jueves, enero 18, 2007

NO ESTA NI TIBIO.

Bien equivocado es afirmar que alguien domina perfectamente un idioma diferente al suyo, cuando lo aprende en la academia o por intermedio de profesores particulares. Otra cosa es que la persona haya vivido durante mucho tiempo en la tierra donde hablan ese idioma en particular, porque solo practicándolo a diario y con personas de diferentes estratos y regiones, puede llegarse a conocer una lengua a la perfección. Que fulanito es “full inglés”, dicen cuando alguien se defiende muy bien en la lengua anglosajona; que aquel se peina parlando italiano; o que mengano habla francés mejor que cualquier descendiente de Balzac. Y lo mismo afirma un gringo cuando conversa en español como un hispano parlante, pero de ahí a dominar la lengua hay mucho trecho.

Porque un idioma es mucho más que lo que está relacionado en sus diccionarios, lo que enseñan en el aula de clases, lo que dictan sus reglas y todo lo que esté escrito al respecto. Una lengua es sobre todo la forma como la gente del común se entiende entre sí, con sus dichos, expresiones, modismos, apuntes y esas novedades que quienes la utilizan le incorporan a diario. Por ejemplo en nuestro país cambia el significado de una palabra de una región a otra, y es así como los costeños le dicen foco al bombillo; en Medellín llaman perico al café con leche que nosotros denominamos pintado; en Bogotá se refieren a nuestro “algo” como las onces; y en los llanos orientales le dicen camarita al amigo o compañero.

De manera que si conozco por ejemplo a un alemán que asegure conocer al dedillo nuestro idioma, puedo decirle que no está ni tibio y para la muestra le hago algunas pruebas con el fin de comprobarle que para ello debe convivir primero con la gente del común por mucho tiempo y de esa manera cogerle el tiro al asunto. Y ni así, porque uno mismo se queda muchas veces viendo un chispero cuando oye hablar a un adolescente o a un habitante de la calle, porque no entiende ni la mitad de lo que dicen.

Para hacerle la prueba al extranjero de marras, basta con preguntarle por ejemplo si sabe definir qué es un chichipato. Si el tipo pone cara de que no tiene ni malicia, se le puede explicar que es un faltón, que se distingue por agonía y calceto, que es una garra, una pichurria, una garulla, una chucha, que no da pie con bola y que no tiene en qué caerse muerto. Luego le cuento que por chichipato lo quebraron, y si no entiende, le digo que lo levantaron, lo quiñaron, le dieron chumbimba, amaneció con la boca llena de hormigas, le hicieron la vuelta, lo pusieron a chupar gladiolo, a mirar p’a dentro, quedó muñeco, tuqui tuqui lulú, chao pescao. Y todo porque le gustaba andar metido en tropeles, bonches, peloteras y bochinches.

O saco a colación el cuento de otro pato que se abrió del parche, o como quien dice se pisó, se dio el ancho, puso pies en polvorosa, se evaporó, adiós pues.
Y qué tal mencionar que debido a la situación de la vida actual, mucha gente anda de mala vuelta, con el mico al hombro, llevados, con la malparidéz alborotada, enfurruñados, friquiados, bajos de nota y con el carriel caído. O que muchos otros andan vaciados, sin cinco, más pelados que sobaco de rana, nadando y empujando la maleta, en la física olla, pilando por el afrecho, varados y a tiro de robar gallinas.

A ver si entiende cuando le cuente que la parejita aquella anda entrepiernada y que a toda hora revientan cariño, chupan piña, que es lo mismo que parchar o jalar trompa, y que de tanto maniculiteteo y amacice terminaron voliando chuzo, tupiéndole al miriñaque, cascándole al peluche o como quien dice tirando. Y que por lo tanto están güetes, mataos de la dicha, felices de la pelota, transportados y radiantes. Porque aunque dicen que el pirobo es buchepluma, metelagómez y machucho, la verdad es que el pelao es piloso, metelón, camellador, aventado y entucador. En cambio la sardina que se las da de mucho café con leche, no llega ni a mantecotaquígrafa.

Y esa otra pinta que iba con unos parceros en la llaga de pichirilo que tiene, y como viajaban encocaos o a culo alzao, se pegaron un lamparazo que ni le cuento. Salieron pelotiando por una manga y fueron a dar a una chamba; por andar chupando y soplando acabaron marcando cruz y calavera, y tuvieron que seguir la rumba en la güandoca después de pasar por donde el matasanos. Lo peor es que la tomba los tiene pillaos y por dar papaya se les va a ir hondo.

Claro que si está tan convencido de su conocimiento, entonces que traduzca a su lengua expresiones como: ñuco, joto, chispún, angurria, parcero, colmeniar, susquiniao, ñola, atembao, cagalástimas, patrasiar, fufurufa, pelle, desjetao, chuflí, cocianfirulo, pichurrio, copisoliar, raniar o sobremesiar. O si sabe qué quiere decir revolver guadua, estripar el tomate, quedar pagando, gato enmochilao, ponerse mosca, meter el hombro, llevar del bulto, ser mucha gente, hacer conejo, por la pica, caranga resucitada o bajar de pinta.

Si da pie con bola y le suena la flauta, me le quito el sombrero.
pmejiama1@une.net.co

1 comentario:

Anónimo dijo...

a ver si eres capaz de decir esas expresiones tan cultas en inglés....mmm lo dudo garullo!