En varias oportunidades he oído
decir que muchos de quienes han pertenecido al grupo de trabajo del actual
alcalde lo califican como un buen administrador y ejecutivo, pero pésimo en el
trato a sus subalternos. Eso habla mal del doctor Rojas, como persona, pero
deja tranquilos a sus electores y a quienes habitamos esta ciudad. No voté por
él porque desde el inicio de campaña apoyé a Héctor Pinilla y así se lo hice
saber a quién me anunció visita del candidato Rojas para hablarme de su programa
de gobierno. Durante la reunión sostuvimos una charla amena e interesante, pero
desde antes de empezar les recordé que ya tenía decidido mi candidato.
Arrancó el período del alcalde Jorge
Eduardo Rojas y en un principio la gente se preguntaba si acaso no teníamos a
nadie al mando de la administración municipal, porque el nuevo burgomaestre ni
sonaba ni tronaba; no se veían obras, la ciudad parecía en un sopor y solo
noticias de relevos de funcionarios se generaban en el edificio de la alcaldía.
Lo único visible eran los recorridos por los barrios, donde en una especie de concejo
comunitario les resolvía a los habitantes sus problemas prioritarios; algo
populachero, del estilo de los que hacía Uribe por todo el país.
Con el tiempo empezaron a materializarse
las obras ejecutadas por el alcalde y definitivamente su imagen comenzó a ganar
puntos ante la opinión general. Los trabajos realizados detrás de Caldas Motor,
con puente incluido; la ampliación de la glorieta de La Autónoma y el puente
para conectar la vía de la universidad con la avenida, le dieron a ese sector
de la ciudad dinamismo y fluidez. El Parque del agua le cambió la cara a la
ciudad, por estar ubicado en uno de sus ingresos, además de darle a la
ciudadanía un lugar de encuentro y esparcimiento.
Pasé a principios de diciembre
por la avenida Centenario, desde el Hospital Santa Sofía hasta La Pichinga, y
al ver las obras todavía en pañales critiqué al alcalde por dejar todo para
última hora, porque estaba seguro de que pasaríamos Navidad y ferias con esos
trabajos en obra negra. Pues debí tragarme mis palabras porque quince días
después todo estaba terminado, con jardines en los separadores, amplios andenes
y el mobiliario necesario. Eso me pasa por opinar sin conocer el tema; mejor
dicho, por sapo.
En la avenida del centro empezaron
una obra muy importante para descongestionar tráfico hacia la avenida Kévin
Ángel; por fin reinician trabajos en el proyecto de San José; en el sector
donde resido -Sancancio, Palermo, La Camelia-, han realizado más de 50
reparaciones en las vías; y sin duda se nota que en la ciudad hay inversión.
Lamentable que el alcalde Rojas no continuara con la red de cables para
movilizar a los manizaleños, pero eso sí, en lo que resta de su mandato
esperamos que ponga a funcionar ese elefante blanco del cable a Los Yarumos.
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