jueves, noviembre 18, 2010

Planes para el futuro.

Cómo es de importante la planeación para cualquier iniciativa. Una empresa, el ente administrativo, un negocio, la entidad o el grupo económico necesitan tener unas metas determinadas, un proyecto definido, el modo como se va a proceder. El núcleo primario de una comunidad, que es la familia, debe marcar las pautas a seguir para tener un norte en la mira. El que no planea da palos de ciego sin ton ni son, lo que lleva a errores, decisiones apresuradas, políticas equivocadas y demás metidas de pata, que al final cuesta más corregirlas que la inversión inicial. En nuestro país vemos en el gobierno nacional, en los departamentos y municipios, unas chambonadas que más que falta de planeación, se nota que son adrede para asegurar mordidas, torcidos, serruchos y demandas.

Un ejemplo preciso de falta de planeación es el problema que enfrenta la capital de la república con respecto a la movilidad vehicular. Con la implementación del llamado cartel de la contratación las obras demoran años en ponerse al servicio de la comunidad, pero lo más grave es que se roban un importante porcentaje del presupuesto. El distrito le mete el diente a las vías principales, avenidas, troncales, puentes y rotondas, pero las calles en los barrios son una vergüenza. Trochas donde el pantano, los huecos y charcos son el común denominador, mientras los vecinos escriben cartas y hacen peticiones para solucionar el problema. A todas estas las ensambladoras celebran el aumento en las ventas de vehículos, cuyos dueños ya no encuentran por dónde transitar. Sólo el pico y placa permite un desplazamiento limitado, porque dicen que el sábado, que no hay restricción, es imposible salir en carro.

Por ello la administración municipal de Manizales, igual que las demás ciudades intermedias del país, deben coger escarmiento con el ejemplo de la capital para que en el futuro no se vean en el mismo brete. Al ritmo que crece el parque automotor en el país es importante delinear vías urbanas, carreteras y troncales que permitan un desplazamiento ágil. En vista de que en nuestra ciudad la topografía impide trazar avenidas suficientes, entonces que se implementen más rutas del cabe aéreo y adelanten una campaña agresiva para crear una cultura que prefiera ese medio de transporte.

Por fortuna la administración departamental le metió el diente a las vías, pero produce desazón ver que mientras arreglan unas, dejan olvidadas otras que se vuelven intransitables; ahí está la que une a Chinchiná con Santágueda, que tenemos a mano para llevar al visitante a que se deleite con el paisaje cafetero, pero que en la actualidad parece más un camino de herradura. Que sea prioridad para nuestros gobernantes solucionar el embudo vial en el que vivimos, porque viajar a Medellín o Bogotá se convirtió en un riesgo inminente de terminar bajo las llantas de un camión. Y que no se llegue la inauguración del aeropuerto de Palestina sin tener carreteras aptas para los desplazamientos; claro que a mi modo de ver, va a estar lista primero la vacuna del doctor Patarroyo que el aeropuerto.

Un ejemplo clásico de falta de planeación, aunque el asunto huele es a chanchullo monumental, es el que publicó la prensa hace unos años donde denunciaron que al recuperar la vía férrea que conocemos como Tren de occidente, lo hicieron con el sistema conocido como trocha angosta. Resulta que en el mundo entero esa modalidad ya no se utiliza y por lo tanto nadie fabrica locomotoras y vagones de ese tipo. Cuando en Colombia dejaron de funcionar los trenes, hace ya muchos años, feriaron los equipos porque aquí ya no se utilizaban; entonces ahora nos tocará comprar chatarras que tengan por ahí archivadas en otras latitudes para remozarlas y hacerlas pasar por nuevas. Ripley hubiera gozado mucho por estas tierras.

La administración municipal de Manizales debe proyectar la ciudad del futuro hacia los sectores de El Rosario, Santágueda y el Kilómetro 41. Si tomamos conciencia de que por el daño infligido al planeta los inviernos son cada vez más fríos, muy pronto esta cuchilla será invivible; y si contamos con esas zonas tan cerca, con una topografía amable, un clima entre templado y caliente, y que además pertenecen al municipio, por qué no crecer hacia allá. Y que los constructores que sigan con su actividad en estas cumbres gélidas, empiecen a instalar algún tipo de calefacción en las viviendas porque francamente las bajas temperaturas nos tienen agobiados.

Otra buena recomendación es que construyan hogares para ancianos, parques y zonas verdes arborizadas, rampas y facilidades para el desplazamiento, porque me late que esta ciudad en el futuro va a estar habitada por ancianos. Siempre que paso por el Parque de Caldas y veo esa cantidad de cuchos que ocupan las bancas y los muritos donde se acomodan, dedicados a la tertulia y a ver pasar muchachas, pienso que dentro de unas décadas sucederá lo mismo en todos los parques de la ciudad. Ya se ven en la zona rosa, entre Las Palmas y El Cable, donde existen varios grupos de jubilados que se reúnen a chismosear y a comer prójimo mientras se toman un tinto; porque no compran más. Uno de esos grupos es conocido como los “palocaídos”, cuyos miembros dizque descaderan una vaca a punta de lengua.
pmejiama1@une.net.co

1 comentario:

Jorge Iván dijo...

Gracias a los dioses del Olimpo Por aqui somos del grupo "palosubido" y descaderamos vacas a domicilio.