miércoles, junio 10, 2015

Eterna noche.

Curioso lo que sucede con los fenómenos siderales, que con cierta frecuencia se presentan y siempre nos incitan a observarlos con la advertencia que no tendremos otra oportunidad debido a que se repetirán dentro de varios miles de años. Al poco tiempo están con la misma cantaleta y como pocos acostumbran anotar las fechas de acontecimientos pasados, nos quedamos sin saber si el evento de turno coincide con alguno anterior. Dichos anuncios se prestan para especulaciones y consejas, la prensa sensacionalista hace su agosto, los astrólogos se forran de dinero y la gente se encarga de difundir y exagerar las noticias. La noche señalada para observar el evento astral muchos se trasnochan expectantes, pero la Ley de Murphy se encarga de que el cielo esté completamente toldado.

Pues ahora salieron con un cuento bien rebuscado, que se refiere a un fenómeno conocido como eclipse galáctico y que ocurre cada 26 mil años. Se produce porque nuestro sistema solar cruza frente a la brecha oscura de la galaxia y pronostican los científicos que eso podría absorber todos los fotones, ya que en la fecha señalada estará el sol entre la tierra y la brecha oscura, lo que evitará que la luz del sol llegue a nuestro planeta. El vaticinio señala que la oscuridad puede suceder entre el 21 y el 23 de diciembre próximo y aunque con esto del internet no sabe uno qué creer, porque las redes sociales son alarmistas, es mejor prepararse para lo que pueda suceder.

Seguro los astrólogos y vividores de toda laya dedicarán su consulta a tratar el tema, mientras el populacho hace fila en busca de una respuesta que les dé luces ante el oscuro panorama. En las iglesias de garaje los pastores aprovecharán para amenazar a la grey con el castigo eterno, hablarán de Sodoma y Gomorra, de la llegada del anticristo, del Apocalipsis. El fanatismo religioso dará rienda suelta a sus miedos y serán muchos los que preferirán dar fin a su existencia antes que enfrentar la horrible noche que se avecina.

A los sindicalistas hay que advertirles desde ya que no les pagarán recargo nocturno en esos tres días, así sea noche cerrada a las tres de la tarde, porque de nadie es la culpa que el normal discurrir de la naturaleza se haya enloquecido de un momento a otro. Los taxistas tampoco podrán cobrar más por sus servicios así parezca media noche y los usuarios deben estar espabilados para que aparte de la prima navideña, no les quieran cargar otro cobro. Un gremio que va a echar senas es el de bares y rumbeaderos, porque los borrachitos no querrán irse para la casa mientras todavía esté oscuro y muchos decidirán extender la parranda por tres días con sus noches. Cacos, malandros y fufurufas querrán declarar jornada continua porque la noche es su cómplice y compañera. 

Ni hablar de la enloquecida que sufriría la madre naturaleza. Así no más, por encimita, imagino el desubique de los gallos cuando empiecen a anunciar el amanecer desde bien temprano y a eso del medio día estén desgañitados mientras se preguntan qué carajo pasa. A las gallinas se les congestionará la huevera porque ellas están acostumbradas a poner después del desayuno; y la angustia de los pajaritos será mayor debido a que ellos no pueden volar de noche.

Ojalá suceda algo trascendental a ver si los habitantes del mundo superamos conflictos y desavenencias, y nos solidarizamos con una causa común; de pronto así dejamos a un lado tantos temas trillados que amenazan con desequilibrarnos y aunque sea por un tiempo, cambiamos el casete.

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