viernes, agosto 25, 2006

Logros, Metas, Retos...

En la actualidad el agite de la vida ha logrado aumentar en forma preocupante el número de suicidios. Cuando yo estaba pequeño no era común oír que alguien se quitara la vida, y mucho menos los niños que no podíamos meternos en las conversaciones de los mayores; aparte de que poco nos interesaban. Ahora venimos a enterarnos de que algunos de esos suicidas eran del otro equipo, gremio que es muy afín a dicho proceder. Líos de calzoncillos que llaman. Lo grave es que actualmente la mayoría de quienes toman tan absurda decisión son jóvenes ejecutivos, adolescentes y muchos niños.

Quienes pertenecemos a generaciones pasadas debemos estar agradecidos por no habernos tocado en la etapa de estudiantes, o ya como empleados, la modalidad de logros, metas o retos que se pusieron de moda en la actualidad. Claro que la calidad de educación que recibimos no puede compararse con la que imparten ahora, pero de igual manera sacamos el cartón de bachilleres, muchos pasaron por la universidad, y hay que ver las lumbreras que se destacaron en los diferentes campos profesionales. Porque si hoy en día salen del colegio y dominan varios idiomas, son unas hachas para todo lo que tenga que ver con las computadoras, se peinan con la tecnología y aprovechan las oportunidades que ofrece el mundo entero para seguir preparándose, en un hecho que muy pocos han leído siquiera un libro. Tampoco les interesa la música clásica, el arte, la astronomía o cualquier otro tipo de conocimiento que no produzca plata o resultados tangibles.

Al conversar con amigos que tienen hijos en el colegio, es común escuchar las quejas por la exagerada carga de responsabilidades académicas que les imponen. Los muchachitos viven a mil por hora, angustiados y en permanente incertidumbre, porque muchas veces el tiempo no les alcanza para colmar las expectativas de los profesores. Porque ahora les ha dado por convertir en bilingües de un día para otro (sin exagerar, de un año para otro) colegios donde nunca dieron mucha importancia a la enseñanza del idioma inglés. Esa vaina es imposible, y lo que logran es confundir a los educandos y hacer que le cojan pereza a la materia.

Los estudiantes actuales no hablan sino de logros. Es la palabra de moda. Y hay que ver las estadísticas acerca de la cantidad de suicidios en la época de fin de año, cuando muchos prefieren tomar la fatal determinación antes que presentarse en la casa con la noticia que no aprobaron. También es preocupante la competencia que existe entre los diferentes colegios, o de los mismos compañeros por sobresalir en el grupo. Porque a diferencia de antes, cuando la gran mayoría eran maquetas y solo un pequeño grupo estudiaba y le ponía cuidado al profesor, ahora lo raro es un alumno que pierde materias y patina para avanzar. Claro, como los menores tienen pocas libertades debido a la inseguridad, no les queda sino quedarse en la casa estudiando. Qué más hacen. Y les ponen unas tareas que no las resuelve ni Panesso Robledo.

Caso aparte es el ritmo de vida que llevan los ejecutivos modernos. A dichos sujetos no les quitan la enjalma ni para dormir. En cualquier empresa el común denominador es tallar al subalterno, de la misma manera que aprietan al jefe de turno. Porque son muy pocos los que no dependen de alguien, a excepción de los famosos “cacaos” que son los dueños de la pelota. Usted puede ser el gerente de una empresa, pero cada mes debe enfrentar a la junta directiva para rendir cuentas y recibir garrote sin piedad. Entonces sale de la junta de mala vuelta y estresado, y la emprende contra los subgerentes para desquitarse con ellos. A su vez, estos arremeten contra los que siguen para abajo y así sucesivamente hasta que alguien le mete un repelo de miedo a la señora de los tintos. Como quien dice, nadie se salva.

En las ciudades intermedias son muchos los directivos de compañías y empresas multinacionales que dependen de un jefe en otra ciudad del país o del exterior, el cual los mantiene al soco de sol a sol. Y en el medio todo el mundo los ve como los ejecutivos estrellas, pero en realidad son explotados y no tiene autonomía ni para comprar una escoba. Por ejemplo la gerente de una corporación de ahorro y vivienda debe cumplir con una cuota de recaudos al mes, y la pobre mujer recibe a toda hora llamadas del jefe para recordarle la fecha y que no está ni tibia para cumplir con lo pactado. Claro que si la ejecutiva tiene una meta por ejemplo de mil millones y la cumple, entonces al mes siguiente le suben a mil doscientos y así sucesivamente hasta que se reviente.

A ella no le queda sino apretar a sus empleados y pasan el día en reuniones para ver cómo van a salir del embrollo. Por lo tanto, empiezan a despachar el trabajo diario a las cuatro de la tarde y deben quedarse hasta media noche en la oficina. Para completar, a toda hora hacen diplomados, postgrados, cursos, estudian idiomas y acumulan información hasta quedar más preparados que un tamal. Porque de lo contrario, les corren la silla. Viéndolo bien, se suicidan muy poquitos.

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