Una de las cosas que me ofuscan de la humanidad es que boten la plata en pendejadas que no sirven para nada. Está bien, puede que sean importantes, novedosas, interesantes o valiosas, pero no me cabe la menor duda de que podemos vivir perfectamente sin ellas. Sobre todo porque en el planeta tierra quedan muchas cosas por hacer, como la pendejadita de alimentar, educar y dar cobijo a todos sus habitantes; me refiero a los seres racionales, porque el resto de animales está programado para vivir a la intemperie, no necesita educación básica y sabe rebuscarse la lata de alguna manera.
Ya suplidas las necesidades básicas de todos quienes habitamos este peladero llamado Tierra, pueden proceder los dueños de la riqueza a crear infraestructura, mejorar el medio ambiente, cuidar los océanos, proteger los animales, defender las comunidades indígenas y muchas otras cosas que son susceptibles de mejoría. Cómo superar la manía de los pueblos y las personas de atesorar riquezas sin medida, a pesar de que para nadie es un secreto que al otro mundo no podemos llevarnos ni la caja de dientes. Hay que gastar el dinero mientras se cuente con salud y ganas de vivir, porque puede sucederle lo del personaje que pasa su existencia sin tomarse un tinto dizque para asegurar una vejez próspera y acomodada, pero a los 50 años le da un infarto fulminante y quien disfruta el billete es aquel que lo reemplaza debajo de las cobijas.
La investigación en tecnología es necesaria porque mejora y facilita la existencia del hombre; lo mismo sucede con los temas de la salud o la alimentación, entre muchos otros, mientras algunos científicos consumen unos presupuestos impresionantes en unas exploraciones que muchas veces nos hacen preguntar acerca de su utilidad. Lo ideal sería que todos se pusieran de acuerdo en trabajarle solo a asuntos prácticos y provechosos, y dejar de botar corriente en minucias. A diario nos enteramos de este tipo de sondeos, a los cuales por más que les echo cabeza no puedo encontrarles lógica ni explicación.
Qué tal por ejemplo la rimbombante noticia acerca del descubrimiento de un planeta que puede ser habitado por el hombre. A primera vista la vaina suena interesante, porque nuestro globo terráqueo ya nos lo tiramos y poco queda por hacer para salvarlo del caos y el despelote. Claro que al mirar la noticia con detenimiento puede notarse que de poco sirve la información, debido en primer lugar a que es imposible llegar hasta ese lugar. Esa vaina queda en la quinta porra. Y es que cuando se debe recurrir a la velocidad de la luz para medir las distancias, el dulce se pone a mordiscos. Porque si un segundo luz corresponde a 300 mil kilómetros, basta con multiplicar por 60 para saber entonces cuánto es un minuto, y así sucesivamente seguimos con el día, la semana, el mes y el año luz. Son, sin duda, cifras exorbitantes, por lo que enterarnos de que el tan nombrado planeta queda a la medio bobadita de 20,5 años luz, es suficiente para saber que, al menos por ahora, allá no llega ni el patas.
El fenómeno fue descubierto por los astrónomos del Observatorio de La Silla, en Chile; orbita alrededor de una estrella que se llama Gliese 581, y un giro se completa en 13 días de los nuestros (allá uno cumple años cada dos semanas). Y para el que quiera más, existen otros 200 de su tipo que poseen superficies sólidas y líquidas, y tienen una temperatura similar a la de la tierra. Según las características del planeta se puede suponer que existe vida en él; maneja una temperatura entre los 0 y los 40 grados Celsius; su radio es 1,5 el de La Tierra; y la gravedad 2,2 veces. Y rematan el informe con que “sus características indicarían ya una constitución rocosa (como La Tierra) o una superficie cubierta de océanos”. Como quien dice: si no es gallo es gallina; valiente descubrimiento.
Ojalá fuera posible conquistar ese planeta para empezar a despachar gente para allá. A la fija que los gringos arrancan de primeros a investigar si hay petróleo, oro, platino, diamantes y demás riquezas naturales. Que agarren todo ese tierrero para ellos a ver si de esa forma nos dejan tranquilos a los terrícolas, y así abandonan la manía de meter las narices donde no los han llamado. Es de suponerse que en ese mundo desconocido la capa de ozono está virgen todavía, para que puedan dedicarse al consumo y al derroche hasta que acaben con ella; con seguridad a esas alturas ya habrán descubierto más destinos para seguir con su política expansionista. Porque son como las ratas: lo que no se comen lo dañan.
Si quieren seguir con el oneroso proyecto, no sería mala idea enviar una misión exploratoria para que tantee el terreno; no importa que no regrese. Creo que el más indicado para ser la cabeza de la tripulación es mister Bush; merecido reconocimiento de la humanidad por habernos guiado durante ocho años. Muchos candidatos habrá de los diferentes continentes, pero ojalá haya forma de conseguir cupo para Chávez, Michael Jackson, Ben Laden y Maradona. Y nuestra cuota: Piedad Córdova, Pablito Ardila, Tirofijo, Moreno de Caro, don Berna, Petro, Armandito Benedeti y otros cuantos cientos de “malucos” que en el mundo han sido.
pmejiama1@une.net.co
2 comentarios:
"y así abandonan la manía de meter las narices donde no los han llamado"
¿metiendo las narices en otro planeta la abandonarían?
No entendí.
En todo caso está buena su idea. es más, ya que se creen de otro planeta ... que sean coherentes, agarren sus chiros, se trastién para allá y nos dejen en paz.
Eavemaría Pablo, nos dejaste estrellados con esas cifras, y yo que me frunzo cuandrando la caja menor de los Todo Terreno en cada caminata.
No se te olvide incluir en la listica de los ilustres viajeros a
la tal Paris Hilton, a David Beckam, su esposa Victoria y toda su prole, a Luis Pérez (léase Luis Quince%)candidato a la alcaldía de Medellín, a Jorge Robledo tu paisano y a Carlos Gaviria, el mio. ¡ah! y se me olvidaba, a Raúl Reyes, el mono jojoy y Diómedes Diaz. de éste último yo pago la mitad del pasaje.
Publicar un comentario