martes, noviembre 24, 2009

¡A discreción!

Qué tal las bravuconadas del payaso que tienen nuestros vecinos de Presidente. Cada que se le salta la piedra por cualquier pendejada, amenaza con sacar a relucir los cacharros que ha comprado en los últimos tiempos para armar a sus fuerzas militares. Y aunque ya en Brasil le pusieron el tatequieto por lengüilargo y bochinchero, el tipo se echó para atrás con disculpas y enredos que lo único que buscan es desviar la atención. Pero deje que pasen unos días y sus vecinos del sur le aflojen la presión, para que vea que algo se inventa para volver con su andanada de improperios y espantajos.

A los habitantes de ambos países nos parece insólito el solo hecho de hablar de una confrontación bélica entre los pueblos hermanos, pero ojo porque un loco ególatra y crecido, que además tiene petrodólares a disposición, es más peligroso que un tiro en un oído. En una de esas pataletas le da por mandar bombardear territorio colombiano o que un escuadrón de tanques invadan a Cúcuta, y ahí sí nos coge con los calzones abajo. Aunque me late que lo que el chafarote está es picado, porque con los gringos en las bases colombianas se le frustra el plan de voltearle todo este territorio a Castro para su proyecto comunista. Otra estrategia es despertar ese patriotismo irracional que obnubila al populacho, como sucedió cuando el general Galtieri convenció a muchos argentinos de que iban a aplastar al imperio británico, y así distraer la atención de la crisis económica y social que enfrenta su país. Mientras tanto los gringos esperan cualquier provocación del orate coronel para callarle la boca, y de una vez arrebatarle el precioso oro negro, por lo que debemos estar alerta para evitar quedar en medio de ese sándwich.

Pero en caso de que por cosas del destino, sobre todo cosas del guerrerista mandatario, caigamos en el absurdo conflicto, no sobra prepararnos para coger al toro por los cachos. Por ejemplo que nuestro país revire con una estrategia de paz que busque voltear definitivamente al pueblo venezolano a favor nuestro. Que la fuerza aérea planee bombardeos en las principales ciudades, pero en vez de descargar toneladas de explosivos, deje caer cargamentos de provisiones tales como papel higiénico, pollos congelados, bolsas de leche, libras de arroz, panes tajados, toallas higiénicas (de las que vienen con alas para facilitar el aterrizaje), maíz trillado, lentejas, perniles de marrano y confites para entretener a los muchachitos. Sería prudente además advertir a la ciudadanía de la incursión aérea, para que se refugien debajo de las camas porque sin duda algunos de estos productos pueden descalabrar a más de uno.

Por vía terrestre y como punta de lanza del avance de las tropas colombianas, que manden un batallón de danzarines y grupos vallenatos. La idea es que hasta los militares venecos terminen enrumbados en el tremendo sarao que vamos a formar allá, porque en vez de oficiales nuestro destacamento irá regentado por el Rey Momo, la Marimonda y Joselito Carnaval. Las pilanderas, Matilde Helina y la Vieja Sara serán las encargadas de entretener a quienes participen de la repichinga, y que nadie se preocupe porque rodarán a mares el trago, la cerveza y todo tipo de viandas. Las industrias licoreras y la cervecera pueden patrocinar este contingente de la alegría, que irá acompañado de buñuelos, empanadas, arepas de huevo, chorizos, tamales, caldo de albóndigas y cuanto mecato existe.

En todo tipo de enfrentamiento militar es primordial la inteligencia, la cual por fortuna se da por estos lados como maleza. Malicia y picardía tenemos de sobra, y basta ponerle orden a nuestra gente para superar a cualquiera. Otra estrategia que puede funcionar es prometerle a quienes viven en los asentamientos urbanos del vecino país, que estamos dispuestos a compartir con ellos la energía eléctrica y el agua potable para que no pasen tantos trabajos.

Claro que si las buenas intenciones no funcionan y el aparato militar venezolano se viene con todo, no queda sino sacar nuestras armas secretas para enfrentar la agresión. De manera que a mandar batallones a luchar por la patria y la idea es que la campaña no requiera mucha inversión, porque plata no hay. El primer contingente está compuesto por sicarios de todo el país, liderados por los chachos entrenados en las comunas de Medellín, con el atractivo que esos parceros ponen sus motos para transportarse y cada uno lleva el fierro propio. Una compañía conformada por indígenas del sur, de Cauca y Nariño, saca la cara por el país porque esa gente es más brava que una señora; lo mejor es que no necesitan armamento porque se defienden con palos y garrotes, y arrancan a pie hacia el teatro de operaciones sin poner pirinola.

Que programen partidos de fútbol con los diferentes equipos en Cúcuta y allá enrolen a los integrantes de las barras bravas, las peores gambas del país, para que crucen la frontera y enciendan a todo el mundo a piedra y a navaja. Una amnistía pasajera será necesaria para que paracos y traquetos pongan sus ejércitos de matones al servicio de la patria, y si todo esto no funciona, tocará mandar pelotones de peso: Pachito Santos, Samuel Moreno o el ex fiscal Iguarán. Porque aquí pelotones también hay para dar y convidar.
pmejiama1@une.net.co

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pablo, en la lista de lo que les vamos a tirar, te quedaron faltando unas 100 toneladas de cemento (remojadito) sobre el palacio de Miraflores a ver si le tapamos la cueva al hugorila y lo volvemos una hugonorrea

El Lobato

Anónimo dijo...

Buenísimo... me reí a carcajadas!!!