miércoles, enero 31, 2007

TODOS A VALIDAR

Con tal de que ahora no vayan a salir con el cuento que quienes hicimos el bachillerato hace más de 20 años debemos validar para de esa forma actualizarlo, debido a que casi todo lo que aprendimos en ese entonces está mandado a recoger. Después de que nos torturaron con las matemáticas, donde había que hacer las operaciones a mano porque no se conocían las calculadoras electrónicas, y para colmo los profesores ni siquiera se fijaban en el procedimiento, sino que miraban a ver si la respuesta coincidía; de manera que si el alumno se equivocaba al poner un punto o una coma perdía el examen, y punto. No hay derecho. Porque había que ver lo que era resolver una multiplicación o una división de cinco cifras, operación que se gastaba toda una hoja del cuaderno cuadriculado, y por un simple desliz se iba todo al carajo.

Ahora cuando los menores estudian esa materia utilizan un lenguaje que no está en nuestro léxico y al querer ayudarles con una tarea nos quedamos viendo un chispero. Conjuntos y fraccionarios reemplazaron las cuatro operaciones tradicionales, aunque algunas mortificaciones persisten como las benditas tablas de multiplicar. Qué joda con éso, sobre todo ahora que enciman una calculadora por comprar un detergente o las mismas hacen parte de las muchas funciones que ofrece un reloj ordinario. Es que yo sí le digo lo que es aprenderse por ejemplo la tabla del nueve.

No estamos libres de que digan que todo aquel que haya recurrido a la regla de cálculo como ayuda de consulta, debe repetir las materias que la requerían porque ese hermoso instrumento, elaborado con madera de bambú finamente tallada, dejaba una ínfima posibilidad de error y que ahora con la tecnología ese albur puede evitarse. Pero fíjese que los chinos utilizaron el ábaco y los incas el quipu para dichos menesteres, y a ninguno le hizo falta la electrónica para saber cuánto le debía un vecino. En el colegio siempre fui negado para las matemáticas, y ni hablar cuando en tercero de bachillerato me topo con el algebra y de súbito lo que había logrado asimilar se fue todo al basurero, porque las operaciones ya no eran con números sino con letras. Ahí sí quedé poposiao y el agua lejos.

La religión nos la metieron a punta de amenazas y promesas que hasta hace poco tiempo mantuvieron su vigencia, porque grande fue la sorpresa cuando el mismo Papa Juan Pablo II reconoció que el cielo y el infierno no existen como los pintaban en el colegio. A toda hora muertos del susto porque habíamos roto uno de los mandamientos y a hacer fuerza para que no nos llamaran de arriba antes de que alcanzáramos a confesarnos. Después de hacer la primera comunión el muchachito debía pensar a ver que pecados le confiaba al cura para no salir con el cuento que no tenía nada de qué arrepentirse, y entonces no quedaba sino recurrir a confesar que había jurado en vano, tenido malos pensamientos o peleado con los hermanitos. Porque la única forma de que le creyeran los amigos cualquier cosa era sentenciar, mientras cruzaba el dedo pulgar con los demás: Por este puñao de cruces; o p’a mi Dios bendito; o por Chuchito santo.

Y éso que a tan tierna edad todavía no codiciábamos la mujer del prójimo, porque al muy poco tiempo nos empezaban a gustar todas. A la larga nada de malo tiene que uno se relama viendo tongonear a una vecina o a la novia de fulanito, mientras respete a las compañeras sentimentales de familiares y amigos. Claro que estoy muy desactualizado de cómo será ahora la catequesis porque si sigue vigente aquello de que es pecado fornicar, la juventud moderna desde la misma pubertad, poco le jala a respetar dicho precepto.

Qué tal lo que nos jodieron con la ortografía y la gramática para que en la actualidad con las comunicaciones electrónicas todo quede en ceros, porque es triste ver cómo escriben las nuevas generaciones. Y haga planas y raye hojas del cuaderno de doble línea, para que ahora de tanto teclear en una computadora se nos olvide hasta firmar. Solo queda la satisfacción personal de pulirse al garrapatear aunque sea una línea, porque muy pocos se fijan en esas minucias.

Pero las sorpresas siguen y el más reciente descache se refiere a que el famoso Plutón ya no hace parte del sistema solar. Después de 76 años vienen a darse cuenta de que ese peladero es muy chiquito y por lo tanto no clasifica para hacer parte del combo planetario. Viéndolo bien, por fortuna en épocas pasadas no había forma de mirar con detalle esas lejanías, porque ahora me entero que ese moridero forma parte del cinturón de Kuiper, donde está acompañada de otros 100 mil que tienen características similares. Y póngale la firma que de haberse sabido, nos los hubieran hecho aprender todos de memoria. Además, para qué soban tanto con una vaina que queda a 12500 millones de años luz de aquí. Puedo decir, sin ponerme colorado, que éso queda en la mismísima eme.

Estamos pasados de instaurar una demanda contra quien nos reprobó en un examen porque olvidamos mencionar a Plutón. Y no faltará el que perdió el año por la misma pendejada. Qué plutería.
pmejiama1@epm.net.co

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi también me ofendió profundamente lo de plutón. Me sentí usado, manipulado, usado ... por los astrólogos en especial.

Y si, me costó mucho trabajo parenderme los planetas y muchas rajadas ..p ara que me digan que plutón "ya no"?. No joooda!

Anónimo dijo...

La idea de "validar" el bachillerato de esa manera debe ser otra de las ridiculas ideas con las que salen en nuestro pais de tanto en tanto para distraer a los medios y a la opinion publica.
Cada persona esta en obligacion de mantener y actualizar los conocimientos que necesita para su vida diaria.
El caso de los profesores es diferente porque no solo es cuestion de etica sino de correcto desempeno de su trabajo.