas: un puente no tiene que tener la rigidez que se acostumbra darle.

Jorge Iván dijo...

ya aprovecharemos un puente Emiliani para conocer el helicoidal. Parece que a las personas citadas nada los "une"