Tengo la percepción que al alcalde
Rojas le ha ido bien, la misma que he captado entre quienes me rodean. Durante
la primera etapa de su administración era común oír a la gente preguntarse qué
había hecho el alcalde, refiriéndose a que no se le veía ningún resultado, pero
a medida que pasó el tiempo la opinión cambió porque empezaron a notarse las
obras y los programas adelantados bajo su mandato. Además me enteré de que la
mayor inversión se ha hecho en los barrios populares y entre la población de
los estratos bajos. Bien por eso.
No puedo referirme a resultados
porque no conozco un balance de los mismos, pero así por encima quiero resaltar
la cara bonita que le ha dado a la ciudad con la siembra de flores y jardines
en las zonas verdes. Para mi gusto el barrio Estrella es un verdadero
espectáculo. Recorrer sus calles atiborradas de hortensias a lado y lado de la
vía, para desembocar siempre en el parque con su gran rotonda pletórica de esas
mismas flores -rosadas, azules, blancas-, es algo digno de admirar. Ahora
siembran jardineras por todas partes, en los separadores de las avenidas, en
los antejardines, parques y cualquier espacio que lo permita, y en Chipre unas
materas descomunales llenas de colorido y buen gusto.
La entrada a Manizales por la
avenida Centenario es una maravilla y para referirme al Parque del agua me
quedo sin palabras: qué derroche de belleza. Lástima señor alcalde que toda esa
buena imagen que trae el visitante se pierda unos metros más adelante, en esas
primeras cuadras de la avenida que baja hacia el templo de Los Agustinos. Desde
que construyeron esa avenida, hace 40 años, hay unos esperpentos de edificios
que producen pena ajena; sobre todo el que está poco antes del semáforo, a mano
derecha, al que nunca le echaron siquiera una mano de cal. Mire a ver doctor
Rojas qué puede hacer la alcaldía para mejorar ese entorno, porque es una
vergüenza para la ciudad.
Ojalá quien herede el primer cargo
del municipio siga con la campaña de embellecimiento, porque a este paso
llegará a convertirse en un atractivo turístico más; que nos conozcan como la
ciudad de las hortensias. Por cierto, entre los aspirantes a la alcaldía para
las próximas elecciones de octubre está Adriana Gutiérrez, quien dejó a más de
uno descontento con la noticia difundida hace unas semanas. Eso de aceptar el
apoyo del Yepismo es algo difícil de asimilar, porque después de conocer la
rencilla personal que han mantenido desde siempre ambas corrientes políticas no
puede entenderse que ahora estén de amigos.
Como jugada política puede darle
los votos necesarios para ganar, porque los tienen cautivos, pero como persona
la deja muy mal parada. En qué quedó ese cuento que nos vendió durante tanto
tiempo, cuando decía que Omar Yépez pertenecía al grupo de los malos mientras
ella estaba del lado de los buenos. Qué falta de coherencia, qué cachetada a
sus seguidores. Pero lo que más ofende es que digan que el apoyo es sin esperar
retribuciones, comentario que pudieron ahorrarse porque sin duda es una burla a
la inteligencia de los ciudadanos.
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