La mejor compañía del ser humano es su propia psiquis. Podrán confinarlo al más absoluto encierro e incomunicarlo, pero nunca lograrán impedirle soñar, ansiar, recordar, maquinar, idear o cualquier ilusión que hilvane su mente. La Santa Inquisición exigió al sabio Galileo Galilei retractarse de sus, según ellos, demoníacas teorías, pero él en su interior repetía hasta el cansancio que tenía la razón. Muchas veces nos vemos obligados a aceptar cosas que no compartimos, mientras en nuestro interior hacemos “pistola”. De igual manera uno a cada rato se formula preguntas sobre asuntos a los que no le encuentra razón, aunque se quedará sin respuesta por tratarse de un monólogo mental.
Me pregunto por ejemplo en qué se basan los magos del IDEAM para hacer los pronósticos del clima. Es que no falla que lo que ese organismo vaticina se cumple a cabalidad, pero al revés. Advirtieron por ejemplo a finales del año pasado, cuando apenas menguaba un invierno inclemente y duradero, que estaba a punto de comenzar otro con un incremento del 20% en las lluvias. Alcanzamos a pensar que sería la debacle y por el contrario a medida que pasaba el tiempo el clima se presentaba cada vez mejor, para comportarse a las mil maravillas en lo que va corrido del presente año. En los meses de agosto y septiembre empezaron a sembrar el terror con la sequía que se venía encima, que el fenómeno del niño causaría estragos y los racionamientos de agua y energía eran inminentes; y las campañas para promover el ahorro del precioso líquido, que no dejen las luces encendidas, que ojo con el consumo de gas, etc. Pero no fue sino que dijesen todas esas vainas para que se largara a llover y el frío a incrementar.
Claro que pensándolo bien, lo que pronosticaron fue una temporada invernal para el último trimestre del año con un 30% menos de lluvias. Perfecto. Si al invierno del año pasado le quitamos ese porcentaje no habríamos tenido tantos derrumbes, inundaciones, avalanchas y tragedias. Entonces para qué tanta alharaca al hacer los pronósticos. Las campañas de ahorro de energía y agua deben ser permanentes, sin importar la estación, porque hay que convertirlas en una constante en el comportamiento ciudadano. Es algo de sentido común que tiene que ver es con el futuro del planeta. La conclusión es que si usted va para un paseo y el pronóstico del clima es que va a llover a cántaros, póngase la bermuda, las chancletas y prepárese para disfrutar de un día espectacular.
También me pregunto cuándo será que en este país veremos un funcionario que reconozca un error y sin más presente su renuncia. Opino que desde que el Presidente Samper siguió atornillado al cargo, después de que su Ministro de Defensa reconoció ante los medios de comunicación que el jefe sí sabía, aquí nadie renuncia. Ni por el chiras. Que los falsos positivos, los negocios de los hermanos Uribe Moreno, las chuzadas del DAS, los vínculos con mafiosos y paramilitares, y ahora la piñata de los subsidios agrarios, son apenas un muestrario de que en nuestro país la palabra ética es obsoleta. Todo lo que esté permitido por la ley se puede, sin importar la moral, el decoro, la decencia o los principios. Mire sino al gerente de nuestra Industria Licorera que a pesar de haber estado preso y de quedar inhabilitado por la Procuraduría, despacha desde su oficina como si nada hubiera pasado. Basta con apelar y dejar que el proceso siga su curso, que seguro cuando fallen él ya se habrá retirado de la empresa. Mientras tanto el Gobernador lo mantiene en su cargo contra viento y marea, dándole pie a rumores que hablan de componendas que no lo dejan bien parado.
Por qué, me pregunto, la dirigente política Adriana Gutiérrez se ofende de esa manera cuando quieren relacionarla en el asunto de la repartición de subsidios agrarios. Tantas explicaciones lo que hacen es magnificar el asunto y no debe olvidar que cuando ingresó a la política, se convirtió de inmediato en una figura pública a quien todos tienen en la mira. Llegó después al Senado de la República y entró a formar parte del grupo de colombianos más repudiados por el pueblo. El congresista es sinónimo de ladrón, pícaro, ventajoso, bandido, inmoral y chanchullero. Por ello no debe extrañarse de que la quieran implicar en cuanto caso de corrupción se presente, porque aunque sus allegados y amigos sepan que es una persona de bien, honesta y trabajadora, para la gente del común es una politiquera más. De manera que lo menos que pueden pensar de ella es que llamó al banco o al funcionario indicado para decirle que le diera un empujoncito a fulano. No los culpe y mejor recuerde aquello de “crea fama y échate a dormir”.
Además me gustaría saber qué pasa con los alcaldes colombianos que no dijeron ni mu ante la determinación del nuestro, Juan Manuel Llano, que sin dudarlo vetó al vergajo ese que salió en público a insultar a nuestro Presidente. No hay que ser Uribista o amigo del gobierno para apoyarlo en su decisión, porque no debemos permitir actos como ese. En otras latitudes el país entero sería una sola voz de apoyo a la iniciativa. ¡Buena por esa, señor alcalde!
pmejiama1@une.net.co
1 comentario:
Los tiempos cambian hombre Pablo. Antes habia tres cosas que no tenian reversa: la flecha lanzada, la palabra dicha y la oportunidad perdida. Hoy son solo una.....el avion.
Felicitaciones al alcalde por no permitir el reconchierto del estupido de marras
Jorge Ivan Londono Maya
Publicar un comentario