domingo, enero 10, 2010

Buenos propósitos.

Estos días del año son de reflexión para unos, arrepentimiento para otros, no faltan los deprimidos, los que pierden la noción del tiempo de tanto beber, aquellos que ignoran este tipo de celebraciones y los muchos que se dedican a hacer promesas y desear buenos propósitos. Que dejo de fumar, adelgazo, regreso al gimnasio, no pierdo misa los domingos, me porto bien, vuelvo a estudiar, le rebajo al traguito, no más mujeres, aprendo inglés, cambio de imagen y mil promesas que se quedan entre el tintero, porque cuando reaccionan ya es octubre y toca dejar todo pendiente para después. En vista de que para nuestro país se inicia un período de cambios políticos, no sobra desearle buenos propósitos a nuestro Presidente a ver si por fin empezamos a salir del atolladero.

En primer lugar recordarle al doctor Uribe que debe hacer como los buenos futbolistas, toreros, cantantes o cualquier personaje de reconocimiento público, que procede a retirarse cuando está en la cúspide de su carrera. Así todo el mundo lo recordará de manera positiva, porque sin duda la última imagen que refleje la persona es la que perdura en la memoria colectiva. Es más, si usted se hubiera retirado al finalizar su primer mandato, a estas alturas es posible que la gran mayoría del pueblo estaría reclamándolo; todos a una, como Fuenteovejuna. Porque sin duda el segundo período se le ha ido capoteando temporales, escándalos, problemas internacionales y mil chicharrones por el estilo. Por ello una tercera “paloma” no es conveniente, porque ahí sí que se le van a venir todos sin consideraciones. La oposición cada vez es más recalcitrante y aguantar semejante andanada de dardos durante otros cuatro años, no será beneficioso para usted ni para el país.

Hay que saber dar el paso al costado a tiempo, señor Presidente. Mire que aunque las encuestas muestren lo contrario, en el ambiente se nota un malestar con el cuento de una segunda reelección. La comunidad internacional no ve con buenos ojos la perpetuidad en el poder de ningún mandatario y el problema con el vecino coronel es sin duda algo personal. Ese tipo no puede verlo ni en pintura, y así todos lo apoyemos y sepamos que su mercé tiene la razón, las medidas que toma el desagradable vecino contra Colombia son cada vez más perjudiciales en todos los campos. En lo económico es fatal porque aunque aseguren que debemos buscar otros mercados para vender nuestros productos de exportación, esa vaina no es tan fácil. Pasaran varios años antes de establecer unas relaciones comerciales tan estables y rentables como las que hemos mantenido durante tanto tiempo con Venezuela. Además que las mercancías se cargan en un camión y en dos o tres días llegan a su destino.

La pelea que mantiene usted con las altas cortes es muy grave. Ambos tienen poder y en ese tire y afloje todos salimos perjudicados, porque fíjese que esta es la hora en que no les ha dado la gana de aceptarle un candidato para nombrar el fiscal general. Y así usted trine de la ira, patalee y se salga de los chiros, esa corporación no parece querer aflojar en dicha confrontación. Y usted que es malito para echarse para atrás, lo que quiere decir que la situación no tiene solución a la vista. Ahora es el asunto del fiscal y mañana quien sabe qué otra cosa se inventan para meterle palos en la rueda. En cambio si regresa como candidato dentro de unos años, en caso de que el pueblo lo reclame, seguro ya los magistrados son otros y el asunto se normaliza.

En estos últimos tiempos el gobierno ha ganado los pulsos en el Congreso a punta de untarle la mano a los politiqueros que ocupan sus curules, modalidad esta que asquea y escandaliza a la ciudadanía. De seguir así, la corrupción que vivimos en el presente pasará a la historia como una de las más desbordadas de nuestra historia reciente. Primero lo amenazan con mociones de censura para sus ministros y demás escándalos por el estilo, para que después aparezca por allá el Ministro del Interior a organizarlos con notarías, contratos, embajadas, cargos públicos, subsidios agrícolas y demás “reconocimientos” por su compromiso y apoyo. Todo un tejemaneje de truculencias.

Mire que si renuncia a su aspiración se aclara por fin el panorama electoral para saber entre quiénes debemos escoger; que empiece la campaña en firme que ya falta poco para las fechas fijadas para elecciones. Imagínese además cuánta inversión extranjera y negocios internacionales estarán expectantes de saber dónde va a caer este globo. Con seguridad sus hijos no ven la hora de quedar libres de hacer cuanto negocio se atraviese y doña Lina añora el anonimato y la tranquilidad. Arranque para la finca una buena temporada a capar terneros y domar potros, para que se tengan fino quienes se topen con usted en el futuro.

Yo sé que el pueblo lo apoya y cuando quiero defender estas ideas ante alguien, es común que me haga la manida pregunta: Y si no es Uribe, ¿quién? Pero el país cuenta con personas idóneas que están por descubrir. Y no me venga con que solo le suelta la silla a Juan Manuel Santos, porque si ese cliente sale elegido no queda sino desempolvar el camuflado.
pmejiama1@une.net.co

1 comentario:

Jorge Iván dijo...

Respecto a los propósitos lo unico cierto es que todos los cumplimos, al menos el primero de enero. Sobre el tema de la reelección, siendo yo mas uribista que misia Lina, creo que la mejor salida es que se retire ahora que tiene toda la sintonia a su favor. Respecto a su sucesor, creo que a Colombia le caerían muy bien unos cachumbos como los de Fajardo. ¿si o que?