Por esta época la ciudad recibe
muchos visitantes que vienen a disfrutar la feria y somos los manizaleños los
encargados de hacerlos sentir como en casa; cabe recordar aquel eslogan que
dice que turista satisfecho trae más turistas. La programación de la feria
ofrece muchas opciones de entretenimiento, con la temporada taurina a la
cabeza, y en la ciudad infinidad de atracciones, espectáculos y demás alternativas
se encargan de satisfacer el gusto de los visitantes.
Y una buena opción para entretener
a nuestros huéspedes es llevarlos en carro a pasear por los alrededores, por lo
que propongo algunos recorridos que sin duda los dejarán gratamente
impresionados. En la parte baja de Villa Pilar arranca la carretera que va para
La Cabaña, cuyo primer tramo está muy poblado a lado y lado de la vía, y después de la desviación hacia el hospital
San Isidro empieza la vereda La Palma con sus agradables fincas solariegas.
Poco después está a mano derecha la desviación para La Cuchilla de Salado, una
vereda digna de conocerse porque por allí llegaron los colonos que fundaron a
Manizales; casitas añosas con sus balcones y ventanas adornadas con flores
coloridas son su mayor atractivo.
Después de coger de nuevo la vía
principal, a los pocos kilómetros está La Linda y de ahí en adelante el camino
sigue por entre pequeñas fincas cafeteras. Luego la Quiebra de Vélez con su
tradicional fonda y después de unos kilómetros se recorre el tramo conocido
como Malpaso, con unos impresionantes precipicios por los que se observa un imponente
panorama del cañón del río Guacaica. Pocos minutos más adelante está La Cabaña
y de ahí trascurre la vía por una calzada que ofrece bellísimos paisajes, hasta
llegar a Tres Puertas y de ahí seguir hacia Santagueda.
Superado el centro turístico continúa
el recorrido por la vía que va hacia Palestina, por la vereda La Plata, por una
carretera que estuvo en muy malas condiciones pero que por fortuna recuperaron
en su totalidad y hoy en día está en perfecto estado. Transcurre el camino por
el lomo de la montaña con una panorámica ilimitada de nuestros cafetales; y las
flores, los árboles imponentes, las casas campesinas y como fondo la
majestuosidad de las cordilleras. La Ermita, Las Palomas, Los Lobos y Cartagena
son veredas y puntos de referencia superados a medida que se avanza, hasta
llegar a la partida donde la vía sigue hacia Palestina o a Chinchiná por el
Alto de Curazao.
El último tramo antes de llegar a
Chinchiná está adornado con infinidad de guayacanes de diferentes colores que
cuando están en plena florescencia son un espectáculo que estremece. Por último
el lago de Balsora con su malecón flotante, para llegar al pueblo y seguir
hacia Manizales por la carretera vieja, para que el recorrido sea literalmente
por entre las curvas; y con el pago de un solo peaje de $2500.
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