miércoles, marzo 28, 2007

CARROS DE PLAZA (II)

Recuerdo cuando cuadraban los taxis alrededor de los parques de la ciudad para que la gente los buscara allí. En el parque de Bolívar y en la plaza Alfonso López siempre había taxis, costumbre que todavía se ve en algunos pueblos. Por éso los han llamado carros de plaza. Cuando en Manizales empezó la descentralización en ese renglón de la economía, instalaron una caseta en el antiguo edificio del cable aéreo y parqueaban los carros en el parque que lleva el mismo nombre. Bastaba con llamar al teléfono 510-10, si la memoria no me traiciona, y decirle al encargado que mandara un carro a una dirección determinada. Claro que muchas veces solo había que decirle que a la casa de fulanito de tal, y el tipo sabía exactamente dónde quedaba. Pero sigamos la charla con el taxista de marras:


*Como le decía dotor, antes de que sonara esta mecha de teléfono, ahora son muchos los culicagaos que maneja taci y lo peor es que creen que están en un autódromo. Hay que velos de bermudas, chancletas, camiseta esqueleto y gafas oscuras; y hasta guantes se ponen p’a manejar, además que engallan los carros como si fueran de carreras. Mantienen el radio a todo timbal con música moderna, de ésa que uno no se entera cuando pasan de una canción a otra; y ni hablemos de los que prefieren regetón o vallenatos. Muchos de esos babosos no respetan al pasajero y nada saben de la ciudá; usté entiende que el tacista es un guía turístico y debe conocer al menos un poquito de historia regional.

Este trabajo está muy duro, p’a qué le miento. Es que fíjese que la gasolina sube a cada rato y el patrón vive quejándose porque las llantas y los repuestos están venenosos. Con decile que hay días que no me queda ni p’al pasaje p’a irme p’a la casa. Hasta pensé buscame un carro que trabaje con gas porque he oído decir que es mucho más económico, pero algunos compañeros aseguran que el motor pierde juerza y entoes hay que cambiar todo el día de gas a gasolina p’a que no se cuelgue el carro. Además, el tanque que le acomodan se traga la mitá de la bodega y si el carro llega a ser pequeño, pailas porque se queda uno sin donde acomodar siquiera un mercao.

Cuando me canso del trajín y de lidiar con la gente, porque no faltan los atravesaos o el vergajo que lo quiere atracar a uno p’a tumbale el realizo, cambio por una temporada y me dedico a reventar carretera. Pues, a viajar intermunicipal o a otras ciudades. Ese camello también es muy tenaz, porque fíjese que a usté le cobran ahora 160 mil pesos por llevalo a Bogotá, y pueden viajar hasta 4 personas. Claro que si compra un solo cupo le cobran 40 mil. El caso es que el chofer le tiene que dar 80 mil al patrón, y con el resto pagar la comida, la dormida en Bogotá, peajes y gasolina. Mejor dicho, sale uno es haciendo el mandao.

Y ahora que hablo de la capital, allá sí hay que guerriar, ¿oiga? Le digo pues que por lo menos la mitá de los tacis, coletivos y busetas son piratas. Ponga cuidao le esplico. Por ejemplo un tipo compra el cupo p’a un carro, pero matricula dos con las mismas características. Lo que llaman gemelos. Entoes a usté lo atraca un condutor y cuando va a poner el denuncio con la placa y el número del lateral, el chofer del mellizo demuestra que él ese día tenía pico y placa o el carro estaba en el taller. Además hay muchos barrios donde no se puede arrimar porque son muy peligrosos, y los rotos tan hijuemadres que hay en las calles acaban hasta con el tendido de la perra. Los amortiguadores y en general la suspensión no da un brinco.

P’a qué pero aquí en Manizales las calles están en buen estao y tiene la ventaja que con estas faldas tan berriondas no esiste la competencia de las ciclas. Otra cosa es que con esta llovedera tan espantosa nadie le jala a pagar p’a que lo lleven en moto, porque mojao como un pato no trabaja ni el patas. Tampoco se puede voliar quimba por el mismo problema de la topografía, ya que aquí hay unas pendientes que en muchos casos no saben si pavimentalas o blanquíalas.

Por fortuna de un tiempo p’acá pusieron los tacímetros, p’a poder acabar con esa joda del regateo. Siempre que se cobraba una carrera había que ver el problema p’a ponese de acuerdo en el valor. En cambio ahora es lo que diga el aparatejo ése, y listo. Claro que usté sabe patrón que hecha la ley hecha la trampa, como dicen, y no falta el que le acomoda al carro el tal muñeco. ¿Que qué es esa vaina? Hombre, pues el famoso mecanismo p’a metele el dedo al pasajero. Le entablan conversa al cliente y en cierto momento lo hacen mirar p’a alguna parte, y entoes aprovechan y acionan un botoncito que aumenta el valor que marca el aparato eletrónico.

¡Huy dotor!, yo hablando paja y esta es la hora en que usté no me ha dicho a dónde lo llevo.
pmejiama1@une.net.co

1 comentario:

Elispapafrita dijo...

Llegué acá por recomendación de un blog favorito de hace tiempo http://dentrodemicabeza.blogspot.com/.

Me gustó la columna, aunque la letra y el largo del texto me pareció que cansa los ojos... llegué al final del primer post, pero el resto dejé como a la mitad...