Al paso que vamos la cibernética y la robótica van a reemplazar al ser humano en la mayoría de los trabajos, y en este planeta muy pronto no habrá coloca sino para ingenieros electrónicos y programadores. Un país como India, que hasta hace unas décadas se encontraba en desventaja frente a las naciones más desarrolladas, hoy en día es una potencia en la exportación de software, gran productor de equipos electrónicos, vanguardista en tecnología de las comunicaciones y ciencias afines, además de considerarse referencia mundial en cuanto a formación de técnicos y profesionales en ese campo. Miles y miles de jóvenes indios, de ambos sexos, se suman cada año al mercado laboral tecnológico en los cinco continentes.
Produce desazón ver cómo desaparecen a diario puestos de trabajo porque son desplazados por la tecnología. Estos cambios, que aunque en un principio parecen costosos para quien los adquiere, son aceptados con gusto cuando el vendedor menciona las grandes ventajas que reporta el reemplazar a un ser humano por una máquina. Porque aunque los sistemas electrónicos pueden presentar problemas de configuración, sufrir daños inesperados o inconvenientes por cortes de suministro eléctrico, a diferencia de los seres humanos no son proclives a los desfalcos, nunca amanecen enguayabados o de mal genio, no se les enferman la mamá ni los hijos, nunca requieren vacaciones, no piden aumento de sueldo, no solicitan permiso para salir más temprano, jamás llegan tarde, no ponen quejas y lo mejor de todo: no hay que repetirles a diario sus deberes.
Agradezco a la vida la época que me tocó habitar este mundo, porque así como disfruté de una niñez y juventud inolvidables, alcancé a conocer la tecnología y a convivir con ella; pero con moderación, porque no quiero experimentar en el futuro una bandeja paisa preparada por un robot, o ser atendido por una máquina al momento de subirme a un avión. Una prueba de lo que será este mundo regido por la tecnología, puede verse ahora cuando al llamar a una empresa o entidad para cualquier diligencia contesta un conmutador. Primero obliga a quien llama a escuchar mensajes institucionales, luego empieza con una lista interminable de opciones, y después de brincar de tecla en tecla, es imposible contactar a una persona de carne y hueso para tener la oportunidad de explicarle una necesidad, quejarse, desahogarse o mandarla para el carajo. Ni mencionar cuando en la fila del banco, la EPS o cualquier otra dependencia, anuncian que no hay servicio porque se cayó el sistema; provoca matar y comer del muerto.
Algo que he disfrutado de la tecnología es tener cine desde la comodidad de mi cama. El primer aparato que conocí fue un betamax y recuerdo lo descrestado que quedé cuando quien me lo enseñó, explicó que esa noche había grabado un evento sucedido en Europa a media mañana, hora que correspondía al amanecer nuestro; que simplemente había programado el aparato y sin necesidad de prender el televisor, el betamax se encargó de grabar la señal. El novedoso aparato era voluminoso, abría una tapa superior para insertar allí la cinta y tenía un control remoto conectado al equipo por un cable de varios metros que permitía operarlo desde la cama. Trabajo me dio entender cómo funcionaba el trebejo y cuando por fin tuve el primero, ya era obsoleto porque había aparecido el VHS; lo mismo sucedió con este último porque muy rápido fue superado por el DVD, luego llegó el teatro casero y ahora no es necesario ninguno, porque los televisores modernos traen todo incluido.
Acostumbraba pedir las películas a la tienda de video y cuando hace dos años la propietaria me anunció que cerraba el negocio, le pregunté la razón y respondió que ese mercado estaba próximo a desaparecer; dicho y hecho, porque desde entonces han liquidado la mayoría de los negocios y sus empleados quedaron en el asfalto. Entonces me enteré de que era más barato comprar las películas, pero esa práctica duró poco porque ahora basta conectar el portátil al televisor y en una de las tantas páginas dedicadas al tema en internet (recomiendo cuevana.tv), escoger la película de su gusto. Imagen nítida, subtítulos en español, y con una buena pantalla y teatro casero para un sonido óptimo, tiene todo el cine del mundo al alcance de un clic. He visto desde El Acorazado Potemkin, película muda filmada en 1925, hasta filmes que aún no han llegado a las carteleras de nuestro país. Además, en Youtube encuentro conferencias, documentales, todo tipo de videos musicales o acerca de cualquier tema que pueda interesarme.
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Con regocijo recibimos el nombramiento de don Jorge Echeverri Mejía como Caldense del año. Pocas veces ha sido tan acertada y justa la decisión del jurado, porque ciudadanos como el escogido en esta oportunidad son escasos en una sociedad. Hombre altruista y generoso, durante su larga vida formó equipo con personas como la inolvidable Hermana Francisca, y todos quienes han colaborado con Obras sociales Betania, para lograr que muchas familias caldenses cuenten hoy con un techo propio. Como muchos grandes personajes don Jorge no es amigo de galardones ni reconocimientos y por ello al enterarse del veredicto sólo atinó a decir que no es digno de él. Pues invito a todos mis conciudadanos a que entonemos en coro, todos a una: ¡Sí se lo merece!
pamear@telmex.net.co
2 comentarios:
Preocupante. Bien preocupante la conclusión al leer su artículo. Como lo mencioné alguna vez en el blog "Los Mejía Arango y Arango Mejía", hoy seríamos quemados vivos en una hoguera si fuésemos puestos con nuestros conocimientos y nuestra tecnología actual, en cualquier época del oscurantismo.
Y pensar que muchos dogmas y mucho de las doctrinas actuales nacieron o al menos se formalizaron en esa época.
Volviendo al tema: la temática de películas como "Terminator" se pueden asimilar a lo que sucedía con las telcomunicaciones en películas como "Viaje a las estrellas". La comunicación inalámbrica era cosa de ciencia ficción. Pasará lo mismo en el futuro con lo que hoy es simple ciencia ficción?
Me afecta mucho el conflicto social que crea el hecho de que la tecnología esté desplazando la obra de mano.
Procupante, bien preocupante. No obstante su artículo me gustó como siempre.
"No hay sistema" es el haz bajo la manga... la escusa perfecta de cualquier persona de servicio al cliente. Realmente no hay algo que de más puterí...
De todos modos creo que más que ir en contra de la tecnología la sociedad debe empezar a adaptarse a la misma... crear nuevos campos en los cuales emplear personas. Es responsabilidad de la sociedad hacerlo.
P.
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